Sin gel desinfectante, las filas para el jabón no merman. Así recibe Marianao, municipio habanero donde vive Berta Hernández, la pandemia del Covid-19.
Hernández, ama de casa sexagenaria, intenta mantener limpia la superficie de mesas, picaportes, todos los espacios donde el sentido común indica pudiera adherirse el virus.
Miguel Díaz-Canel y su primer ministro, Manuel Marrero, presiden a diario reuniones con autoridades del Ministerio de Salud Pública. Este viernes, anunciaron el cierre de las fronteras al turismo. Asimismo, aconsejaron a los grupos de alto riesgo permanecer en casa y, a todos los cubanos, evitar el transporte público en horario pico, dos cosas difíciles de cumplir en un país sin transporte y con desabastecimiento de productos básicos.
"Esta vez siento que se han movido para informar a la gente. Eso no lo hacen con el dengue, solo se habla de las medidas para la prevención antivectorial, pero nunca ofrecen cifras de muertos, aunque los haya", opina Berta.
Fragmentos de los encuentros de alto nivel para evaluar la situación epidemiológica son transmitidos por el sistema de medios oficial, el mismo que no muestra las colas en panaderías, centros comerciales, paradas de transporte público, agravadas por la crisis económica actual.
Jubilada ya, por mucho que se informe y limpie su casa Berta tiene que hacer dos horas de cola frente a la farmacia con la esperanza de comprar Vitamina C en gotas o en pastillas.
Aunque ese medicamento no previene el coronavirus, tomarlo es uno de los consejos que le dio su nieto, Ernesto Carrión, quien a su vez lo oyó en un audio enviado por cadenas de WhatsApp.
Mientras Berta espera las indicaciones del Gobierno, como millones de cubanos atrapados en la centralización comunicacional, los más jóvenes buscan informarse en las redes sociales, donde pueden encontrar tanto bulos como datos verificados y opiniones de profesionales de la salud.
"En Facebook y por WhatsApp uno encuentra más rápido las cosas", se defiende Ernesto cuando se le advierte la existencia de bulos como el de la Vitamina C. "En el noticiero lo único que oyes es que Trump esto, que Trump lo otro, y al final lo que importa, que es la información del coronavirus, se pierde".
Resolver lo que se pueda, como se pueda
Si la politización del sistema mediático estatal provoca rechazo por parte de las nuevas generaciones, "el desabastecimiento pone ante la gente la imagen de un Gobierno incapaz de gestionar la crisis sanitaria, aunque el sistema de atención primaria llegue a todo el país", apunta un estudiante de quinto año de Sociología que pide el anonimato. "Eso implica que los ciudadanos resuelven lo que pueden y como pueden".
Su madre, que viaja a Panamá regularmente para importar artículos, "invirtió" en nasobucos reutilizables poco después que declararan los tres primeros casos en la Isla. En su vecindario, en la periferia habanera, "volaron".
El estudiante también prefiere informarse mediante las redes sociales antes que por los medios oficiales. Se mantiene atento a los sintéticos resúmenes noticiosos en el perfil de la periodista de la Presidencia, Leticia Martínez. Asimismo, sigue a Amílcar Pérez, joven microbiólogo residente fuera de Cuba, que postea información científica y estadística.
La ciudadanía no solo elige ahora por dónde informarse, sino que pone manos a la obra sin esperar indicaciones del Estado. En varios puntos de La Habana, mujeres confeccionan nasobucos para distribuir entre los vecinos. El universitario cree que "la gente siente que no debe esperar, que esperar es morir".
Algunos, como la periodista Miriam Celaya, decidieron entrar en cuarentena, "tomando en cuenta la poca seriedad con que las autoridades cubanas han asumido la actual pandemia", según publica en su perfil de Facebook. Advierte que no recibirá ni hará visitas, y solo saldrá a la calle en caso de necesidad.
Otras personas siguen acatando las disposiciones del Gobierno, pero no dejan de hacer sentir sus reclamos a través de las redes sociales.
"Acabo de dejar a mi hijo en la escuela porque el Ministerio de Educación ha decidido que no cerrarán y se mantienen los exámenes la próxima semana", posteó en su perfil de Facebook la fotógrafa Claudia Rodríguez Herrera, en referencia a la primaria Frank País García, del municipio habanero Plaza de la Revolución.
La directora del centro anunció a los padres que "se rompió el único lavamanos" y ahora "los niños no tienen dónde lavarse las manos", narró Rodríguez Herrera. "Aun así, tienen que seguir yendo porque no se ha dictaminado lo contrario", añadió la joven, que trabajó para medios oficiales.
Con las NECESIDADES QUE HAY EN CUBA Y TODO SE RESUELVE A NIVEL DE ''COLA'' es IMPOSIBLE CUARENTENA. Y un desgobierno QUE NO INVIERTE CON URGENCIA RECURSOS DE HIGIENE Y PROTECCIÓN PARA SU POBLACIÓN se traduce EN GRAN TRAGEDIA NACIONAL POR PANDEMIA.