El espacio Último Jueves, que cada mes convoca la revista Temas y su director, el politólogo Rafael Hernández, en el Centro Cultural Fresa y Chocolate de La Habana, sigue siendo un sitio único en el país para el debate sobre las problemáticas más peliagudas de la sociedad cubana actual.
La convocatoria del pasado jueves, que reunió a más de cien personas en la pequeña sala, incluyendo a un público extranjero, se ocupó de las causas de la corrupción en Cuba, calificada como un mal "sistémico" que viene agudizándose en los últimos años, a raíz de las transformaciones económicas y sociales que experimenta la Isla.
El panel, moderado como de costumbre por el propio Hernández, reunió a especialistas como Narciso Cobo, jurista y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, el periodista Lázaro Barrera, de la revista Bohemia, y el economista Oscar Luis Hung, quienes tuvieron interesantes aportaciones a la comprensión de un tema con escasa visibilidad en los medios oficiales.
Rafael Hernández comentó que tanto la Contraloría General de la República y la Fiscalía General declinaron participar en el panel, alegando otros compromisos.
Cobo calificó la corrupción como un fenómeno que sigue siendo preocupación de todos los cubanos, sobre todo por las implicaciones que ha tenido en el aumento de las desigualdades sociales en el país. Resaltó el deficiente desempeño de las autoridades para reducir los niveles de corrupción, no solo en las altas esferas, sino también en los niveles más bajos de la sociedad. La falta de medidas contra la corrupción genera impotencia, resignación y, finalmente, indiferencia. La corrupción cívica, señaló Cobo, no es menos diferente y erosionadora que la corrupción política.
Para Lázaro Barrera se trata de un fenómeno que en Cuba contiene una "multiplicidad de causas" que se remontan desde los lejanos 80 y que sobrevive en la actualidad. Barrera reconoció la carencia de medidas legales contundentes que contrarresten el fenómeno e insten a una tolerancia cero. A su juicio, la corrupción existente tiene mucho que ver con el lucro y la ostentación, así como a la asunción de patrones de vida ajenos a la ideología socialista y el espíritu de la Revolución.
Oscar Luis Hung, en tanto, hizo énfasis en la crisis económica y política del país como catalizadores de un fenómeno que no tiene su surgimiento en la implementación del embargo que EEUU mantiene contra la Isla, sino en la pérdida de los valores en el país, en la falta de prevención y efectividad en los controles administrativos.
Rafael Hernández añadió que, en no escasas ocasiones, desde las responsabilidades asumidas en el poder político y empresarial sobrevienen muchas de las causas que agudizan la corrupción en Cuba. Existe lo que denomina una "cultura de la corrupción" que se ha instituido de manera consciente en el día a día de la población cubana, que la asume como parte indisoluble de la cotidianeidad, una estrategia instaurada para la necesaria supervivencia diaria.
Los analistas coincidieron en que no faltan regulaciones que la contrarresten, sino que estas resultan ineficaces y, en muchas ocasiones, se ha encontrado un freno para su debate dentro de las sesiones de la Asamblea Nacional. Las leyes son disfuncionales en la medida que aumentan los niveles de permisibilidad y los funcionarios se hacen de la vista gorda con tal de ser beneficiados.
Se recordaron las implicaciones en la opinión pública nacional de los recientes escándalos de corrupción en las empresas Cubana del Acero, con un déficit de más de cuatro millones de pesos convertibles, y de la sucursal de Bucanero en La Habana, cuya directiva se había enriquecido de manera ilícita y adquirido bienes materiales ahora confiscados por el Estado.
Cobos indició que la prevaricación, el tráfico de influencias y el nepotismo son las principales causantes de la corrupción en Cuba, al menos las de mayores incidencias negativas para el Estado. Todo grupo administrativo que efectúe una autoridad discrecional en torno al fenómeno, es caldo de cultivo de potenciales delitos de corrupción, sentenció.
La incompetencia de las organizaciones políticas y administrativas en relación al control ocular, las contralorías, la ausencia de una declaración jurada de los dirigentes políticos y empresariales antes de asumir sus responsabilidades como funcionarios públicos, entre otras causas, fueron señaladas como los gérmenes de la corrupción en Cuba.
Una encuesta de Temas en su sitio de Facebook y otra efectuada en la sala revelaron que entre las causas de la corrupción en la isla se advierten las siguientes: los bajos salarios, el descontrol administrativo, la pérdida de valores, el poder arbitrario de la burocracia, la poca información a la población sobre los casos de corrupción y la insuficiente transparencia informativa sobre el tema.
Jorge Gómez, periodista, consideró desde el público que la causa fundamental del problema radica en la inoperancia e insostenibilidad del actual sistema económico y político que vive la Isla.
Como es usual, la revista Temas publicará una transcripción, y el próximo jueves 31 de mayo quedará abierta la sala para un debate en torno a la migración y los proyectos de vida de los ciudadanos cubanos.