Miguel Díaz-Canel solicitó a la población que "todo el que pueda usar el nasobuco, lo haga", informó el diario oficial Granma, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha desaconsejado para las personas que no estén contagiadas con el Covid-19.
Además la producción local actual, según los datos oficiales, no alcanza ni para la mitad de la población de la Isla.
A inicios de semana, el Ministerio de Industria de Cuba dijo que se proyectaba la confección de 1.000.000 de nasobucos, de los cuales se habían terminado cerca de 196.000. La prioridad sería el abastecimiento de las instituciones hospitalarias.
No obstante, el Gobierno insistió que no solo corresponde a los trabajadores de la salud usarlo, sino también al resto de la población.
Antes, Eduardo Rodríguez, ministro de Transporte de Cuba solicitaba que tanto el chofer como los pasajeros en los ómnibus urbanos llevaran el nasobuco.
"Aunque feos e incómodos salvan vidas", expresó Rodríguez.
Advirtió además que, si no se toma conciencia, habría que establecerlo de manera obligatoria.
También llama la atención cómo, una semana atrás, la rectora de la Universidad Médica de Holguín le recriminaba a un estudiante el uso de la mascarilla en una reunión.
En un video difundido en la red social Facebook se pudo escuchar cómo la funcionaria le decía: "Hazme el favor, quítate el tapabocas para empezar hablando como es".
Ahora Díaz-Canel cambió el discurso e insistió en que "hay que minimizar, tanto como sea posible, los riesgos de contagio".
El gobernante no aclaró, sin embargo, cómo la población cubana evitará el que podría ser uno de los principales escenarios de contagio: las aglomeraciones por la escasez de alimentos y productos de higiene.
Según datos del Ministerio de Salud de Cuba, al menos 32.000 cubanos presentan sintomatologías respiratorias en la actualidad.
No obstante el Gobierno solo tiene aislados, hasta el último parte, a 1.603 personas y ha realizado 893 muestras para detectar el Covid-19.
Sobre la suspensión del curso escolar, Díaz-Canel alertó que si se cerraron las escuelas no es para que los niños y jóvenes estén en las calles.
"Es para que permanezcan en las casas, con toda la responsabilidad y el compromiso que por parte de la familia eso entraña", insistió.
