Lis Cuesta Peraza, esposa del recién designado presidente del Consejo de Estado, Miguel Díaz-Canel, ha roto con el protocolo que desde hace 60 años ha caracterizado a la cúpula dirigente de la Isla. Quebró el usual secretismo en torno a la vida familiar a estos niveles.
Así lo confirma la inédita presencia de Cuesta Peraza en el primer acto oficial del mandatario, dos días después de su nombramiento.
Si bien la prensa oficial, como no es extraño, no puso demasiado el foco en la mujer, las agencias extranjeras acreditadas sí han dado cuenta de ello.
La segunda esposa de Díaz-Canel encabezó al grupo de personalidades cubanas presentes en el recibimiento a Nicolás Maduro en el Palacio de la Revolución de La Habana, por delante del canciller, Bruno Rodríguez, y fue la primera en ser saludada por el gobernante venezolano, cuando este se acercó con Díaz-Canel tras una breve revista militar.
Vestida con un sobrio conjunto de chaqueta larga azul marino sobre un vestido negro, con zapatos de igual color, la esposa del gobernante cubano ha sido también la primera en recibir el calificativo de primera dama de los siempre herméticos medios estatales, que nunca la mencionaron hasta hoy, según precisó EFE.
Esta licenciada en Pedagogía entró a la sala de actos de la sede del Gobierno cubano junto a Cilia Flores, esposa de Maduro, y el canciller Rodríguez. A Flores en Caracas no le llaman primera dama, sino "primera combatiente".
En medio de la solemnidad del acto, Cuesta protagonizó un simpático momento de confusión cuando una funcionaria de protocolo le pidió que abandonara su discreta posición al final de la delegación cubana para pasar a encabezarla, un cambio al que al principio se resistió con evidente timidez que luego borró con una sonrisa, de acuerdo con el relato de la agencia española.
Con la presencia de su esposa, el sucesor de Raúl Castro rompió con el anonimato en el que vivieron las parejas del difunto Fidel Castro, cuya vida amorosa era considerada casi un secreto de Estado.
Su viuda, Dalia Soto del Valle, con quien el líder revolucionario se casó en 1980 y tuvo cinco hijos, siempre se mantuvo fuera del foco público y solo se la vio junto a él a raíz de la enfermedad que lo alejó del poder en 2006.
Por su parte, Vilma Espín, esposa del general Raúl Castro, ejerció oficiosamente de primera dama durante los casi cincuenta años de mandato de su cuñado, pero nunca recibió oficialmente ese título.
Espín, fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), controlada por el Gobierno, murió en 2007, un año antes de que Raúl Castro asumiera oficialmente su primer mandato.
Cuesta Peraza tiene 47 años, once menos que el nuevo presidente del Consejo de Estado, y se ha mostrado muy unida a su marido e incluso lo ha acompañado en viajes, a pesar de que, como no es extraño, no ha estado en el foco de la prensa oficial.
En marzo pasado acompañó a su marido a un centro de votación en Santa Clara donde varios medios extranjeros aguardaban. Díaz-Canel caminó a lo largo de una cuadra, de la mano Cuesta Peraza, mientras saludaba a las personas que se le acercaban.
Natural de Holguín, Cuesta Peraza es licenciada en Pedagogía y máster en Ciencias Pedagógicas. Fue precisamente en su ciudad natal donde conoció a Díaz-Canel, cuando ocupaba el cargo de primer secretario del Partido Comunista en la provincia, entre 2003 y 2009.
En aquel entonces, ella era directora del Instituto Provincial del Libro, y el que sería más tarde su esposo estaba casado entonces con la estomatóloga Marta Villanueva, la madre de sus dos hijos y su novia de años, de acuerdo con un reporte de la agencia AP.
Después de su divorcio, Díaz-Canel contrajo matrimonio con Cuesta Peraza, quien también tiene hijos, fruto de su primer matrimonio con un militar. La pareja reside en La Habana desde 2009, cuando Díaz-Canel fue nombrado ministro de Educación Superior.
En la capital, Cuesta Peraza trabaja como directora del Departamento de Servicios Académicos de la Agencia Paradiso del Ministro de Cultura. La empresa se encarga de organizar viajes culturales y académicos a los extranjeros.
La mujer ha acompañado al nuevo cabeza de Gobierno en algunos recorridos por Asia y América. En 2015, por ejemplo, viajó con él a Corea del Norte, para reunirse con Kim Jong-un. En 2017 la pareja fue fotografiada en Bolivia, mientras se paseaban cogidos de la mano.