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Economía

La financiera de CIMEX, con problemas para emitir tarjetas y gestionar remesas

Los cubanos que se han acercado en los últimos días a su oficina han recibido justificaciones vagas.

La Habana

Ernesta, residente en la barriada habanera de Lawton, se ha trasladado varias veces a la oficina de la Financiera CIMEX S.A. (FINCIMEX), en Tercera y 6, Miramar, con la esperanza de poder acceder al dinero que le ha enviado por su hermano desde Suiza, "pero la dichosa transacción no acaba de entrar".

Es una de los tantos clientes afectados por los problemas de FINCIMEX, una agencia perteneciente a la corporación CIMEX (controlada por los militares), que se encarga de emitir tarjetas de débito y administrar remesas que llegan al país desde el extranjero.

FINCIMEX es muy utilizada por cubanos residentes en el exterior y por ciudadanos extranjeros para enviar dinero a amigos y familiares en Cuba. Las tarjetas que emite permiten a los beneficiarios sacar efectivo en oficinas bancarias y hacer compras. Pero en los últimos días para muchos clientes todo eso es imposible.

"Es verdaderamente inaudito", dice Ernesta. "No sé cuánto más tengo que esperar. Mi hermano me puso el dinero el 12 de septiembre y parece que se ha perdido en el ciberespacio… en un agujero negro", ironiza.

"Este sitio usualmente permanece repleto", dice una empleada que atiende al público. "Pero ahora, como no se están entregando nuevas tarjetas por la falta de insumos, no hay mucho trabajo".

"¿Qué son insumos?", pregunta una anciana que acaba de entrar a la oficina con intención de obtener una tarjeta.

La empleada le explica que es la materia prima para confeccionarlas, pero la anciana sigue sin entender.

"Mi hija, que vive en Alemania, me dio esta dirección para que solicitara una tarjeta y he tenido que coger dos guaguas llenas y caminar medio kilómetro hasta aquí, para nada".

Para intentar calmarla y para que no vuelva a hacer el trayecto por gusto, la empleada le anota en un papel el número telefónico de la agencia y le explica que los envíos de dinero son realizados desde cualquier parte del mundo, a través de varios sitios en internet.

Una llamada telefónica desde Israel interrumpe la explicación. Es un cliente que pregunta el porqué del retraso de un envío realizado a su hija la semana pasada.

La empleada le responde que la demora no es culpa de FINCIMEX, sino del sitio en internet encargado de enviar el dinero.

"Cuando la transacción llega a Cuba, enseguida lo ponemos en la tarjeta del cliente", asegura.

Otra queja telefónica, también por demoras, de un cliente que posee una tarjeta AIS, (American Internacional Remesas), emitida por FINCIMEX, recibe también una respuesta que exculpa a la agencia.

"Es que ahora Sendvalu [uno de los sitios en internet a través de los cuales se hacen los envíos] tiene un intermediario local, que es quien recibe el dinero y lo tramita a FINCIMEX. Antes la entrega era directa y rápida. Ahora está demorando hasta diez días hábiles; no puedo explicarle la razón".

La oficina de FINCIMEX queda otra vez vacía. La empleada se aburre hasta que llega otro cliente agitado, sudoroso, a solicitar una tarjeta para intentar cobrar el dinero enviado por un familiar desde Italia.

"No se están entregando tarjetas por falta de insumos. Llévese el número de teléfono de la agencia para que no haga el viaje por gusto. Anote los sitios de internet por donde su familia puede enviarle el dinero".

El recién llegado pregunta a la empleada las razones de la falta de "insumos" y esta responde como una autómata: "El país atraviesa un momento difícil. Hay que esperar que se restablezcan las condiciones de unos meses atrás. Nosotros quisiéramos hacerle tarjetas a todo el mundo y que todos reciban dinero por tarjetas, pero ahora existen problemas económicos, no queda de otra opción que esperar".

"¿Más o menos hasta cuándo será la afectación?", pregunta el cliente.

"No puedo decirle con exactitud. Llame en los próximos días a este número y le informaremos", es todo lo que obtiene.

Otra vez suena el teléfono. Es una llamada de Francia, de un cubano que ha enviado dinero a su madre, quien todavía no lo ha recibido. La empleada culpa esta vez al "nuevo intermediario local, encargado de situar el dinero".

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