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Sociedad

Duelo entre guardafronteras y 'piratas' cubanos por un velero encallado

El barco, de bandera estadounidense, quedó atrapado en la costa de Jaimanitas, La Habana.

La Habana

En la madrugada del miércoles, un velero de bandera estadounidense encalló en los arrecifes, a pocos metros de la orilla, cuando entraba a la habanera Marina Hemingway.

"No es el primero que encalla en esta zona", dice Ñico, viejo pescador de Jaimanitas, al noroeste de La Habana. Varias de estas embarcaciones ya han sufrido este tipo de accidentes. Hace unos meses otro velero encalló en ese mismo sitio, donde hay poca profundidad y cuando la marea baja el diente de perro sale a la superficie.

"Algunos 'piratas' del pueblo se alistan para el abordaje —añade el pescador— el último barco fue abandonado por sus dueños cuando comenzó a hundirse y la gente aprovechó y lo saqueó".

Uno de los muchachos que participó en la aventura es Dandy. Cuenta que logró salvar un televisor de pantalla plana.

"Hay una ley del mar que dicta que lo que se halla en un barco abandonado es propiedad de quien lo encuentra. Los dueños del barco eran un par de viejitos, salieron en el bote salvavidas hasta la orilla y se sentaron en la arena a ver 'la película'. Dijeron que no les preocupaba, que el barco estaba asegurado y la compañía repondría los daños. Yo nunca vi cómo se arma un barco, pero ya sé cómo desarmarlo", relata Dandy.

Leticia, una joven de Jaimanitas proveniente de una familia de marineros y que estuvo casada durante tres años con un estadounidense que tenía un velero en la marina, abunda sobre el suceso.

"Aquel barco se llamaba Enma y, es cierto, la gente cargó con todo lo que encontró, pero lo mejor lo cogió guardafronteras: el engine run, que son los filtros del cuarto de máquina y que aquí en Cuba no los hay y cuestan un bolón de pesos. También los instrumentos de navegación, el radar".

Paqui, otro pescador del pueblo, afirma que los veleros encallan porque no quieren pagar al práctico para que los guíe al entrar a la marina.

"Ellos creen que son los campeones del mar y se las saben todas, y con el diente de perro cubano no se juega. Mira este velero, ya comenzó a escorarse y los 'piratas' se afilan los dientes para irle arriba".

Pero las esperanzas de gratuidades gracias al naufragio se han visto empañadas. Lanchas guardafronteras se arrimaron al barco encallado para darle auxilio. El fuerte oleaje no les permitía acercarse y, tras varias maniobras, lograron enganchar un cabo para moverlo, aunque resultó infructuoso.

Un subteniente del destacamento de guardafronteras, de apellido Núñez, asignado en tierra para evitar el estorbo de intrusos en las labores de rescate, negó que por el momento los militares hayan cogido algo del barco abandonado.

"No sé de ninguna ley del mar. Aquel era un barco viejo, los dueños sacaron los objetos de valor que les interesaban y lo dieron por perdido. Pero en lo adelante no se permitirá ningún tipo de latrocinio".

La ruta de entrada a la Marina Hemingway es una zona baja, de muchas rocas. Está orientada con balizas verdes y rojas, que los barcos confunden en la noche con las señalizaciones de la entrada al canal del destacamento guardafronteras.

"Ahí pierden el rumbo", apuntó otro oficial que acompañaba al subteniente en la misión de vigilancia.

Impedidos por el fuerte oleaje y la falta de la técnica adecuada, los guardafronteras suspendieron las labores de rescate. El barco daba fuertes bandazos en el mar. Los dos oficiales de la marina permanecían en la orilla vigilando, mientras que los llamado "piratas" de Jaimanitas aún esperan la posibilidad de atacar.

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