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Transporte

¿Cuál fue el impacto de 'El Trancón'?

Usuarios y conductores valoran el resultado de la convocatoria a una 'huelga' atribuida a trasportistas privados.

La Habana

"En Cuba ya no hace falta que el Gobierno reprima a nadie, nosotros nos reprimimos solos", dijo Gerardo, bicitaxista de Centro Habana, que en horas tempranas de este viernes acudió al Capitolio con la idea de unirse a una protesta, supuestamente convocada por transportistas privados de la capital, contra las medidas para controlarlos que entraron en vigor.

"No hubo tal protesta, y veo a todos los almendrones de siempre que salieron a 'curralar', así que tampoco se quedaron en sus casas como decía el volante ese que circularon hace semanas", cuestionó Gerardo, dirigiéndose al local donde parquea su bicitaxi.

"Como nadie hizo ni timbales, yo me voy a buscar mis pesos, que nadie me los va a regalar".

Según decía un llamado que circuló durante varias semanas en las redes sociales, "El Trancón" debía comenzar el 7 de diciembre y durar diez días. "No saldremos a trabajar boteros, choferes de cooperativas y de guaguas estatales, los motoneros, camioneros de pasajes y conductores todos", decía el texto atribuido a transportistas.

Abelardo, dueño de un camión que cubre el recorrido Vedado-Víbora-Alamar, opinó que el llamado a la huelga era demasiado ambicioso, por el hecho de que los choferes estatales no sufren los mismos problemas que los particulares.

"Los cubanos podremos ser solidarios, pero siempre y cuando no implique ningún asunto político, porque en este país este tipo de cosas son tomadas por el Estado como contrarrevolución. Hay que tener los pies en la tierra".

En los paraderos de ómnibus estatales de Palatino, El Calvario, Alamar y Romerillo, ninguno de los choferes entrevistados dijo haber tenido intención de participar en El Trancón, a pesar de que la convocatoria mencionaba, entre otras exigencias, "que el salario del trabajador estatal esté acorde con las necesidades básicas del ser humano".

"Me enteré de los rumores de la huelga, pero en todas estas semanas no escuché nada de organización, ni a ningún chofer estatal decir que no vendría a trabajar en estos diez días. El único movimiento era que a todos los paraderos le asignaron vehículos nuevos", aseguró Rogelio en el paradero de Palatino.

Por su parte, Claudio, chofer del paradero de Alamar, insistió en que una huelga en Cuba, de cualquier índole, tendría que ser espontánea, como "El Maleconazo", que naciera de la indignación de todos los cubanos.

"Con esa planificación y avisándole al Gobierno no va a resultar posible, aunque los cubanos tengamos toda la razón y los motivos para salir a las calles. Ellos (el Gobierno) no son bobos y tienen miles de informantes, miles de maneras de frenar la cosa, aunque tengan que recurrir al extremo de pasarle por encima al pueblo", advirtió Claudio.

Ninguno de los transportistas entrevistados durante las dos semanas previas al inicio de El Trancón, entre estatales, cooperativistas y particulares, dijo saber el origen de la convocatoria a la huelga.

Un operativo policial silencioso

No pocos habaneros consultados, conocedores de la convocatoria, dudaron de que realmente el llamado a la huelga haya nacido desde los transportistas privados.

"El llamado a la huelga era nacional y convocaba a todos los sectores (estatal, cooperativo y privado) y eso no tiene precedente en 60 años", atajó Aracelia Cruz, profesora jubilada y vecina de Los Sitios.

"Resultaba ingenuo pretender que una huelga general de transportistas ocurriera. Creo que eso fue una bola de trapo lanzada por el Gobierno para calibrar la atmósfera, recopilar opiniones y comprobar si el pueblo estaría en disposición de sumarse a un plante generalizado".

Luis Herrera Paz, vecino de Consulado, opinó que el operativo policial en los alrededores del Capitolio no fue grande en comparación con lo que pretendía El Trancón.

"La cantidad de policías y militares que estaban apostados por toda la zona desde el jueves es casi la misma de todos los días, excepto un par de camiones y patrullas más. Esta gente (el Gobierno) sabía de antemano que no iba a pasar nada, y lo que hicieron fue una trampa para cazar bobos", dijo Herrera Paz.

Desde la percepción del periodista independiente Jorge Enrique Rodríguez, quien caminó por los alrededores del Capitolio entre las 8:00 de la mañana y el mediodía del viernes, "el despliegue policial durante la noche del jueves 6 y la mañana del viernes 7 no fue diferente al de otros días en esa zona turística; fue un operativo policial en voz baja".

"Más bien estuvo emplazado para reprimir la presencia de opositores y periodistas independientes que acudieran al lugar para apoyar o dar cobertura mediática a la presunta protesta los transportistas", consideró Rodríguez.

La respuesta gubernamental más evidente era el notable refuerzo del transporte público urbano.

Un recorrido por piqueras de Centro Habana, La Víbora y el Vedado, en busca de opiniones de transportistas privados y de cooperativas, arrojó que lo previsto en la convocatoria no llegó a puerto por diferentes motivos. Entre ellos, el miedo a las represalias policiales y la presión de la Seguridad del Estado sobre el gremio.

"El miedo que carcome a este país es lo primero", declaró Orestes Sarduy, botero de la ruta Vedado-Playa, quien al ser preguntado sobre por qué no acudió a la protesta y salió a trabajar respondió: "no soy mártir y mis hijos tienen que comer".

Por su parte, Wilfredo, chofer de la Cooperativa de Ruteros 2, coincidió en que el miedo es lo impide cualquier tipo de organización "ya sea para protestar o reclamar nuestros derechos".

El Gobierno cubano no reconoce el derecho a huelga y varios transportistas dijeron que en los días previos a El Trancón fueron visitados por agentes de la Seguridad del Estado que les advirtieron que no se sumaran.

"Todos los cubanos llevamos un policía y un cederista en el corazón. El Gobierno lo sabe y lo explota. Se sabía de antemano que nada como El Trancón iba a suceder, ya desde el jueves estaban alistadas todas las guaguas nuevas y todos los depósitos de combustible bien abastecidos para un mes", concluyó Wilfredo.

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