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Opinión

Editorial: Mariela Castro defiende que rapiñen a los médicos cubanos

Por fin el oficialismo se ha referido al dinero que le extraen a cada trabajador cubano de la salud en cooperación internacional.

Madrid
Mariela Castro.
Mariela Castro. EUROPA PRESS/REUTERS

Por fin el oficialismo se ha referido al dinero que le extraen a cada trabajador cubano de la salud en cooperación internacional.

El presidente electo brasileño Jair Bolsonaro acusó al Gobierno de Cuba de apropiarse de la mayor parte del sueldo de cada médico cubano en Brasil. A tal acusación respondió el Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP), aunque, en lugar de hablar de los sueldos brasileños de esos médicos, se refirió solamente a los sueldos en pesos cubanos que se les pagaba.

Y ha sido el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) quien ha tocado el tema tabú. Es decir, la directora Mariela Castro ha salido a defender el método de extracción de ganancias que ayuda a sostener en el poder a su familia.

Son muchas las objeciones que se le podrían hacer a su explicación, una explicación todavía más falsa que la que publicó el MINSAP. Que ese personal sanitario no fue obligado a ir a Brasil, dice Mariela Castro, hija de una dinastía que ha logrado hacer tan difíciles la vida y el desempeño profesional de médicos y enfermeras y técnicos sanitarios dentro de Cuba que cualquier salida al extranjero, por disminuida que puedan ser las ganancias, representa para ellos una esperanza y una liberación.

La justificación improvisada por el CENESEX afirma que los fondos que el Estado cubano saca de los sueldos de esos trabajadores son invertidos en intereses sociales del país y no van al bolsillo de nadie. Mentira: no existe posibilidad ni garantía de que los representantes políticos de la población discutan los presupuestos del Estado. Y forma parte de la semiesclavitud de las batas blancas —y de la población en general— mantener a esos trabajadores en el desconocimiento de a dónde va y a qué se dedica el dinero que le extraen.

Los datos al respecto nunca van a publicarse porque el castrismo se basa en tales secretos. Necesita dinero y opacidad para sus planes militares, para sostener un activo aparato represivo y, no hay que descartarlo, para que una nomenclatura alzada sobre la miseria general mantenga su alto tren de vida.

Mariela Castro, hija y hermana de jefes militares y de represión, sabe de la necesidad de esa extorsión practicada como sistema. Y lo sabe también por sí misma, por los lujos que se da en su vida. Por todas estas razones, ha salido a defender los negocios de la famiglia.

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