El cadáver de un cubano residente en Ecuador fue hallado apuñalado y con unas medias como única prenda de vestir dentro de un carro abandonado en la localidad rural de Alangansí, en el Valle de Los Chillos, informó la edición digital del periódico La Hora.
De acuerdo con el reporte del medio local, el hombre, descubierto por un vecino de la zona el pasado domingo, tenía al menos cuatro heridas cortopunzantes en la región frontal del torso y la pierna.
La víctima estaba sentada, con manchas profusas de sangre, en el asiento posterior de un vehículo plateado de su propiedad.
El reporte precisó que el área fue cercada con una cinta amarilla para las labores de los peritos de la Unidad de Criminalística y de Muertes Violentas. Los especialistas lograron encontrar huellas dactilares y una lata de cerveza sin abrir.
La primera hipótesis que manejaron las autoridades fue que el asesinato ocurrió por un robo, pues al fallecido lo despojaron de sus bienes.
Sin embargo, lo que llamó la atención de los uniformados fue que el hombre estaba completamente desnudo.
Según La Hora, los agentes sí estaban seguros de que el crimen no ocurrió en el sitio donde se halló el cuerpo del cubano, quien vivía en Ecuador desde hacía diez años y fue identificado como Evardo Sardinas Llerena, de 51 años.
El mayor Iván Naranjo, jefe de la Unidad de Muertes Violentas de la Policía, explicó que la vía fue seleccionada por el asesino o los asesinos para abandonar los restos.
El cadáver de Sardinas Llerena fue trasladarlo a la morgue de la Policía Nacional, pero en la tarde del domingo ninguna persona se había acercado a la morgue para reclamar el cuerpo.
Un cubano acusado de asesinar a su esposa en España alega que fue un accidente
El acusado de asesinar a su mujer el 31 de octubre de 2017 en el barrio de El Fraile, en el municipio tinerfeño de Arona, ha declarado el martes en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, España, que los hechos que se le atribuyen se debieron a un accidente.
Durante la apertura del juicio oral, el acusado, J.A.P.B., respondió a las preguntas de todas las partes y dio una versión distinta a la de la Fiscalía de los hechos ocurridos ese día y al relato de la madre de la víctima en torno a la relación que mantenía con su esposa, ambos de nacionalidad cubana, precisó un reporte de EFE.
Según el relato de la Fiscalía, en la mañana del 31 de octubre de 2017, una vez la mujer había llegado a su domicilio tras recoger al hijo menor de la escuela, el acusado y la víctima iniciaron una fuerte discusión debido a que J.A.P.B. no aceptaba entonces que ella quisiera finalizar la relación ni que mantuviera una relación con otro hombre.
En el transcurso de la discusión, según el relato de la Fiscalía, el acusado aprovechó su "muy superior fortaleza física" para apretar el cuello de la mujer con las manos "de forma brutal", lo que hizo "inútil" cualquier defensa de ella, hasta que la asfixió y le fracturó la segunda vértebra cervical.
El investigado huyó presuntamente del lugar después de esconder el cadáver en el armario de la habitación del hijo menor. El criminal fue localizado por agentes de la Guardia Civil a horas de la madrugada del 1 de noviembre en las inmediaciones del aeropuerto Tenerife Norte.
El Ministerio Fiscal calificó estos hechos como delito de asesinato con agravante de género y de parentesco, por los que pidió 24 años de prisión para el acusado y privación de patria potestad respecto del menor, así como una indemnización de 200.000 euros y el abono de las costas procesales.
La acusación popular, representada por el Instituto Canario de Igualdad, pidió siete años más de prisión, para un total de 31 años, porque también apreció "gran ensañamiento" y "abuso de superioridad".
Sin embargo, la defensa pidió atenuante de arrepentimiento y de estado de enajenación mental, y que en cualquier caso no fue un asesinato, sino un homicidio imprudente, un "accidente".
Dado que no hubo intención y el acusado sufría una alta presión psicológica, según la defensa, la condena debería reducirse a un año de prisión.
La víctima, de 28 años en el momento de los hechos, había llegado sola años antes a España para convalidar su título de Medicina mientras trabajaba, y el encausado permaneció en Cuba con el hijo de ambos hasta que a finales de septiembre de 2017 se reunieron en Tenerife.
La madre de la víctima aseguró que el acusado era muy celoso, que controlaba las conversaciones de la hija por el teléfono móvil, y que llegó a romperle varios de ellos, así como su título de Medicina.
"Le veía moratones en las piernas, en los muslos. Le preguntaba qué le pasaba, pero él salía al paso y decía que padecía de circulación. Yo sabía que eso no era así. Entonces ella me decía que sí, que eran golpes", añadió la madre de la joven asesinada.
Además, la madre declaró que cuando J.A.P.B. aún estaba en Cuba obligó a su esposa a dejar amistades y la llamaba "continuamente". Añadió que el acusado dijo públicamente que quería viajar a Tenerife con la idea de matarla.
La madre apuntó, asimismo, que tras los hechos su nieto le tiene "mucho miedo" al padre porque solía pegarle. El niño confirmó que él empujaba a su madre cuando discutían en su presencia.
J.A.P.B. declaró que nunca golpeó a la víctima, que todo era normal en la relación tras su llegada, que tampoco sabía que ella tuviera una segunda relación y negó, por otro lado, que apretase el cuello de la víctima el día de los hechos.
Aquella mañana, según su testimonio, él le arrebató el móvil y la empujó hacia atrás con las dos manos sobre la garganta y que, tras realizar un gesto para apartarla, la mujer cayó bocabajo inconsciente.
J.A.P.B. negó que fuera controlador o celoso, tanto en Cuba como en Tenerife, así como que quisiera llegar a España para matar a su esposa o que descuidara la atención de su hijo.
"Me trataba como a un perro. No me respetaba, no me trataba bien", reprochó el acusado a la víctima. También subrayó que una vez supo de su otra relación tan solo quiso saber la verdad.
