Una vez que el Gobierno cubano permitió la conexión a internet desde los teléfonos móviles, en diciembre de 2018, cuatro jóvenes recién graduados ―dos ingenieros, un diseñador gráfico y una licenciada en turismo― comenzaron a trabajar en una aplicación semejante a Uber.
"Encontramos un mapa, empezamos a estudiar diseño, programación y marketing. Entonces empezamos la idea, desarrollamos la app desde cero y la lanzamos en diciembre del año pasado", explica a la agencia española de noticias EFE Claudia Cuevas, una de las artífices de la aplicación Sube, que hoy cuenta con más de 6.000 usuarios y 70 conductores.
La recién creada "startup" tuvo como primera sede un parque en el céntrico barrio habanero del Vedado, ya que contaba con un punto wifi para conectarse. Y tras meses de duro trabajo solo interrumpido por tormentas y otras inclemencias del tiempo, el éxito de la aplicación les ha brindado un techo en el barrio de Centro Habana, donde cuentan con una oficina moderna y espaciosa para los ocho profesionales que integran ya el equipo.
También tienen competencia: la aplicación Bajanda, creada por otro grupo de jóvenes emprendedores. Ambas son réplicas de Uber adaptadas a la realidad de Cuba, un país donde el uso de tarjetas de crédito es aún marginal, la conexión es inestable en algunas zonas y gran parte de los vehículos tiene más de 40 años.
Así, el trayecto económico en Bajanda puede ser a bordo de un utilitario soviético de los años 80 sin cinturón de seguridad, mientras las opciones "premium" abarcan vehículos modernos y los autos clásicos que pasean a turistas por La Habana.
"Hay mucho que hacer en Cuba, muchos caminos que explorar con los conocimientos que tienen los jóvenes cubanos: estamos estudiando constantemente, no tenemos barreras ni frenos, siempre estamos pensando qué hacer para mejorar económicamente y en cuanto a desarrollo profesional", afirma la cofundadora de Sube.
Si hay una gurú de los emprendedores en Cuba es Marta Deus. Nacida en La Habana y formada en Madrid, esta empresaria de 31 años dirige Negolution, la única revista sobre negocios publicada en la Isla, y tiene una asesoría que presta servicio a los trabajadores privados en la ardua tarea de levantar y mantener sus proyectos.
"En 2013 hubo una apertura en los negocios privados y decidimos hacer algo, brindar servicios a otras empresas privadas que estaban naciendo", explica a EFE la empresaria, que recientemente ha lanzado Mandao, un nuevo servicio de mensajería y comida a domicilio en La Habana inspirado en las plataformas Uber Eats y Glovo.
Hoy más de 1,4 millones de cubanos trabajan en el sector privado, un tercio de la fuerza laboral del país, y de ellos 610.000 son dueños de negocios.
No obstante, los emprendedores cubanos siguen afrontando más problemas que sus homólogos de cualquier otro país: "Es muy complejo mantener un negocio, porque vives en una incertidumbre muy grande. De pronto tenemos más sanciones de Estados Unidos, y aquí los cambios regulatorios son constantes: hoy tienes una regulación pero mañana tienes otra", lamenta Deus.
Me maravilla y admiro a estos jóvenes por su constancia y deseos de progresar en un país donde no hay garantías de ningún tipo y donde hoy dicen digo y luego dicen Diego.