Cinco embarazadas en Las Tunas han tenido que interrumpir el embarazo tras detectarse defectos graves en el feto asociados a la infección por zika, informó la edición digital del oficial Periódico 26.
Según Nora Orive Rodríguez, especialista en Genética y jefa de ese servicio en la provincia, actualmente hay más de 100 gestantes identificadas con la enfermedad y en algunos casos el esposo es el causante.
Es la primera vez que autoridades médicas reconocen públicamente que el virus ha afectado a embarazadas en la Isla.
La especialista dijo al medio, además, que "esa cifra no es exacta, debido a que el 80% de las personas no muestran síntomas y otras los ocultan".
Las autoridades médicas están estudiando a las embarazadas con signos y "a aquellas que están a 300 metros del radio de acción de los enfermos".
Orive declaró además que en Las Tunas han nacido alrededor de 20 niños de madres que tuvieron zika y en dos casos detectaron alteraciones; "uno con una hemorragia de la retina que ya reabsorbió y el otro con una calcificación de la corteza cerebral".
"Todos esos infantes requieren un seguimiento hasta los cinco años de vida, porque aunque el efecto no fue visible en la etapa prenatal, persiste el riesgo de aparecer en lo sucesivo, y la familia debe saberlo", alertó.
"En aquellas parejas, en las que uno de los dos miembros padeció zika, está protocolizado que apenas ocurra el parto, el pequeño debe someterse a estudios dentro de la misma Neonatología y luego ha de atenderse por las consultas de Genética Clínica, Oftalmología, Audiología...", afirmó.
"En nuestra especialidad —explicó— constituye una prioridad resaltar que no solo se propaga a través de la picadura del mosquito. Está confirmada la vía intraútero, pues la mujer embarazada puede infectar al feto, al igual que un papá enfermo, teniendo en cuenta que se propaga por contacto sexual. Otra manera es en el momento del nacimiento".
"Han comprobado su diseminación mediante las transfusiones de sangre y los trasplantes de órganos. Los argumentos actuales sobre esta epidemia son resultados preliminares de muy poco tiempo de investigación; aún falta mucho por descifrar", advirtió Orive.
La especialista en genética abundó además que la microcefalia "es solo uno de los signos clínicos de lo que hoy se llama síndrome congénito por la infección del zika".
"En él se describe una gama de defectos neurológicos, que quizás no son tan evidentes como la microcefalia, pero tienen un impacto similar porque causan retraso mental, retardo del desarrollo psicomotor, además del daño en la musculatura de los miembros, parálisis y otros", añadió.
Explicó que la enfermedad en la embarazada transita como en cualquier otra persona y el riesgo de afectar a la descendencia existe durante todo este período, incluido el momento del parto.
"Hay acciones orientadas a disminuir el efecto de la infección. En el caso de la mujer debe mantener las relaciones sexuales con preservativo durante las ocho semanas después de pasar la enfermedad y el hombre seis meses. No hay muchas cuestiones conclusivas en este sentido, pero los estudios a nivel mundial comprueban trastornos al feto en ese tiempo de espera", dijo la especialista en genética.
Recomendó a las embarazadas que han padecido en virus "no deben desesperarse porque definitivamente todas las gestantes corren el riesgo".
"La conducta no es ni evitar ni interrumpir un embarazo hasta tanto no se constate por algún medio diagnóstico que el feto está afectado", señaló.
Ocho de cada diez personas enfermas por el virus de zika desconocen que sufren la afección. Algunos asumen de manera muy natural la enfermedad, como si se tratara de un resfriado sin mayores repercusiones, y muchos dejan de acudir a los servicios médicos, lamentó Orive.
En mayo el Gobierno cubano reconoció que había en el país 1.847 casos de zika puntualizó que los casos de infestación se habían reducido un 34,2%.
Ya a principios del año, varios médicos habían alertado que había más casos reales que los que las autoridades reportaban.