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Sociedad

En Cuba los Reyes Magos trabajan para el Estado

'Aquí el único bloqueo que veo son los precios y los miserables salarios', dice una madre en una tienda habanera.

Madrid

Camilo tiene siete años y está feliz. Los Reyes Magos le trajeron un auto de control remoto, pero él sospecha que no fue Baltazar, como le han dicho sus padres.

Camilo no imagina el esfuerzo que hizo Luis para cumplir su deseo. No sabe que el juguete costó 27CUC, cinco más de lo que gana al mes su padre, chofer de la ruta P1 en el paradero de Playa-San Miguel del Padrón.

"Pude pagar el precio del juguete con lo que 'raspo' en la alcancía de la guagua. Si no, ¿cómo?".

Al igual que el padre de Camilo, muchos cubanos se sacrificaron según sus posibilidades y este sábado se vio un hormiguero de gente buscando en las jugueterías en divisas del Estado, muy bien surtidas, el regalo para el Día de los Reyes Magos.

La cola en la Marina Hemingway era larga al mediodía, y se demoraba mucho por los padres indecisos que recorrían estanterías sacando cuentas de qué regalo podían alcanzar con sus ahorros o la remesa enviada por el familiar desde el extranjero. Todos coincidían en que los precios eran muy altos.

"Una muñeca sencilla cuesta 18CUC y si es más grande, mucho más", dijo Wendy, que viajó desde La Lisa con su esposo Aldo. Tienen una niña de 11 años que dejaron en la casa con la abuela y no se decidían entre comprarle un piano o una guitarra de teclas. La niña tiene inclinaciones por la música y ellos quieren incentivarle el talento.

"La guitarra cuesta 47CUC y el piano 40", dijo Aldo. "Mi hermano, que vive en Miami, me envío 100 dólares, que se convirtieron en 80 en la Casa de Cambio del Estado. De ahí aparté 40 para la casa y los otros 40 para el regalo de la niña. Creo que el piano será lo más razonable".

Las crecientes desigualdades del país eran evidentes en las tiendas. Los pocos cubanos con recursos compraba juguetes caros y lujosos, mientras que una mayoría pobre contaba sus centavos.

Algunos compraron sin pestañear bicicletas de 150CUC, y también autos de juguete de tamaño grande, en los que el niño puede sentarse y conducir, muñecas que pedían leche en tres idiomas y juegos de combate, todo a precios imposibles para el bolsillo medio de un país en el que el salario mensual no supera los 30CUC al mes.

"¿No sé cuál es el bloqueo? Aquí hay de todo", manifestó en voz alta una madre en la cola. "Aquí el único bloqueo que veo son los precios y los miserables salarios".

Este 6 de enero hubo en Cuba muchos padres que no pudieron regalarle nada a sus hijos. Para esos niños el Día de Reyes pasó como otro cualquiera.

"Cuánto me hubiera gustado regalarle algo al niño", dijo Brígida, de Jaimanitas, quien trabaja de custodio en un círculo social.

"No puedo, el fin de año nos dejó pelados y con deudas ¡Y tú sabes cuánto cuesta un juguete!".

Otra madre que no regaló nada a su hijo fue Cusa, una manicure que ahorra para arreglar la casa.

"Todo lo que gano es para materiales de construcción. Estoy esperando un rollo de cabilla que cuesta 200CUC y, además, los azulejos de la meseta me salen en 100. Aunque me duele en el alma porque el niño se porta bien en la escuela, saca buenas notas y se lo merece, ese dinero de los materiales no puedo tocarlo".

Leidy es madre soltera y tiene un hijo de siete años llamado Daymon.

"En diciembre vino una mujer a mi casa vendiéndome un Nintendo traído de Panamá y se lo compré en 25CUC. Le dije a Daymon que ese era el regalo, por adelantado, pero ya lo rompió".

"Este Día de Reyes, con los 10CUC que me busqué en un negocio que hice, compre la comida del día y una botella de ron, porque para sobrevivir de verdad tengo que volverme una maga".

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