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Religión

Una cifra récord de peregrinos cubanos se exprime los bolsillos para ver al papa

Son más que la suma de todos los que han participado en las Jornadas Mundiales de la Juventud desde 1987.

La Habana

Son 471, un récord de peregrinos cubanos a una Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Muchos hicieron de tripas corazón para sufragar el reencuentro con el papa Francisco en Panamá y pedirle que ore por su Isla. Otros recibieron ayuda de iglesias extranjeras y familiares en el exterior.

"Tuvimos que costearnos el viaje, cosa bien difícil porque el salario no da para eso", declaró a la AFP Ramón Elejalde, un afrocubano de 44 años, que trabaja como torcedor de habanos en una fábrica estatal.

"Tuve que pedir préstamos", añadió Elejalde, quien realizó el fin de semana una vigilia junto a un centenar de jóvenes con vistas a la JMJ en la Iglesia del Santo Ángel Custodio, en La Habana.

Los gastos de estancia, boleto, seguro médico y alimentación suman unos 680 dólares. Parece barato, pero equivalen a 22,6 salarios medios en Cuba.

"Más del 60% de la delegación se ha autofinanciado su viaje y estancia en Panamá", sede del encuentro del 22 al 27 de enero, aseguró el sacerdote Jorge Luis Pérez Soto (37), asesor de la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de La Habana.

Todos nacieron y viven en un país que, por 30 años (1961-1992), propugnó el ateísmo y que solo en 2019 —si se aprueba en referendo la nueva Constitución del Gobierno— será constitucionalmente laico, pese a que el 85% de la población profesa creencias religiosas de algún tipo.

En 1961 el Gobierno de Fidel Castro nacionalizó la enseñanza y la Iglesia Católica perdió su sostén económico, además de numerosas propiedades que le fueron confiscadas. Desde entonces se define como "pobre".

"Un gran porciento de jóvenes han sido subsidiados por otras iglesias hermanas", como la de Estados Unidos e instituciones católicas internacionales, indicó Pérez.

Las relaciones Iglesia-Estado fueron ondulantes en los 60 años de Revolución, con períodos de hostigamiento por parte del Gobierno, como en la década de 1960, cuando fueron expulsados de la Isla decenas de sacerdotes.

La visita del Papa Juan Pablo II en 1998 y abrió un período de acercamiento no exento de diferencias.

El Partido Comunista de Cuba mantiene una Oficina de Asuntos Religiosos a través de la cual monitorea las actividades de todas las denominaciones religiosas del país y los cultos africanos.

Aquellas entidades religiosas que se niegan a tener vínculos con esa oficina son habitualmente perseguidas.

En la llamada "consulta popular" sobre la nueva Constitución, que irá a referendo en febrero, los obispos rechazaron el matrimonio igualitario y lamentaron "la ausencia del reconocimiento a la diversidad de opinión política".

Cuba participó por primera vez en una JMJ en Buenos Aires, en 1987. La suma de todos sus participantes desde entonces, incluyendo los 200 que fueron a Toronto (Canadá) en 2002, es menor que la delegación actual.

Además de la cercanía con Panamá, "toda la serie de cambios económicos que se han ido produciendo (en Cuba), la apertura a la iniciativa privada", han permitido a algunas familias sufragar los gastos del viaje, dijo Pérez.

"Tuve que sacrificarme mucho y limitarme de muchas cosas para reunir este dinero, pero también me ayudaron mis padres, mi familia desde el exterior", declaró Brayan Gavilán (24), empleado de un almacén estatal y camarero en un restaurante privado.

Francisco visitó Cuba en 2015 y pidió a los jóvenes que no perdieran su capacidad de soñar. Leonardo Fernández, a nombre de los jóvenes, le solicitó entonces "algo especial".

"Que renueve en nosotros la esperanza de que se puede crecer, estudiar, trabajar, caminar y ser feliz en esta compleja realidad que nos tocó vivir".

María de la Caridad Santos (23) estudia lengua francesa y es una de las que necesitó que se le cubrieran los gastos.

"Para mí los cambios son lentos", pero "no me quiero ir de Cuba. Me hace ilusión ir (a Panamá) como cubana, con mi bandera (...) porque forma parte de mi identidad", cuenta.

Para el estudiante de Humanidades y trabajador episcopal Roberto Rasa (25), los llamados del papa están vigentes.

"Creo que es fundamental que un joven cubano opte por nuestra realidad, sea difícil, sea complicada, es nuestra realidad", señala. "Me queda mucho por hacer aquí".

En la vigilia participó una treintena de angoleños, de los 210 que viajarán a Panamá y utilizarán a Cuba como puente. Un grupo de jóvenes rusos pernocta en La Habana con el mismo fin.

"Cuba, por su posición geográfica, tiene una vocación de buscar la unidad", dice Pére.

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