El Gobierno de Cuba, en la figura de su embajadora en Ottawa, Josefina Vidal, reconoció que la decisión de las autoridades canadienses de reducir al mínimo su personal diplomático y dejar de otorgar visados a ciudadanos de la Isla tiene "consecuencias en las relaciones".
"Lo que no podemos entender es que se tome una decisión de esta magnitud, con sus consecuencias en las relaciones, sin evidencias. ¿Cuál es la causa de las enfermedades que los diplomáticos canadienses han informado? No hay evidencia de que Cuba no sea un país seguro", dijo Vidal a Radio Canadá.
La diplomática cubana, que ofreció con esta la reacción pública más directa de La Habana a la decisión de Ottawa, agregó que esta tendrá otras consecuencias, como la afectación de los negocios entre ambos gobiernos, y también de los proyectos de ayuda al desarrollo que Canadá tiene en Cuba.
"Como resultado, tenemos una embajada débil en Cuba", dijo, refiriéndose a la sede diplomática de la nación norteamericana.
En mayo, durante la visita a la Isla de Chrystia Freeland, ministra de Exteriores de Canadá, su homólogo Bruno Rodríguez, expresó su "preocupación" por los efectos negativos de la "infundada decisión canadiense de suspender los servicios de otorgamiento de visas a los ciudadanos cubanos", que se produjo "sin la menor evidencia de riesgos para la seguridad de estos", según citó el Ministerio de Exteriores en un comunicado.
Las relaciones entre ambos gobiernos pasan por un momento delicado después que más de una decena de empleados de la sede diplomática de Ottawa en La Habana y algunos de sus familiares presentaron problemas de salud similares a los que padeció parte del personal de la Embajada de EEUU en Cuba, la cual también pasó entonces a funcionar bajo mínimos.
En enero de 2019, también Josefina Vidal había protestado la decisión del Gobierno canadiense de reducir su personal diplomático en La Habana, tras el anuncio de que otro canadiense estaba afectado por unas misteriosas lesiones cerebrales.
En un comunicado, Vidal declaró que aunque Cuba entiende la necesidad de Ottawa de proteger a su personal diplomático, "considera que la decisión de Canadá (...) es incomprensible".
Vidal dijo que el recorte del personal diplomático canadiense "no ayudará a encontrar respuestas a los síntomas de los diplomáticos canadienses y tendrá un impacto en las relaciones".
"Este comportamiento favorece a los que en Estados Unidos utilizan este asunto para atacar y denigrar a Cuba", añadió la diplomática cubana.
La embajadora también señaló que Cuba está colaborando totalmente con el Gobierno canadiense y "ha proporcionado toda las pruebas disponibles" a la vez que ha puesto a su disposición los "mejores expertos cubanos en los campos más diversos".
La declaración de Vidal rompe el silencio de La Habana, que no emitió declaración oficial tras hacerse pública la decisión de Ottawa, lo cual contrastó con la feroz campaña desatada por el Gobierno a raiz de una medida semejante de parte de EEUU, que redujo al mínimo su personal en Cuba tras los misteriosos problemas de salud que afectaron a más de una veintena de funcionarios y sus familiares.