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Política

Díaz-Canel: 'Los cubanos viajamos de manera creciente, no emigramos de manera masiva'

Dijo que mientras exista el bloqueo y la Ley de Ajuste Cubano 'no será posible alcanzar relaciones totalmente normales en el ámbito migratorio'.

Nueva York

El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel se sirvió de una serie de datos estadísticos para intentar demostrar, ante un grupo de emigrados cubanos en Nueva York, que los cubanos no "emigran de manera masiva", sino que "viajan cada vez más".

Primeramente, dijo que a más de media década de la reforma migratoria decretada por Raúl Castro, "continúa el aumento de salidas del país con pasaporte corriente, periodo en el que se realizaron 2 millones 674.076 viajes" de cubanos.

También "se aprecia un incremento sostenido en la entrada de cubanos residentes en el exterior, fundamentalmente desde territorio estadounidense. Desde el 14 de enero del 2013 hasta el 14 de enero del 2018 se registraron 2 millones 080.043 entradas, de ellas, 1 millón 585 .575 desde los Estados Unidos”.

Agregó que en 2017 hubo un récord de entradas a Cuba desde EEUU. Ese año, "432.786 entradas fueron desde ese país". Hasta julio de 2018, "alcanzan las 301.987, lo que significa un crecimiento del 20%, comparado con igual periodo del año 2017".

Auguró el gobernante: "A partir de esta tendencia es previsible que por primera vez en 2018 se rebase la cifra de medio millón de viajes de cubanos residentes en Estados Unidos a nuestro país."

Díaz-Canel ignoró en sus referencias la cifra de cubanos que reside en el exterior y viaja regularmente a Cuba por razones familiares y para mantener vigente la residencia cubana, que vence a los dos años.

Asimismo, el gobernante dijo que la emigración ya no es "políticamente homogénea" y dejó de llamarse en bloque "exilio", con el impulso de nuevos migrantes y nuevas generaciones de cubanos. Eso, comentó "muy a pesar de la corriente minoritaria y extremista que aún promueve la confrontación entre los cubanos residentes en el exterior y su patria."

Llamó a sostener un "diálogo franco" basado en el respeto y saludó que los "todos los cubanos en el exterior, sin excepciones, participen de manera activa y totalmente voluntaria en el debate sobre el proyecto de nueva Constitución".

Opinó que esa participación "es coherente con nuestra democracia participativa", pero agregó que "no será posible alcanzar relaciones totalmente normales en el ámbito migratorio hasta tanto el Congreso de este país abrogue o elimine la llamada Ley de Ajuste Cubano, que estimula la continuidad de un flujo irregular y restringe la posibilidad de los cubanos de obtener visas para visitar Estados Unidos y establecer contactos normales con sus familiares."

"Poniendo fin al bloqueo, estaríamos eliminando, sin lugar a dudas, el principal obstáculo al desarrollo económico de Cuba y a las relaciones con los Estados Unidos y con los compatriotas que aquí viven", insistió.

En enero, el Gobierno había asegurado que 819.000 cubanos viajaron al exterior desde la entrada en vigor, hace cinco años, de la regulación migratoria que eliminó el llamado permiso de salida. La versión oficial asegura que solo un 11% de esos viajeros estableció su residencia permanente en otro país, pero es vox populi en Cuba que buena parte de los incluidos en el restante 89% no viven en la Isla.

Díaz-Canel ocultó, tras esos números, que muchos han aprovechado la posibilidad de obtener otras nacionalidades, según las leyes de los países de destino, mientras continúan regresando a la Isla cada 24 meses, como establece la ley cubana, para no perder la residencia permanente.

Asimismo evitó referirse a la esperanza frustrada de muchos cubanos, dentro o fuera de la Isla, de que el nuevo texto constitucional hiciera una revisión del Artículo 32, según el cual "no se admitirá la doble ciudadanía. En consecuencia, cuando se adquiera una ciudadanía extranjera, se perderá la cubana". 

En este aspecto, el proyecto consagra el principio de ciudadanía efectiva, consistente en que los ciudadanos cubanos, en territorio nacional, se rigen por esa condición y no pueden hacer uso de una ciudadanía extranjera.

Los afectados coinciden en señalar la connotación política de este proceder. Algunos afirman que viola la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El inciso 2 del Artículo 15 de ese documento puntualiza que "a nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad".

Además, la obligación para los nacidos en Cuba de obtener el pasaporte cubano para entrar en la Isla entraña un precio más allá de lo político. Las cifras varían según el país, pero en Estados Unidos, por ejemplo, el costo del pasaporte cubano ronda los 450 dólares, con gastos de envío incluidos, y la obligación de prorrogarlo cada dos años implica un gasto adicional de 160 dólares.

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