El atentado ocurrido el 27 de junio de 1960 en San Sebastián, al norte de España, y que causó la muerte a una bebé de 20 meses, fue inspirado por la revolución cubana liderada por Fidel Castro.
Considerado durante muchos años como el primer asesinato cometido por ETA, tuvo por promotor a José Abderramán Muley Moré, conocido como Pepe, quien había nacido en Barcelona y presenciado el triunfo de los barbudos en Cuba: "Esto es lo quiero en mi país, una revolución", dicen sus amigos que les dijo.
A 59 años del crimen, un informe publicado por el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, vinculado al Ministerio del Interior español, reveló que fueron cuatro hombres, miembros de un grupo terrorista de inspiración comunista llamado Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL), los autores.
Al frente del grupo, el catalán Pepe Muley, que soñó con llevar la revolución castrista a España y que, tras huir, acabaría como mano derecha del "Che".
Semanas después de la entrada de Fidel Castro en La Habana, Muley se reunió con Ernesto "Che" Guevara, según contó al suplemento Crónica, del diario español El Mundo, César, el hijo de Muley.
En esa reunión con el "Che", el catalán le propuso crear un comando para llevar la revolución a la Península Ibérica y acabar así con las dictaduras de Franco y Salazar (Portugal).
Guevara dio su visto bueno. También lo hizo otro español, comandante clave de la revolución y nacido en Madrid, Eloy Gutiérrez Menoyo. Se le sumó un gallego exiliado, el profesor republicano Xosé Velo, que se encontraba en Argentina y que había creado, junto al general hispanocubano Alberto Bayo, la Unión de Combatientes Españoles (UCE). Entre todos idearon el movimiento terrorista que atentaría en España: el DRIL.
A inicios de 1960, con el apoyo económico y logístico de los cubanos, Muley volvió a España. Adoptó el nombre de Manuel Rojas para convertirse en el coordinador general del DRIL y liderar un comando que pretendía cometer atentados múltiples.
El primero tuvo lugar en febrero en Madrid. Pusieron cuatro bombas en el centro de la ciudad. Dos fueron desactivadas por la Policía y las otras estallaron, aunque la única víctima mortal fue José Ramón Pérez, miembro del comando que manipulaba los explosivos.
El siguiente atentado fue el 26 de junio en el vagón de equipaje de un tren que hacía el trayecto Barcelona-Madrid. Y al día siguiente vino una ola de explosiones de bombas de niple en las consignas de cuatro estaciones de tren.
Esta vez, la explosión en la estación de Amara, San Sebastián, dejó heridas a seis personas. Una de ellas era el bebé de 20 meses María Begoña Urroz Ibarrola, que sufrió quemaduras en la cara y en todas sus extremidades. Murió poco antes de la medianoche, ingresada en la clínica del Perpetuo Socorro. Fue la primera víctima mortal del terrorismo en España.
Durante muchos años se ha dado por sentado que la responsable del asesinato de Begoña había sido la banda terrorista vasca ETA, que nunca lo reivindicó. Sí que lo hizo el DRIL en un comunicado en el diario El Nacional de Caracas, el 29 de junio de 1960, pero ni en la España franquista ni en la democrática trascendió.
"Lo último que se supo de ellos, después del atentado que mató a Begoña, es que fueron detenidos en Lieja, Bélgica, en septiembre de 1960 por terrorismo y subversión. Pese a que Franco pidió a las autoridades belgas que se los entregaran para ejecutarlos, quedaron libres por las presiones de los partidos socialistas y comunistas europeos", refirió el historiador Gaizka Fernández Soldevilla.
La CIA elaboró un informe confidencial sobre los atentados del DRIL por su vinculación con el movimiento revolucionario de Fidel Castro. El informe da todos los nombres de sus integrantes, tanto en Europa como en América.
Los papeles de la CIA también explican que el comandante Eloy Gutiérrez Menoyo, uno de los protagonistas de la revolución cubana, que había creado el Ejército Español de Liberación (EEL), fijó una reunión en Lieja con los miembros del DRIL en Europa para unificar ambas organizaciones.
La policía belga detuvo a 14 miembros del DRIL en la reunión que había convocado el comandante Gutiérrez Menoyo. Todos los responsables de los atentados en España fueron detenidos y puestos en libertad meses después.
Cuando Muley fue liberado en Bélgica, el "Che" Guevara ordenó a un barco pesquero cubano que lo fuera a buscar y lo llevase hasta La Habana. Al llegar al puerto de la Isla, el líder del DRIL tuvo un recibimiento apoteósico, como si fuera un héroe, con luces, banda de música y banderas republicanas. Sus amigos comunistas abrazaron su vuelta. Sobre todo Guevara.
"Solo estamos mal en el orden económico. Necesitamos ayuda", pidió Muley al "Che" en una carta mientras preparaba sus acciones. Y también le explicó su objetivo final: "Hacer fracasar el Plan de Estabilización Económica de Franco e impedir el ingreso de España en la OTAN. Preparamos acciones que provoquen el retraimiento del turismo, que disminuyan la importación de capitales y que aceleren el proceso de fuga de los capitales foráneos. Se trataría de explotar petardos alarmistas en las grandes ciudades y en efectuar sabotajes contra las industrias de capital extranjero y las comunicaciones".
Cuando Muley volvió a Cuba, se unió al "Che" Guevara como una especie de lugarteniente. Una posición que le duró poco por un enfrentamiento entre ambos.
"Mi padre discutió mucho con Guevara porque se oponía a los fusilamientos que se hacían a los opositores", recordó César, que entonces tenía 13 años. "Una noche, un amigo de mi padre, Umberto Escalona, que era secretario general del Partido Comunista cubano, vino a casa y le dijo: 'El 'Che' quiere tu cabeza'. Lo iban a llevar al castillo del Morro, donde hacían las ejecuciones. Escalona le dijo que en el aeropuerto tenía un avión militar a su disposición para sacarlo del país y llevarlo hasta Brasil. Y así fue. Al día siguiente, el G2, la policía secreta cubana, entró en nuestra casa y registraron todo, hasta las cisternas de los váteres. Mi madre, mi hermano y yo fuimos a Brasil dos meses después".
César contó que desde entonces su padre no volvió a tener ningún contacto con el DRIL ni con ningún movimiento revolucionario.
"La única persona del DRIL con la que se volvió a ver fue con Eloy Gutiérrez Menoyo. Una noche se encontraron y se bebieron una botella de whisky recordando sus andanzas de revolucionarios", refirió.
Menoyo, que también acabó enfrentándose a Guevara y dirigió varias operaciones militares anticastristas, fue detenido y condenado a 30 años de prisión. En 1986, después de la presión internacional encabezada por el entonces presidente español Felipe González, fue liberado y llevado a España. Falleció en 2012, como su amigo Muley.
César reiteró que de lo único de lo que se arrepintió su padre fue de la muerte de Begoña, la primera víctima del terrorismo en España. Aunque Muley nunca pidió perdón. Ni pagó por ello.