Agentes del FBI han realizado visitas a un grupo de cubanoamericanos residentes en EEUU que han mantenido en algún momentos contactos con representantes de La Habana y mantienen posturas a favor de una mejora de las relaciones bilaterales con Washington y en contra del embargo.
Según publicó el diario The New York Times, entre los contactados por los oficiales federales se encontraban exiliados que llegaron a los EEUU cuando eran niños, a principios de la década de 1960, huyendo de la dictadura de Fidel Castro. Como adultos, han apoyado el acercamiento al Gobierno cubano en el sur de la Florida.
Entre ellos se encuentran el doctor Julio V. Ruiz, un psiquiatra jubilado de 71 años con una larga historia de participación en conversaciones con el Gobierno cubano; Elena Freyre, de 70 años, presidenta de ForNorm, una fundación que promueve la normalización de las relaciones EEUU-Cuba, y Silvia Wilhelm, fundadora de Cuban Bridges.
Esta última se vio involucrada en un caso de espionaje cuando en 2006 un profesor de la Universidad Internacional de Florida, unido al programa, fue arrestado bajo sospecha de informar para La Habana.
Dos años después, la Sra. Wilhelm demandó a un exanalista de la Agencia de Inteligencia de Defensa que la acusó públicamente de espiar para Cuba. Los registros de la corte federal muestran que el caso fue resuelto fuera de la corte. Esta mujer se negó a realizar comentarios al diario neoyorquino.
Según el doctor Ruiz, los agentes que lo entrevistaron "fueron vagos sobre sus intenciones, dieron solo sus nombres y formularon preguntas que parecían destinadas a conocer los contactos con diplomáticos cubanos".
Para Freyre, estas entrevistas han estado "cerca del hostigamiento, porque no es ilegal hablar de cosas con la embajada del país donde naciste". Un testigo de la conversación de Freire, no identificado por The New York Times, dijo que tenía la impresión que trataban de reclutar".
Académicos consultados por el rotativo atribuyeron estos contactos a un empeoramiento de las relaciones entre Washington y La Habana.
"Hace décadas era rutinario ser visitado por el FBI después de regresar de un viaje a Cuba. Preguntaban con quién se había reunido y de qué se habló", dijo William LeoGrande, profesor de la American University, quien escribió un libro sobre las relaciones EEUU-Cuba.
"Obviamente, cuando las relaciones cubano-estadounidenses son malas, una de las formas en que se manifiesta es una mayor atención del FBI a los problemas de contrainteligencia", añadió.
María de los Ángeles Torres, experta en Cuba de la Universidad de Illinois, dijo que recibió visitas de agentes federales que intentaban indagar sobre sus contactos en Cuba, pero no en los últimos 15 años.
"Es un atavismo de la Guerra Fría, (…) un retroceso", consideró.
Las reuniones se produjeron a raíz de los "ataques a la salud" sufridos por al menos 26 diplomáticos estadounidenses en Cuba, que tensionaron las relaciones bilaterales y ante lo cual el personal de la embajada de los EEUU en La Habana quedó reducido en un 60% y a unos pocos servicios de urgencia.
No obstante, The New York Times señaló que "no había señales de que las reuniones recientes estuvieran conectadas con ninguna investigación" sobre tales hechos. Un folleto que los agentes le dejaron a uno de los hombres entrevistados "sugirió que los agentes estaban tratando de alertarlo sobre la posibilidad de ataques de espías".