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Sociedad

Miserable y de legalidad dudosa, pero con CDR y Zona de Defensa

Los habitantes de San José, Santiago de Cuba, no tienen médico de la familia ni bodega. Sin embargo, sí han llegado hasta allí los carteles electorales del Gobierno.

Santiago de Cuba

Próximo a la ciudad de Santiago de Cuba, en el Km 7½ de la carretera de Siboney, está San José, un barrio fundado hace más de 30 años. Muchos de sus residentes proceden de zonas rurales; llegaron allí buscando mejores oportunidades.

Tiene unas 320 viviendas. Es uno de los tantos asentamientos periféricos creados ilegalmente y reconocidos a medias por las autoridades. La mayoría de los habitantes no posee título de propiedad de su casa. Aun así, todos están organizados en Comités de Defensa de la Revolución (CDR), circunscripciones y Zona de Defensa.

Los pobladores de San José acusan a los organismos estatales de formalismos y restricciones que obstaculizan su aspiración de ser reconocidos como propietarios, con los derechos que ello implica.

El asentamiento tiene agua potable y electricidad, pero no cuenta con médico de la familia ni bodega para adquirir los productos que el Gobierno vende a través del sistema de racionamiento.

Los residentes deben ir a Santiago en busca de estos los alimentos. No obstante, en una de sus casas del centro del barrio puede verse el cartel con los candidatos a delegados a las asambleas provincial y nacional del Poder Popular. Llama la atención entre los propuestos Lázaro Espósito, primer secretario del Partido Comunista en Santiago de Cuba, quien nunca ha visitado esta comunidad.

"Cuando se trata de mejorar las condiciones de vida, el impedimento está a la orden; si se trata de las elecciones, de inmediato reina el espíritu persuasivo en aquellos que nos convidan a votar", dice Juan Frómeta, de 60 años de edad y con 20 residiendo en San José.

Frómeta está jubilado por enfermedad, un cáncer de colon en primera fase. "Ignoran cómo vivimos, nos alimentamos y todos los inconvenientes que afrontamos por lograr el reconocimiento legal".

Al igual que sus vecinos, Frómeta ve con pesimismo el futuro de la comunidad en cuanto al reconocimiento de la titularidad de las viviendas. Tampoco confía en ser beneficiado con unos de los apartamentos que las autoridades aseguran estar construyendo para los habitantes de barrios precarios del territorio. A su juicio, estas promesas son una quimera.

Entretanto, como sus vecinos, sigue pagando las consecuencias. "Planificación Física no te deja hacer nada. En una ocasión me impuso una multa de 1.500 pesos por tratar de arreglar un cuarto de mi vivienda. Interpretaron la reestructuración como una ampliación", cuenta.

Escondido en el monte

El Gobierno ha entregado viviendas recién construidas en Santiago a los habitantes del barrio de San Pedrito, que está siendo remodelado por su cercanía con Cementerio de Santa Ifigenia, donde se encuentran las cenizas de Fidel Castro, convertidas en atractivo turístico. Pero San José está escondido en el monte.

Para algunos, como Iralis Matos Machado, haber logrado el título de propiedad no constituye ninguna ventaja. Residente desde hace 16 años en San José, su vivienda está en mal estado desde que el huracán Sandy la dañó severamente en 2012.

"Hasta hoy nada he logrado hacer. No me permiten construir, ni vender, ni permutar", afirma. "Por el año 2015, debido al mal estado en que quedó la casa, se me hizo creer que sería trasladada a una nueva, y hasta ahora nada ha pasado. Planificación Física orientó que debía esperar por la comisión y el dictamen del Gobierno para ver cuáles serían las viviendas beneficiadas".

San José no está entre los barrios precarios de Santiago de Cuba propuestos para ser eliminados, según una carta del Poder Popular municipal a Adalidia Moris Bozan, originaria de Baracoa, Guantánamo. No obstante, una parte de las viviendas será reubicada por estar en las márgenes del río y una presa.

El status de ilegalidad afecta especialmente a los recién nacidos en la comunidad. Lo pudo constatar Adalidia cuando en 2015 reclamó la libreta de racionamiento para poder comprar los alimentos para su hija embarazada y su nieta.

"Según el director de Comercio Estatal provincial y la directora provincial de OFICODAS, como no tengo título de propiedad de la vivienda, legalmente no es posible que me sea entregada la libreta", explica Adalidia. "Me confeccionaron una libreta provisional, con duración de un año, para mi nieta".

"Logré el terreno donde construí mi casa por gestión de una delegada del Poder Popular y, a pesar de que resido aquí desde hace 17 años, Planificación Física no me deja claro cuál será el curso legal", lamenta. "Hoy dicen que mi vivienda no clasifica dentro de las que supuestamente serán beneficiadas, tengo que esperar por el autorizo legal. Mientras ello ocurre, soy una ocupante ilegal y no puedo adquirir los alimentos de la canasta básica".

La nieta de Adalidia ya cumplió un año. En cualquier momento le será retirada la libreta de racionamiento y perderá la leche y los pocos productos subsidiados que todavía se pueden comprar con ella.

"Menos mal que tengo un hijo afuera. Gracias a su ayuda no estamos pasando hambre", dice Adalidia. Como tantos cubanos, señala que su "FE revolucionaria" es su "Familia en el Extranjero".

*Con la colaboración de la periodista Lourdes Gómez

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