George Floyd y Hansel Hernández Galiano: semejanzas y diferencias entre dos víctimas fatales de policías

Parece ironía del destino que, a un mes justo de la muerte en EEUU del afroamericano George Floyd debido al empleo excesivo de la fuerza por parte de un policía blanco, a un cubano, negro también, lo maten los disparos de un policía.

¿Qué tienen en común estos dos hombres muertos como resultado directo de acciones policiales? Lo primero que salta a la vista es que son negros, pero si en EEUU la muerte de un afronorteamericano a manos de un policía clasifica inmediatamente como crimen racista, y de hecho los medios oficiales cubanos han aprovechado ese lamentable hecho para criticar el racismo sistémico de aquel país, en Cuba la muerte de Hansel Ernesto Hernández Galiano se produjo "en medio de intensas jornadas de nuestros combatientes junto al pueblo en defensa de la vida, la tranquilidad ciudadana y el orden interior", según un comunicado de la PNR.

Ambos tenían (según se ha publicado) un pasado delictivo, pero George Floyd ha devenido mártir y símbolo de la lucha contra el racismo en EEUU y en el mundo. Si alguien alude a los delitos cometidos por Floyd, que incluyen el asalto a mano armada a una mujer embarazada, se interpreta como un intento de justificar las acciones del policía Derek Chauvin, que condujeron a su muerte.

En Cuba, los medios oficiales, hicieron poca o nula referencia al pasado criminal de Floyd. En el artículo "¡George Floyd, presente!", publicado por Cubadebate, se le describe como un activista contra las armas de fuego, que predicaba la paz, el amor y la unidad, que colaboraba con el pastor Patrick "P.T" Ngwolo, en el trabajo religioso por la justicia social. Este artículo muestra a un hombre consciente de sus "defectos y falencias", de no ser "mejor que nadie", que trabajaba como mentor de jóvenes. Al parecer, había rehecho su vida, pero aun si no lo hubiese hecho su homicidio no habría estado justificado.

Pero lo que no tiene justificación en EEUU ni debería tenerla en ningún país, la muerte de un ser humano, negro o no, delincuente o no, parece estar justificado en Cuba, donde los medios han hecho hincapié en que Hansel Ernesto Hernández Galiano tenía antecedentes "por amenaza, abusos lascivos y robo con violencia, por lo cual cumplió condena y se encontraba en libertad condicional".

La única versión disponible de los hechos es la del autor de los disparos

¿Qué diferencia estos sucesos? Semanas atrás, poco después de la muerte de George Floyd, al expresar lo que consideraba las enseñanzas que debían sacar los cubanos de lo sucedido en EEUU, el politólogo Manuel Cuesta Morúa declaraba: "Lo que demuestra este hecho (el homicidio de Floyd) no es tanto que el racismo en EEUU persista, sino que cualquiera tiene una cámara digital".

No había forma de que la Policía de Minneapolis pudiera ocultar el uso excesivo de la fuerza por parte de Derek Chauvin, ni las palabras pronunciadas por Floyd. Mientras se producía el incidente, varios transeúntes lo filmaron y lo subieron a las redes. En los videos se observa que uno de los policías, imputado también, posteriormente, ve que está siendo filmado, pero no hace ni el intento de arrebatarles los móviles a quiénes lo graban. Gracias a estas personas que no se limitaron a ser testigos pasivos, el "No puedo respirar" de Floyd se viralizó como hashtag; incluso la Dra. Mariela Castro lo reprodujo en un tweet en el que criticó la muerte del afroamericano.

En Cuba, la única versión disponible de los hechos es la del autor de los disparos que acabaron con la vida de Hansel Ernesto Hernández Galiano. El suceso se produjo de noche y sin testigos. De haber habido alguien que grabara el hecho con su móvil, debemos asumir que habría sido golpeado y encarcelado, a juzgar por lo sucedido con las dos jóvenes que fueron golpeadas por policías y detenidas, porque una no llevaba el nasobuco y la otra intentó filmar el atropello a que fue sometida su amiga por un agente del orden.

La joven que filmaba no habría estado violando ninguna ley, porque según se anunció recientemente en un programa de la televisión cubana, filmar a los oficiales de la Policía no es ilegal, pero publicarlo en las redes sí. El padre de una de las implicadas llevó a tres testigos a la Unidad de Policía para que ofrecieran testimonio, pero no fueron escuchados. De modo que, incluso si hubiese existido algún testigo de la muerte de Hansel, de todas formas solo contaríamos con la versión del policía que disparó.

Sobre esta versión oficial de los hechos, imposible de corroborar, pero conveniente para el policía y para la imagen del Estado cubano, la abogada Deyni Terry Abreu ha lanzado algunas interrogantes: "¿Por qué el otro [agente] no avanzó con la técnica, es decir el carro? ¿Cómo explican que piedras grandes avancen a una velocidad que alcancen al policía en dos partes del cuerpo? Es extraño que la persona, si llevaba una pantalla en la mano, corría, recogía piedras y lanzaba. ¿Estaban en hilera todas las piedras, esperando a ser recogidas?", cuestiona la abogada, que recuerda que, según la narrativa, el policía y el perseguido corrieron un kilómetro por lo que el último debió estar jadeante.

Finalmente, Terry Abreu llama la atención sobre un hecho que parece simple casualidad y para algunos puede resultar cansón, después de tanto debate sobre el racismo en Cuba: "casi siempre, detrás de un ciudadano con trastornos conductuales, hay una familia negra, pobre, con marginalidad, que me lleva a preguntarme nuevamente, qué hicimos por ellas para una mejor vida social".

Conformarse con los resultados de la autopsia oficial

Otra diferencia crucial entre la muerte de George Floyd y la de Hansel Ernesto Hernández Galiano es que la familia del estadounidense contó con la posibilidad de realizar, legalmente, una autopsia independiente que contradijo la oficial y determinó que Floyd murió por asfixia.

Los familiares del cubano tendrán que conformarse con los resultados de la autopsia oficial. Se ha tenido conocimiento además de que el cuerpo ha sido cremado, no se sabe si por decisión familiar, pero esto elimina cualquier posibilidad de otra autopsia.

Aun si se pudiera demostrar que el policía que mató a Hansel Ernesto violó el protocolo que deben seguir los agentes de la ley en caso de persecución de un sospechoso desarmado, o armado con piedras que oportunamente aparecieron en el camino, el Estado cubano y los medios a su servicio podrían argumentar que este es solo un caso solitario de mala actuación policial y tanto el pueblo cubano como la opinión pública internacional tendrían que aceptarlo.

La muerte de Hansel Ernesto: ¿un caso único?

Esa es otra crucial diferencia entre lo sucedido en Cuba, donde hubo que esperar 72 horas por una comunicación oficial sobre los hechos, y lo sucedido en EEUU, donde existe una prensa que informa y critica, legalmente, sucesos como la muerte de George Floyd.

En Cuba, la prensa que es legal y no es calificada de mercenaria, no reporta hechos como la muerte de Hansel Ernesto ni otros similares. En 2013, Cubalex presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el caso de José Luis Zubmaguera Miranda, quien recibió siete impactos de bala de policías vestidos de civil que irrumpieron en su casa para arrestarlo por el robo de una bicicleta. Este ciudadano sobrevivió, pero su familia recibió una serie de intimidaciones de agentes policiales debido a las denuncias que interpusieron por la actuación de los policías. Ese ciudadano baleado por la Policía cubana también era un hombre negro.