Hace poco más de un mes, un incendio en el Centro de Telecomunicaciones de Villa Clara causó daños materiales y afectó a más de 1,5 millones de clientes de la telefonía celular en cuatro provincias del país.
Ocho días después, peritos del Ministerio del Interior (MININT) dictaminaron "que un falso contacto en los empalmes del alimentador de una consola de aire acondicionado produjo el sobrecalentamiento que inició el siniestro".
La investigación reveló que desde el año 2016 el recinto fue inspeccionado seis veces por el Cuerpo de Bomberos, que dio a conocer el incumplimiento de la norma cubana "Protección contra incendios. Instalaciones eléctricas, requisitos generales",conocida como NC 96-50/1986.
La nota oficial aludió "problemas de inversión y de carácter organizativos". El MININT radicó una "denuncia por daños" y, en coordinación con la Fiscalía, pesquisarán a los infractores para someterlos a proceso penal.
"¿El culpable? El totí paga", dice Félix, un electricista de mantenimiento de 62 años y 40 de experiencia, señalando que el desdichado electricista —que probablemente carecía de un buen alicate, perros conectores o cinta aislante para empalmar los cables— será el inculpado.
La norma cubana NC 96-50, vigente desde 1986 y con gran influencia soviética, impone las reglas para empalmar cables eléctricos en tres de sus 67 incisos:
2.30- Los empalmes de conductores de cobre con calibres hasta 6mm² serán del tipo "rabo de cochino" y tendrán un largo de 45mm.
2.31- Los calibres mayores de 6mm² tendrán que ser empalmados con conectores "perros".
2.32- Todo empalme debe estar protegido con cinta plástica o cualquier material aislante, de acuerdo a la corriente a circular.
El ingeniero José Antonio Pérez advierte que la citada norma tiene muchas imperfecciones para ser tomada como patrón. A su juicio, debe ser revisada.
En los casos de los incisos 2.30, 2.31 y 2.32, referentes a las exigencias para empalmar cables, indica que el "rabo de cochino" no es el único procedimiento y todas las formas deben ilustrarse.
Igualmente debe especificarse que los conectores "perros" a utilizar tienen que ser de materiales electrotécnicos (bronce o aleación de cobre/aluminio).
Las cintas para cubrir empalmes deben ser de materiales dieléctricos autorizados, tales como el nylon, goma, cambri y otros.
"Las normas deben especificar, no generalizar", advierte. "Cualquier material aislante no es apto para cubrir un empalme. Y no solo debemos tomar en cuenta la corriente, también el voltaje de explotación".
Una resolución tirada a mondongo
"El MININT ocultó otros problemas", asegura un trabajador de las telecomunicaciones que solicitó el anonimato. El resultado de las investigaciones no mencionó el incumplimiento de la Resolución 127 del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones (MIC), sobre Seguridad Informática, que exige medidas contra incendios.
Denuncia que los sistemas de detección y extinción nunca son instalados por falta de financiamiento. "Los verdaderos culpables están arriba amasando los millones y son intocables".
GAESA, el emporio militar que controla el 80% de la economía cubana, tiene participaciones en el monopolio estatal de las telecomunicaciones, ETECSA.
Tras la debacle de Villa Clara, Díaz-Canel no ratificó al titular del MIC, Maimir Mesa, en su nuevo gabinete ministerial, aunque oficialmente no fue destituido por esta causa.
Mesa presidía ETECSA en el año 2011, cuando se produjo la batahola corrupta que involucró a las firmas extranjeras Tokmakjian, Tree Star y la Dirección de Logística de la citada corporación.
Tras su destitución y un efímero "plan pijama", Mesa "cayó para arriba": Raúl Castro lo ascendió a ministro.
Fuegos en los hospitales Oncológico y Gustavo Aldereguía
Quince días después del suceso de Villa Clara y con 48 horas de diferencia estallaron sendos incendios en el hospital provincial Gustavo Aldereguía, de Cienfuegos, y el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR), en la capital cubana. Hasta la fecha no han sido revelados los resultados de las investigaciones.
Los noticiarios, mostraron algunas imágenes de la recuperación en el Gustavo Aldereguía, donde sustituyeron cableados y pizarras eléctricas. El siniestro no causó grandes afectaciones ni paralizó los servicios hospitalarios, según la prensa.
En el segundo incendio, varios vídeos mostraron una gruesa columna de humo elevándose sobre la techumbre del INOR; sin embargo, la prensa oficial solo notificó "daños" en una estación de bombeo de agua residual y una aparatosa evacuación de pacientes.
