A dos meses de dejar el poder, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, priorizó una visita a Cuba, y pidió a su sucesor, el derechista Sebastián Piñera, mantener un plan para incrementar inversiones en la Isla, reporta la AFP.
En una suerte de despedida, la visita de Bachelet ocurre poco antes de que Raúl Castro deje la cabeza del Gobierno, aunque se mantendrá al frente del Partido Comunista. El general recibió a la mandataria el lunes en el Palacio de la Revolución.
"Durante el encuentro, desarrollado en un ambiente fraternal, ambos mandatarios expresaron su satisfacción por el buen estado de las relaciones bilaterales y conversaron sobre la necesidad de fortalecer los nexos económico-comerciales y de cooperación, así como las inversiones", informó la Cancillería cubana.
La presencia de la socialista Bachelet en La Habana ha sido criticada tanto por aliados como por opositores chilenos, pues consideran que responde más a convicciones personales e ideológicas que a temas de Estado.
"En pocas semanas más culmino mi gestión (...). Confiamos en que esa línea que tan buenos resultados ha tenido en, por ejemplo, la creciente presencia de Chile en América Central y el Caribe, en particular en Cuba, seguirá siendo una tónica predominante", dijo Bachelet ante empresarios, en su segundo y último día de visita, aunque las inversiones chilenas en Cuba son de unos 52 millones de dólares y las ventas a la Isla representa solo el 0,05% del total de las exportaciones del país sudamericano, según reportes de prensa.
Entretanto, el presidente electo de Chile, Sebastián Piñera, crítico del castrismo, recordó la falta de libertades en Cuba.
"Creo que en Cuba tampoco hay democracia, libertades ni respeto a los derechos humanos. Por tanto, si yo fuera presidente y visitara Cuba, como lo hice cuando visité Cuba, me reuniría con la disidencia", dijo Piñera, quien ya gobernó Chile entre 2010-2014.
Por su parte, el ministro de Economía chileno, Jorge Rodríguez, quien viajó con Bachelet, confió en que Piñera continúe con las visitas a Cuba. "El empresario chileno en Cuba es importante porque vamos generando lazos que en el futuro deben darnos frutos importantes", consideró.
"Lo que inició el presidente (de Estados Unidos, Barack) Obama (con su histórico acercamiento a Cuba en 2014) fue muy positivo. Esperamos que en el largo plazo siga siendo así. ¿Por qué Cuba tiene que estar cerrada? No hay ninguna razón", agregó.
La Habana agradeció a Santiago de Chile el apoyo contra el embargo estadounidense.
"Por su marcado carácter extraterritorial, el bloqueo afecta las relaciones económicas de Cuba con otros países. Agradecemos el tradicional apoyo de Chile a la lucha de nuestro pueblo contra el injusto y anacrónico bloqueo", dijo el ministro cubano de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca.
"Un gusto personal"
Algunos sectores fustigaron a Bachelet por no programar un encuentro con opositores cubanos.
"Una reunión con usted hubiera sido de gran interés para nosotras, pues ha formado parte de una familia opositora al régimen dictatorial del general (Augusto) Pinochet y posteriormente ha participado en el desarrollo de Chile hacia una democracia", dijeron las Damas de Blanco en una carta a la mandataria.
"Las dictaduras y los militares gobiernan con la misma mano férrea allí donde estén" y "apoyar a este tipo de gobiernos supone dar la espalda a sus pueblos", añadieron.
El embajador de Chile en Cuba, Ricardo Herrera, justificó que Bachelet realiza una visita que se había programado hace bastante tiempo.
"La presidenta viene a visitar Cuba y no a una persona en específico (...) No hay ninguna reunión con una persona en particular, más allá de que sea oficialista o disidente o la opinión que tenga", dijo.
"Yo creo que esto es un gusto personal. Hace mucho que se trabaja en algo que pidió la Isla, que los inversionistas se fijen en Cuba. Ese es uno de los conceptos de este viaje. Ayudar a la Isla para inversiones turísticas", apuntó el comentarista Néstor Aburto, de la radio chilena Bío Bío.
La mandataria socialista, quien fue prisionera política durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), ya había visitado Cuba durante su primer mandato, en 2009. La gobernante chilena aún tiene previsto realizar un viaje a Japón en febrero.