Dos mujeres cubanas confeccionan mascarillas que luego ofrecen como regalo a quienes así lo requieran a las puertas de su vivienda en el campo. Dentro de la Isla no son las únicas que han decidido hacer nasobucos de retazos de tela o prendas viejas para ofrecerlos a quienes los necesiten, pero la forma en que realizan su ofrecimiento sí que es una novedad.
Las imágenes las ha compartido el joven José Luis Pérez Álvarez, que en su camino de Las Tunas a La Habana se tropezó con la iniciativa.
En un entorno rural, colgadas en una tendedera, aparecen las mascarillas de protección, cuyo uso han generalizado las autoridades en la Isla como parte de las medidas contra el nuevo coronavirus. Junto a los implementos de distintas medidas y colores el cartel de "Te lo regalo".
"Esta maravillosa iniciativa me la encontré de camino de Las Tunas para La Habana, dos mujeres regalando nasobucos en el frente de sus casas, no todos hacen esto, no todos son cubanos llenos de solidaridad y amor por los suyos. Muchas felicidades a esas dos grandes mujeres y a otras personas que se que lo han hecho", escribió Pérez junto a varias imágenes.
Antes de la propagación del nuevo coronavirus en la Isla y la confirmación de los primeros casos, el Gobierno pidió a los cubanos que fabricaran los nasobucos en casa.
Muchas personas con recursos para hacer las mascarillas se dieron a la tarea. Como recientemente se hizo eco la prensa oficial, entre ellas se encuentra la exatleta Ana Fidelia Quirot, gran figura mundial del atletismo de fines de los años 80 y mediados de los 90.
En varias provincias del país se venden nasobucos en las tiendas de productos industriales, al precio de cuatro pesos cubanos. El Gobierno dijo que tenía previsto elaborar cerca de 1.000.000 de nasobucos.
