Bajo el título "El reto de asumir un nuevo concepto", el periódico oficial Juventud Rebelde defiende este domingo el polémico artículo 68, que redefine el matrimonio como la unión entre dos personas, sin especificar sexo, y que se ha convertido en la manzana de la discordia en los "debates" públicos del proyecto de nueva Constitución.
Esta arista del documento, propuesto por el Partido Comunista y que ha sido "debatido" desde agosto en reuniones oficiales a nivel de barrio y centros laborales, ha acaparado mucha atención, poniendo de relieve el machismo que aún impera en la sociedad cubana a pesar de los avances en los derechos de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT).
Las iglesias en Cuba han avivado la polémica después de que el país expandió, bajo control, las libertades religiosas en la década de 1990.
Sin mencionar estas controversias, JR refiere que "la formulación del artículo en el Proyecto de Carta Magna ha generado polémicas." Y considera "lógico" que el artículo 68, al dar "cauce a la posibilidad del matrimonio igualitario" despierte "la polémica en los debates."
El texto cita declaraciones de Homero Acosta Álvarez, secretario del Consejo de Estado y uno de los miembros de la comisión del Partido Comunista que redactó el nuevo texto constitucional, quien señaló la alternativa que se les planteó ante el asunto: mantener con rango constitucional el concepto de matrimonio (contenido apenas regulado en las constituciones) o apartarse de ello y dejar a la ley su desarrollo.
"Se optó por mantener esa configuración y asumir el reto del nuevo concepto, a sabiendas de que su inclusión podía generar discrepancias atendiendo a razones culturales, prejuicios y visiones estereotipadas que no se transforman de un día para otro", dijo Acosta.
Desde la perspectiva del funcionario oficialista las posiciones frente a esa regulación "pasan por los que prefieren mantener el concepto de la actual Constitución; los que favorecen la actual propuesta en el Proyecto; quienes aceptan el reconocimiento civil de las parejas de hecho y no el matrimonio; otros que están de acuerdo, pero limitan el derecho a la adopción y, por último, algunos abogan por el concepto de 'dos o más personas'."
JR hizo un sondeo de opinión sobre la cuestión, donde aparecen algunas de las posturas que se oponen a la aprobación de la disposición.
Rafael, un entrevistado por el diario, señala que "nuestra sociedad no está preparada para esa modificación del concepto de matrimonio y por tanto debe defenderse el 'diseño original de la familia'. Hay que pensar en la nueva generación, cuando vean a dos hombres o dos mujeres cogidos de mano, en la calle o besándose. Eso estuvo mal visto siempre y lo sigo viendo igual", señala.
Según JR, en su sondeo así como en los comentarios dejados en su versión digital por los lectores se manifestaron diversas razones para la oposición: "los efectos negativos en la natalidad, la transformación del modelo tradicional de familia, el problema de la adopción y la propia cosmovisión del mundo."
El diario no menciona la fuerte campaña proselitista de diversas denominaciones religiosas contra la nueva disposición. Las iglesias evangélicas cubanas están recolectando firmas como parte de una campaña política no gubernamental que la agencia británica Reuters describe como inusualmente fuerte en la Isla.
Las iglesias en Cuba han avivado la polémica después de que el país expandió, bajo control, las libertades religiosas en la década de 1990.
"No apoyamos bajo ningún concepto el artículo 68. ¿Saben por qué? (...) Porque la Biblia lo condena", exclamó el pastor Lester Fernández, de 39 años, en medio de la ovación de unos 500 fieles congregados en una iglesia metodista de La Habana en un día de semana de octubre.
La Iglesia Metodista es una de las 21 denominaciones evangélicas que comenzaron este mes la búsqueda de firmas para una declaración en contra de la propuesta que daría luz verde al matrimonio gay.
"La iglesia evangélica sí puede hacer propaganda, pero nosotros no", dijo a DIARIO DE CUBA Hernán, joven activista de la comunidad LGTBI en La Habana.
"A menos que sea con el consentimiento del CENESEX [Centro Nacional de Educación Sexual], la comunidad LGTBI no puede hacer ninguna campaña sin acarrear consecuencias legales. Sería muy bueno preguntar a la propia Mariela Castro qué nos sucedería a quienes hacemos activismo fuera de la institución que dirige, si comenzamos a pegar carteles con consignas que pidan respeto a nuestros derechos", cuestionó Hernán, en referencia a que el CENESEX no se ha pronunciado públicamente sobre el activismo de las iglesias evangélicas contra el matrimonio gay.