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Aeronáutica civil

La aerolínea que causó uno de los desastres aéreos más mortíferos de la historia de Cuba, vuela libre en Ecuador

A dos años de la tragedia en La Habana, Global Air opera en otro país de la región.

Madrid
Uno de los aviones de Aeroregional, antigua Global Air.
Uno de los aviones de Aeroregional, antigua Global Air. El Universo

A fines de abril último, el Consulado de Cuba en Ecuador anunció que un vuelo humanitario que debía repatriar a La Habana a poco más de un centenar de residentes en la Isla varados en ese país debido al Covid-19 no recibió permiso de sobrevuelo y aterrizaje debido a que el avión contratado era propiedad de la antigua Global Air, también conocida como Damojh, responsable de uno de los mayores desastres aéreos de la historia de Cuba.

A partir de ese suceso, cobró visibilidad la reconversión de la empresa mexicana que rentara a Cubana de Aviación el Boeing 737-200 que se estrelló el 18 de mayo de 2018 en La Habana, matando a 112 personas y dejando un solo sobreviviente.

A inicios de 2020, una investigación periodística de la publicación ecuatoriana Plan V había reportado que Global Air opera en el país suramericano con el nombre de Aeroregional y usa dos aviones del tipo Boeing 737-500.

"Según su página web, Aeroregional vuela con sus dos aviones en Ecuador a Quito, Guayaquil, Cuenca, Loja, Santa Rosa y Coca. El logotipo de la firma es exactamente el mismo que usaba Global Air y a sus aviones solo les han colocado la frase Aeroregional sobre la misma pintura blanca y celeste que antes usaban", indicó el reporte.

Según esa investigación, la empresa aérea, con sede declarada en Ambato y constituida el 24 de febrero de 1995, era de propiedad de los hermanos Carlos y Edgar Rosero Rosero y volaba en el Oriente ecuatoriano con aviones pequeños, pero vendieron todas sus participaciones al español Manuel Rodríguez Campos, dueño de Global Air; el cubano Arturo Mirabal; y el ecuatoriano César Alejandro Jaramillo Gómez.

El 5 de febrero de 2019, Rodríguez Campos fue nombrado presidente de la empresa por dos años y Mirabal designado como su gerente.

Mirabal, un exfuncionario de la aviación cubana, dijo al diario local El Mercurio que esa empresa tiene "un perfil de linea aérea de bajo costo. Lo de bajo costo no tiene nada que ver con mal servicio, sino es una racionalización de los costos administrativos y una disminución de algunos costos que tienen las líneas aéreas en grandes promociones, en otros tipos de comercialización".

El reporte precisó que entre mayo de 2018 y febrero de 2019 uno de los aviones de Global Air estuvo estacionado en el aeropuerto de La Habana. Desde ahí llegó directamente a Ecuador. El avión es un Boeing 737-5Y0 con número de serie MSN 24900, con 27 años desde su primer vuelo en la aerolínea China Southern Airlines.

La aeronave operó en 2006 en Aerolíneas Argentinas, hasta que llegó a Ecuador para operar en Sudamericana de Aviación y LAC, con matrícula HC-COP. Después de su paso por Ecuador, operó para EasySky, de Honduras, y Global Air, de México, desde 2017 como su último operador.

Desde 2011, las autoridades cubanas tenían dudas sobre Global Air

Rodríguez Campos había intentado entrar al mercado ecuatoriano como socio de la desaparecida empresa de aviación Ícaro, de Guido y su hijo Esteban Saltos, quienes viven autoexiliados en Miami y sostienen que el cierre de su aerolínea se debió a una "persecución política" del expresidente Rafael Correa.

Esteban Saltos dijo en EEUU al canal Univisión que a mediados de 2011 los directivos de la empresa estatal cubana AeroCaribbean lo contactaron para analizar un acuerdo de operación de aviones Boeing 737. En ese momento, agregó, se enteró de que los cubanos se sentían inconformes con los parámetros de seguridad de GlobalAir y contemplaban la posibilidad de anular el contrato de alquiler.

