Back to top
Turismo

La última promesa hotelera de Cuba es una ruina colosal

A pocos meses de la Feria Internacional de Turismo, los futuros hoteles de Villa Clara no avanzan y cargan víctimas mortales.

Sagua la Grande

Cayo Esquivel, un islote del norte de Cuba, tiene la playa sembrada de cocoteros y cimientos viejos. Hasta el principio de la década de los 60, tuvo decenas de casas de veraneo y un par de hoteles con verandas. Más tarde, un campismo. Luego, tiendas de campaña para veraneantes apurados. Por último, la prohibición de desembarco incluso para los pescadores que recorren la cayería.

Redescubierta al calor del auge turístico que todavía favorece a Cuba, la playa de Esquivel y sus alrededores tienen anunciados un hotel de lujo, un centro de buceo, una marina y un par de hoteles para el turismo de ciudad en Sagua la Grande, Monumento Nacional desde 2011.

Regla Armenteros, delegada ministerial en Villa Clara, aseguró a la emisora local CMHW que Sagua la Grande "se lanzará como nuevo destino" en la próxima Feria Internacional de Turismo Cuba 2018, prevista para mayo.

El pasado año, en la edición correspondiente de la feria, celebrada en Holguín, Manuel Marrero Cruz, ministro del sector, promocionó la construcción de seis hoteles en varias ciudades villaclareñas y aludió al "enorme potencial" de cayo Esquivel.

En julio de 2017, según Juventud Rebelde, Marrero viajó a la provincia para verificar el adelanto de las obras. Una semana después del recorrido del ministro, uno de los edificios visitados, el hotel El Comercio, sepultó a dos obreros y lastimó a ocho.

En septiembre, bajo el huracán Irma, el Cosmopolita perdió su tercer nivel sin herir a nadie en Camajuaní, la primera localidad de alguna importancia en la ruta que va de Santa Clara a cayo Santa María.

Por este edificio no apostaba nada el propio ministro. En su visita de julio, desconfiado ante la debilidad de los muros, pidió que la Empresa Nacional de Soluciones Aplicadas se apurara en el análisis estructural de la edificación.

Irma abrevió la demolición y quizás evitó un episodio como el ocurrido en Caibarién. Pero salvo este servicio, el huracán liquidó los pronósticos de desarrollo para ciudades patrimoniales que debieron ceder brigadas y recursos a la recuperación de las instalaciones ya establecidas.

"Después del derrumbe de Caibarién y de los daños del ciclón, no se ha visto mucho movimiento en el Hotel Sagua", comenta un transeúnte a la vista del edificio.

Fuentes involucradas en el proyecto hotelero aseguran, sin embargo, que el ministro Marrero Cruz ha hecho declaraciones oficiosas sobre la intención de entregar el edificio en la fecha prevista, para que sirva de marco a la consagración de Sagua la Grande como la promesa turística más reciente de Cuba.

"El ministro dijo que hay que terminar en mayo", comenta un joven que se forma para trabajar en el hotel, "pero si llegaran a cumplir con la fecha, tendrán que hacer una reparación capital en junio".

El Hotel Sagua, construido en 1925 por la Compañía de Seguros y Fianzas de Sagua la Grande, es una ruina colosal que perciben en la ciudad como símbolo de la decadencia urbana. Mientras llegan los obreros, la rehabilitación no pasa de algunas demoliciones y el apuntalamiento de los techos.

El nuevo polo turístico de la Villa del Undoso podría nacer, a pesar de la estampa agrietada de la ciudad, si las estadísticas continúan confirmando el aumento de los visitantes extranjeros.

Cuba espera este año más de cinco millones de turistas. Villa Clara, el tercer destino del país, ya posee más de 10.000 habitaciones, pero no alcanzan. Con semejantes cifras a la vista, el Ministerio de Turismo y las filiales del empresariado militar cubano no desperdiciarán las posibilidades de cayo Esquivel y su entorno.

"Isla virgen" llama la empresa asturiana Inverastur al islote de Sagua la Grande y probablemente reproduce un argumento publicitario de Rumbos S.A., el grupo turístico cubano que les concedió participaciones del 50% en el desarrollo de cayo Esquivel, según declaraciones a la web Holsteltur.

Víctor Fernández Álvarez de Carrizo, presidente de Inverastur, ya planifica el Cayo Esquivel Club, que ofrecerá "un producto turístico muy especial, de alto nivel y muy exclusivo, destinado a personas y personajes de marcado perfil elitista y con un alto poder económico".

A Inverastur corresponde la construcción, que tendrá un coste superior a los cuatro millones de dólares en su primera parte. Esta empresa también concesionará la gestión del hotel, que de seguro irá a manos de otro grupo español con el consentimiento de Rumbos S.A., su partner cubano, un retoño de los militares a cargo del Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA).

Sin comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.