Un hombre enamorado de su profesión con aspiraciones de superación, sincero, servicial, dedicado a sus pacientes. Así describen allegados al médico cubano Juan Manuel Obana Borges, quien murió el pasado 11 de septiembre en extrañas circunstancias en un baño del aeropuerto Charles de Gaulle, de París.
Obana Borges comenzó la carrera en 1990 y la terminó en 1996. Según cuenta un familiar cercano del cubano de 47 años, en 1999 terminó la primera especialidad y en 2001 la segunda.
Juan Manuel, un profesional capacitado y con ansias de superación, se hizo así especialista en Medicina Interna y en Medicina Intensiva y Atención al Grave. Como tal se desempeñaba en un hospital de Nuakchot, capital de Mauritania, hasta que tras su expulsión quedó truncada su vida.
"Estaba enamorado de su profesión, ayudaba a todo el que lo buscaba", aseguró la fuente a DIARIO DE CUBA.
Obana Borges estaba casado y dejó un hijo de un anterior matrimonio. "Adoraba a su hijo", añadió la fuente.
Asimismo, recordó que "sus principales gustos eran escuchar música, sobre todo Vicente Fernández y José José; hacer chistes y ver muchos documentales Discovery".
La fuente, que pidió mantenerse en el anonimato por temor a represalias que obstaculicen los trámites de repatriación del cadáver, afirmó que el médico cubano "odiaba la mentira y la guataquería".
La familia está desesperada por que los restos de Obana encuentren reposo en Cuba.
"Trabajó desde 1996 hasta 2015 en el hospital de Baracoa y de 2015 a 2018 en el Hospital de Maisí, donde estuvo para fundar y preparar el personal de la Terapia Intensiva. (…) Nunca dejó de tratar a personas", precisó su familiar.
Además, el especialista fue profesor de Medicina Interna de la Facultad de Medicina y "siempre tenía como costumbre estudiar dos horas".
Obana Borges hablaba perfectamente el inglés y estaba estudiando francés.
"Estuvo de misión en Zimbabue del 2008 a mediados del 2010. Era de ideas rápidas y decía siempre lo que pensaba. Creía en Dios y en la Virgen de la Caridad", concluyó la fuente.
Allegados que el miércoles confirmaron la noticia de la muerte de Obana Borges, en principio por un infarto, según la información dada a la familia, también expresaron incertidumbre y dudas sobre las circunstancias de su muerte, por versiones que han circulado entre los amigos.
"Amigos comunes me cuentan que él contactó con alguien para desertar en el aeropuerto, tenía personas afuera que lo iban a ayudar", relató a DIARIO DE CUBA Emerson Moreno, quien fue compañero de estudios del fallecido y mantenía comunicación con él por Facebook.
Según esas versiones, Obana Borges "pidió asilo político en Francia. El agente de Inmigración demoró unas tres horas y, al final, lo que le dijo fue que le ofrecían solamente regresar a Cuba o irse a Rusia. Parece que Francia le negó el asilo directamente", señaló Moreno.
"Una hora más tarde lo encontraron muerto en un baño del aeropuerto y le diagnosticaron un infarto", añadió.
La familia no estaba al corriente de la supuesta intención de Obana Borges de quedarse en Francia. Ahora, su principal objetivo es la repatriación del cadáver del médico.
Desde que murió, el 11 de septiembre, "la información sobre el traslado del cadáver ha sido escasa. La atención aquí hacia la familia ha sido escasa. Está a nivel de embajada. La realidad es que la mayor información la hemos tenido a través de una logia masónica a la que pertenecía Juan Manuel", señaló un familiar que habló con DIARIO DE CUBA el miércoles.
"Lo único que pedimos la familia es justicia para lo que sucedió. Le causaron un estrés que fue incompatible con la vida. Era un hombre fuerte joven, de 47 años. Y este suplicio parece que va a durar una semana más, hasta que llegue el cadáver", concluyó.
La venta de servicios médicos es la principal fuente de ingresos del Gobierno cubano, que se queda con al menos un 75% de lo que pagan en salarios los países de destino.
Los profesionales en "misiones" están bajo vigilancia y con sus derechos laborales y fundamentales severamente recortados.
En 2018, La Habana mantenía más de 34.000 médicos en 66 países. Según las cifras oficiales, ese año los ingresos por ese negocio fueron de 6.400 millones de dólares.