De acuerdo con Saltos, los directivos de AeroCaribbean estaban "muy preocupados"’ por un incidente que ocurrió en noviembre de 2010 con uno de los aviones de Rodríguez Campos al servicio de la empresa cubana. El avión, un Boeing 737, debió aterrizar de emergencia en el aeropuerto internacional de Puerto Vallarta, México, debido a una falla en el tren de aterrizaje. Llevaba 99 pasajeros. No hubo muertos ni heridos y la causa de la falla no fue publicada.

A raíz de ese accidente, AeroCaribbean expresó su interés en contratar a la empresa de Saltos, Ícaro S.A. La aerolínea cubana firmó el contrato con Ícaro S.A. el 20 de junio de 2011, según documentos entregados por el empresario.

Saltos dijo también que "en vista de que Manuel Rodríguez Campos contaba con una importante flota de aviones, suscribió un acuerdo mediante el cual constituirían una empresa en Panamá". Rodríguez Campos se comprometió a alquilar varios de sus aviones a Ícaro S.A. La firma ecuatoriana sería la responsable del mantenimiento. Esto último se decidió, según Saltos, porque los directivos de AeroCaribbean en Cuba no querían ninguna relación contractual directa con el empresario español.

Aeroregional, tan insegura como su predecesora

La Dirección de Aviación Civil (DAC) de Ecuador indicó que las pólizas de seguros contratadas allí por Aeroregional vencieron el pasado 16 de abril. Estas incluían una indemnización de hasta 100.000 dólares por la eventual muerte de cada pasajero.

El abogado español Carlos Villacorta Salís, que representa a 40 familias de las víctimas del desastre aéreo de La Habana y a la tripulación de cabina, dijo a DIARIO DE CUBA que su bufete está "estudiando las posibles acciones legales en Ecuador contra Aeroregional, aunque todo parece indicar que el señor Rodríguez Campos cuenta con la connivencia del Gobierno ecuatoriano para continuar realizando sus precarias e inseguras operaciones aéreas, poniendo en riesgo diariamente la vida de numerosas personas".

Sobre la prohibición de sobrevuelo y aterrizaje a una de sus aeronaves en Cuba, precisó: "Pensamos que el Gobierno cubano se vio obligado a prohibir lo que inicialmente había autorizado ante las numerosas quejas y denuncias de familiares. Nosotros mismos manifestamos nuestro desacuerdo y preocupación ante semejantes hechos, que suponían una burla a la dignidad de las familias y del pueblo cubano".

Sobre el dueño de Global Air y de Aeroregional, Villacorta Salís explicó a Plan V que su vida "es bastante misteriosa. Se tiene su número de pasaporte y está inscrito en el Consulado de España en la Ciudad de México, que es donde vive. Casi no hay fotos de él, la ultima que he visto es de hace cuatro años. Se ha cuidado de permanecer en el anonimato también en el caso de Aeroregional, en donde no aparece". 

Acerca del accidente aéreo en Cuba, aseguró que "hay responsabilidad objetiva de Cubana de Aviación, que debió hacer una auditoría de seguridad antes de contratar. Esto me recuerda al accidente de un avión de Tame en Bogotá, en 1998, que fue contratado por Air France sin tomar en cuenta las falencias de Tame. También se olvidaron ahí de verificar los estándares de seguridad".

"Yo admito una cierta simpatía por la Revolución cubana, pero ahí no hay separación de poderes ni libertades públicas. Por ello, las víctimas no van a poder reclamar a Cubana de Aviación en Cuba. Vamos a demandar en México a las aseguradoras, al señor Rodríguez Campos, a Damojh y a las empresas panameñas. Podríamos apelar a la justicia de otros países también. Vamos a pedir a la Aviación Civil mexicana, que le ha retirado todas las licencias a Damojh, que se comunique sobre el tema con la Dirección de Aviación Civil del Ecuador, porque este es un tema de seguridad aérea", aseguró.

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