Un proyecto de inversión extranjera para la gestión integrada de residuos sólidos (RSU) espera por la autorización del Gobierno cubano, que desde hace décadas es incapaz de resolver la recogida de la basura, uno de los problemas más serios de La Habana.
Según precisó un reporte de la agencia Inter Press Service (IPS), en un inicio, el proyecto abarcaría la capital y gradualmente se extendería a otras cinco provincias: Matanzas, Villa Clara, Holguín, Camagüey y Santiago de Cuba, dijo Irina Cancela, gestora en comunicación y marketing de la estatal Unión de Empresas de Recuperación de Materias Primas (UERMP).
Con 2.129.553 habitantes, en la capital cubana se generan cada día alrededor de 23.000 metros cúbicos de desechos sólidos, que en la actualidad no pueden evacuarse diariamente debido a la insuficiencia de transporte.
Según publicita la "Cartera de oportunidades de inversión extranjera 2017-2018", "el objetivo principal del proyecto —por un monto estimado de 700.000.000 de dólares—, es la reducción gradual hasta sus niveles mínimos del volumen total de residuos generados que hoy se envían a vertederos o rellenos sanitarios evitando un impacto negativo al medio ambiente y la salud humana".
La iniciativa abarca desde la recogida hasta la valorización energética de esos residuos e incluye mejorar el sistema de recolección y transportación, detalló Cancela.
Incluye también el reciclaje, pues persigue separar los desechos en papel y cartón, vidrio, triturado y plástico; aportar electricidad al Sistema Electroenergético Nacional con base en los desechos, y comercializar la materia prima reciclada.
Basura en la calle debido a la corrupción en la Habana. Esta es la "conciencia colectiva" del Socialismo en #Cuba pic.twitter.com/ztiTXjX0qX
— Patria Orgullosa. (@patriaorgullosa) 16 de septiembre de 2018
Cancela añadió que se trata de un "proyecto medioambiental y económicamente sostenible", que por una parte permite higienizar la ciudad con una recogida eficiente y reducir los depósitos al minimizar lo que se envía a los vertederos, evitando ese impacto negativo.
A la vez, se considera "económicamente sostenible" porque permite procesar la mayor cantidad de RSU y generar ingresos que permitan sostener el proyecto.
La iniciativa está incluida en los negocios que tiene identificados el Gobierno para atraer la inversión extranjera con la modalidad de empresa mixta.
"La Habana ha tenido procesos de negociación y su licitación está cerrada y en proceso de aprobación por el Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, mientras se están licitando las otras cinco provincias y haciendo la validación de la generación de desechos", apuntó la funcionaria.
Dijo además que alrededor de 30 firmas extranjeras han expresado su interés en ser socias de este proyecto.
Cada proceso lleva toda una estructura y muchos recursos humanos en la actividad de la recogida, que hoy realiza la estatal Empresa de Servicios Comunales y sería asumida por el proyecto, adelantó Cancela.
Beneficios
El cuidado del medioambiente y la salud humana son dos aspectos fundamentales que persigue el proyecto.
El sistema integrado de gestión concibe desde una nueva organización de la recogida, la reorganización de las rutas y la introducción de camiones.
Luego plantea el procesamiento en grandes plantas, donde se separaría lo orgánico de lo inorgánico y valorizaría todo lo que sea posible ya sea en generación de energía eléctrica o reciclaje de plástico, papel y cartón.
En el caso de la capital cubana, el proyecto prevé la creación de dos polígonos, en el este y el oeste, que estarían en los municipios respectivos de Guanabacoa y Boyeros.
"Lo que no pueda utilizar la economía interna, al no contar con industrias que requieran ese tipo de materia prima, se exportaría. Hoy en el país se pierde mucho material reciclable, con el consiguiente daño ambiental", indicó la ingeniera.
Entre los impactos esperados, se encuentran el cuidado al medioambiente y la salud humana, la reducción de gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera, generación de energía sin empleo de combustibles fósiles y el ahorro por sustitución de importaciones de materias primas secundarias.
Otras ventajas son la generación de ingresos por exportación de productos reciclados no consumidos por la industria nacional, la creación de nuevos empleos y la disminución del vertido final, que se prevé reducir al menos a un 10%.
El proyecto no olvida que todo parte de la clasificación primaria de los desechos en los hogares, instituciones, industrias y otros centros. Sin embargo, esto sería una tarea titánica en un país con tan escasa cultura, no solo del reciclaje, sino del mantenimiento de la limpieza de las ciudades, derivado de la incapacidad del Gobierno para gestionar en tiempo y forma la recogida de basura.