Se han juntado dos malas noticias para el aprovisionamiento de petróleo de Cuba.
En Caracas, el presidente interino Juan Guaidó declaró la emergencia nacional ante la caída del sistema eléctrico y anunció que se tomarían medidas inmediatas contra la injerencia castrista en el país. "No vamos a seguir financiando la injerencia de los cubanos en nuestras fuerzas armadas", tuiteó.
Guaidó ha ido directamente al centro de la situación venezolana, al centro del poder que sostiene al régimen de Nicolás Maduro: La Habana.
Y apuntar a La Habana es apuntar al petróleo. Así explicó cuáles podían ser esas medidas inmediatas: "Hemos decretado no más envío de petróleo a Cuba, no se van a seguir chuleando el dinero del pueblo de Venezuela (…), además no solamente lo decretamos, sino que solicitamos la cooperación internacional para hacer efectiva esta medida".
El régimen cubano busca alternativas para el caso de que los envíos de combustible venezolanos terminen. Argelia es considerada una opción, pero se ha vuelto una opción complicada desde que hace tres semanas comenzaron las protestas populares contra la reelección de Abdelaziz Buteflika para un quinto mandato presidencial. Y tales protestas acaban de lograr la renuncia de Buteflika, la convocatoria a una comisión nacional y el aplazamiento de las elecciones.
Venezuela y Argelia peligran como aliados del régimen cubano y privilegiados socios económicos. Para el pueblo cubano todo esto puede significar otro Periodo Especial. Los apagones de Caracas se extenderían hasta la Isla y también podría extenderse lo imperioso de una salida popular a ese régimen de apagones y corrupción y miseria.