sanidad en países como Chile y Costa Rica superan al de Cuba.
Según recogió el diario El País, entre los 71 países analizados, 22 de 27 latinoamericanos y caribeños se sitúan en la mitad inferior de la tabla y, de ellos, 12 están en el último cuarto. Chile ocupa el octavo puesto, el mejor ubicado en nuestra región, delante de Costa Rica y Cuba que aparecen en los puestos 31 y 32, respectivamente, a nivel mundial.
El objetivo del estudio, según Diana Pinto, especialista líder en salud del BID y una de las autoras, es evaluar la eficacia y analizar en qué puede mejorar cada país a la hora de sacar el máximo partido al dinero invertido en sanidad, comparándolo con otros países del mundo.
Los investigadores emplearon una metodología homologada en todo el mundo que compara las inversiones en salud tanto del sector público como del privado con resultados medibles, como la esperanza de vida, las tasas de vacunación, la mortalidad infantil, la atención durante el parto y el acceso a servicios especializados, entre otros.
Es un informe más cuantitativo que cualitativo; no mide, por ejemplo, variables como la calidad del servicio, la atención al paciente, el estado de conservación de los hospitales o las listas de espera.
De ser así, Cuba habría tenido una peor ubicación, atendiendo a las quejas documentadas de los cubanos sobre el deterioro de estos servicios a lo largo y ancho de la Isla.
El estudio, añadió El País, muestra que, en general, los países de América Latina y el Caribe tienen resultados particularmente peores en la provisión de acceso equitativo a los servicios que los de la OCDE, según el informe.
El Informe sobre la salud en el mundo de la OMS estimaba en 2010 que entre el 20% y el 40% de todos los recursos gastados en sanidad se despilfarran. Ocho años después, el estudio del BID ha encontrado similares resultados en Latinoamérica.
Pinto destacó cuatro grandes fuentes de ineficiencia la calidad institucional, la atención primaria, la política farmacéutica y la compra estratégica.