En Yaguajay, donde Irma dejó 10.070 viviendas afectadas y solo se han solucionado alrededor de 1.170 casos, muchos de ellos temporales, damnificados se quejan de la lentitud de las autoridades, y albergados critican las condiciones en que viven.
Marelys Cedeño Cardoso, presidenta de la Asamblea del Poder Popular en el municipio espirituano y vicepresidenta de su Consejo de Defensa, en declaraciones al periódico oficial Escambray, admitió que allí el proceso de recuperación no es rápido.
"(…) Sufrimos un impacto demasiado fuerte y la infraestructura de los asentamientos urbanos y rurales quedó muy comprometida", dijo.
Sobre los recursos prometidos por el Gobierno dijo que "están entrando al territorio" y citó "materiales de la construcción, las donaciones del Fondo Mundial de Alimentos y de colchones y ajuares".
"Todo se ha venido repartiendo de acuerdo con las prioridades y los análisis de los consejos de defensa, porque es allí donde se sabe realmente a quién le hace más falta. Se han distribuido los recursos según van llegando, algunos gratis, otros a mitad de precio; pero eso no quiere decir que los problemas se hayan resuelto totalmente. Estamos dando soluciones temporales", aclaró.
Julio González describió al medio estatal su angustia y la de muchos perjudicados.
"Lo que pasa es que la gente que se quedó sin nada no sabe con la que pierde y con la que gana —explica—; si se construyen una facilidad temporal y resulta que se quedan ahí para siempre, o si se van a un albergue para garantizar que algún día les den algo".
Escambray también entrevistó a varios albergados, entre ellos Yoan García, Celia Moraima González y Yadira Turiño. Ninguno de ellos consideró que, en el centro de evacuación municipal, donde conviven más de 20 familias, les vaya "bastante bien".
Yadira, de solo 25 años, embarazada y madre ya de otros dos niños, enseñó lo que llamó "su parte", un cuarto amplio donde ha colocado las camas que le dieron y las colchonetas, pero no el fogón de petróleo inservible que le asignaron.
Señalando un hueco enorme en el techo de fibrocemento contó: "Por ahí entró toda el agua que cayó en Yaguajay los otros días y entran enjambres de mosquitos que me levantan los niños en peso".
Y sobre la colchoneta, que descose 10 centímetros por una esquina, señaló: "Si no me la hubieran dado estuviéramos tirados en el piso, pero es casi lo mismo, porque son de íntimas. Mira…".
En una cola frente a un puesto de mando para recibir, archivar y gestionar los disímiles casos de afectados por el huracán Irma, más de 20 personas comentaron "que si la respuesta va demasiado lenta, que si te viran para atrás la documentación por cualquier bobería, que si los recursos no alcanzan ni a pedacitos".
Según describió el periódico estatal, los funcionarios encargados de atender a la población, están "abrumados por la desesperación ajena".
Javier Viaña enumeró los materiales que han entrado (Escambray no ofrece la cifra precisa) y los comparó con la cantidad de damnificados a los que se les ha dado "algún tipo de respuesta". Dijo que eran uno 400.
"Entre estos recursos figuran los llamados módulos para facilidades temporales, una especie de paquete que incluye cemento, planchas de fibrocemento, cartón, puntillas, arena…, y cuya finalidad es apuntalar una pared aquí, levantar un muro allá, techar lo imprescindible para que la gente no espere la solución definitiva durmiendo a la intemperie. Lo que se dice una curita", reconoció el medio.
Quejas de la población ante la lenta respuesta a las disímiles situaciones tras el paso de Irma han sido recogidas también por el oficial Invasor.
Cáritas ha incluido a Sancti Spíritus y Ciego de Ávila en un reciente informe sobre los territorios más afectados por el meteoro y en los que ha desplegado si misión de socorro. Concretamente habló de una situación sensible en Yaguajay, donde cifró los damnificados en 100.000 personas.
Entre el 8 y el 10 de septiembre pasados, el poderoso huracán Irma azotó el litoral cubano de este a oeste, donde afectó a 13 de las 15 provincias de la Isla y dejó diez fallecidos.
La Isla ha recibido donaciones de numerosos países y organizaciones tras el embate del poderoso ciclón, pero todas hechas llegar a través del Gobierno, que no permite la intervención de particulares en la distribución de estas.
Gobiernos como los de Venezuela, República Dominicana, Rusia, Japón, España, Surinam, China, Bolivia, Colombia, Reino Unido y varias agencias del Sistema de las Naciones Unidas han enviado ayuda material con destino a la Isla, principalmente alimentos, materiales de construcción y para la higiene, y dinero en efectivo.
El ciclón dejó daños en al menos 158.554 viviendas en Cuba, según datos preliminares de la Oficina Nacional de Estadísticas publicados a finales de septiembre.
La cifra es más de 3,5 veces la que dejó el huracán Matthew, que hace un año afectó 42.338 viviendas en Guantánamo.