En otro reportaje del Sistema Informativo de la Televisión Cubana, el director del INOR, Dr. Luis Curbelo expuso que, "con faenas de noches y madrugadas, en tan solo 12 días los constructores recuperaron 16 objetos de obra", presuponiéndose que el siniestro tuvo grandes proporciones y las pérdidas fueron cuantiosas.
Según el periodista Raico Escalante, los trabajadores recuperaron maratónicamente las instalaciones hidrosanitarias destruidas, estación de bombeo, farmacia, banco de sangre, quimio-terapia ambulatoria y cuerpo de guardia. Y, en equipamientos, solo lamentaron la pérdida de un autoanalizador químico, que ya fue repuesto.
A propósito del misterio sobre el origen de los incendios, los vecinos del Hospital Pediátrico Católicas Cubanas, del municipio Cerro, están preocupados por la guardia policial estacionada recientemente en la intersección de las calles Manila y Santa Teresa, justo al fondo del inmueble. Sospechan que los incendios en los hospitales responden a una oleada de sabotajes.
Pedro, un electricista montador de 58 años que trabajó en la desaparecida Empresa de Servicios Técnicos del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), descarta esa posibilidad y atribuye los incendios a "barrabasadas".
Señala que en el MINSAP los cargos de dirección son cubiertos por médicos que "priorizan los asuntos clínicos por sobre los técnicos".
Asegura que desde los años 80 sufrió en carne propia las carencias materiales en el MINSAP, pese a que en esa época la Isla estaba atada por cordón umbilical a la URSS.
"Estábamos obligados a usar conectores perros de acero galvanizado para empalmar cables, a sabiendas de que producían sobrecalentamientos. No teníamos cinta de goma para recubrir los empalmes de los conductores de grueso calibre y, en su lugar, usábamos tiras de saco de fertilizantes para después aplicarle tape de nylon", relata. Advierte que otros operarios usaron hasta "saco de yute" para suplir la falta de cinta de goma.
"Resolvíamos con lo que había porque, si te negabas a trabajar, te tildaban de huelguista y te hacían la vida un yogurt. El descontrol daba al pecho y los jefes solo estaban interesados en terminar el trabajo para cumplir la meta", apostilla.
El incendio del almacén San José
A principios de junio, en el Complejo Cultura Almacén San José, ubicado en la calle Desamparados, del municipio Habana Vieja, estalló un incendio que destruyó 27 stands. La prensa oficial no cubrió la noticia.
Según informaciones extraoficiales, los peritos del MININT concluyeron que una falla eléctrica causó el siniestro, pero no imputaron violaciones de la NC 96/50/1986, ni en combinación con la Fiscalía ubicaron a los responsables para someterlos a un proceso penal.
En artículos publicados en esta página, el colega Rolando Martínez expone que la sobrecarga eléctrica del inmueble se debe a un aumento indiscriminado de la población de stands por ventas ilegales.
Durante la jornada anterior a la del incendio ―según cuentapropistas consultados― un breaker se disparó repetidamente a causa de la sobrecarga.
La inmobiliaria Fenix S.A. —subsidiaria de GAESA— es la entidad arrendadora que cobra 94CUC a cada usuario y recauda mensualmente alrededor de 70.000CUC, pero no invierte un céntimo en la seguridad contra incendios, ni en el mantenimiento del inmueble.
Tras dos meses de cierre, se abrió el almacén para los bloques 1 y 2. El tercer bloque ―el siniestrado― se mantiene tapiado y aún no se han iniciado las labores de reparación. El percance afecta al 30% del millar de trabajadores cuentapropistas que allí laboran.
La pasividad criminal de la Unión Nacional Eléctrica
Varios profesionales han alertado a directivos de la Unión Nacional Eléctrica (UNE) sobre el peligro de la instalación de gabinetes plásticos con breakers de 80 amperes en condominios donde los alimentadores de las viviendas quedan desprotegidos y expuestos a un incendio. La prensa oficial, como siempre, permanece detrás del palo.
Entre las instalaciones más preocupantes citan el edificio multifamiliar de Infanta y Humbolt, donde radica la agencia de pasajes de Cubana de Aviación.
Los directivos de la UNE continúan haciendo caso omiso de los centenares de avisos y quejas de la población, aunque la institución tiene la obligación de dar un servicio seguro a los usuarios y respetar las normas nacionales.
Una imagen del caos y la anarquía que reina en la nación puede apreciarse en la calle Egido entre Leonor Pérez y Merced, en La Habana Vieja, donde los alimentadores de los edificios están tirados sobre la acera por donde caminan los transeúntes, entre ellos, niños.
El MININT y la Fiscalía hacen la vista gorda ante la indolencia de la UNE, mientras el pirómano, que personaliza el fallido Estado socialista, anda suelto y, lo peor de todo, no sabemos quién pondrá el muerto.