El diario español El País publicó este sábado un "memorando secreto a Raúl Castro" en el que su autor se vale de la ficción para hacer un análisis político de los vínculos entre los regímenes de La Habana y Caracas.
El texto, firmado por el escritor y columnista venezolano Moisés Naím, hace un repaso por los supuestos "logros" de ambos gobiernos, entre los que enumera haber controlado "la nación con las mayores reservas de petróleo del planeta sin un solo disparo y sin involucrar abiertamente a nuestras fuerzas armadas".
Asimismo, recalca que ese control sobre Venezuela —léase sobre sus fuerzas armadas, el poder judicial o servicios de inteligencia y seguridad— se ejerció "sin que el mundo se diese cuenta de que las más importantes decisiones del Gobierno de Caracas" se toman desde La Habana.
Naím escribe el memorando en primera persona y dentro de la ficción encarna a un supuesto cubano jefe de operaciones clandestinas en Venezuela.
Desde dicho puesto, muestra su preocupación al general Raúl Castro: "Le escribo porque estoy preocupado. La situación no es sostenible y requiere un cambio drástico. El propósito de este memorando es hacerle una propuesta al respecto para garantizar la continuidad de nuestra relación con Venezuela".
"La estabilidad de Cuba depende de que sigamos teniendo allí un Gobierno 'nuestro'. A esa prioridad le hemos dedicado, durante casi dos décadas, nuestros mejores talentos, instituciones y recursos. Y lo hemos hecho bien", continúa Naím.
El firmante del memorando, además, enlista los "beneficios" obtenidos por el régimen cubano con el control sobre Venezuela: "el fortalecimiento de nuestra diplomacia por el control que tenemos sobre la cancillería y las embajadas de Caracas"; "millones de barriles de petróleo que apuntalaron nuestra economía"; "el pago generoso" por los médicos, entrenadores y asesores cubanos; y "las comisiones que nuestras empresas (cubanas) le cobran a Caracas por actuar como intermediarias en las importaciones de comida y otros productos nos generan enormes ganancias".
Sin embargo, alerta, "todo esto está en peligro" por la actual situación venezolana que se ha hecho "imposible", por el "colapso" de la industria petrolera, la situación de los hospitales ("el 88% de ellos reporta que no tiene medicinas para sus pacientes"), el aumento de la mortalidad infantil ("una de las mayores del mundo") y la extensión de la pobreza ("el 89% de los venezolanos vive en condiciones de pobreza").
Ante esta crítica situación, el ficticio jefe de Inteligencia cubano recomienda que en las próximas elecciones venezolanas de mayo "hacer que (el presidente Nicolás) Maduro pierda las elecciones y obligarlo a entregarle el poder al ganador de estos comicios. Esto legitimaría ante el mundo la democracia venezolana".
Maduro, entonces, iría a La Habana donde tendría "un cargo simbólico y una mansión" en La Habana. De no querer colaborar, "estamos dispuestos a hacerle perder la enorme fortuna que ha acumulado. Él sabe que podemos hacerlo".
Después de cambiar a Maduro, Naím propone "llegar a un acuerdo con el candidato presidencial de la 'oposición' que más 'flexible' sea".
"Nosotros —prosigue el ficticio jefe de Inteligencia cubano— le garantizamos que ganará las elecciones (aún controlamos el Consejo Nacional Electoral, el órgano que cuenta los votos y decide quien las gana) y le daremos la libertad de actuar como prefiera en varios frentes, especialmente la economía. Pero nuestro apoyo dependerá de que sigamos recibiendo el petróleo y que continuemos ejerciendo el control sobre los nombramientos más importantes de los militares, los servicios de inteligencia y por supuesto, del equipo de seguridad personal del presidente. También seguiremos decidiendo quiénes son los directivos de la empresa petrolera nacional, y los principales jueces".
El memorando concluye señalando las ventajas de este trato: "Un beneficio adicional de este esquema es que nos permitirá seguir usando a Venezuela como laboratorio para aprender a manejar a Cuba en el futuro. Un sistema político parcialmente abierto, donde se guardan las apariencias de la democracia y donde hay ciertas libertades. Pero donde nosotros seguimos en el poder".
El autor aclara a los lectores de El País que el memorando "es falso y solo producto de mi imaginación".
Naím es miembro del Carnegie Endowment for International Peace, un think tank en Washington con el cual ha estado vinculado profesionalmente desde 1993.