El fiscal general de EEUU, Jeff Sessions, se negó este miércoles a responder a cualquier pregunta sobre los problemas de salud sufridos por 22 funcionarios de EEUU en La Habana, informa Washington Examiner.
Interrogado por el senador demócrata de Vermont, Patrick Leahy, sobre si los funcionarios cubanos estaban detrás de los "ataques acústicos" que lesionaron a los funcionarios de Estados Unidos, Sessions dijo que no podía hablar sobre ningún aspecto del incidente.
Leahy fue una pieza clave en las gestiones para que Adriana Pérez fuera inseminada con esperma de su esposo, el agente de la Red Avispa, Gerardo Hernández, cuando este cumplía prisión por espionaje en Estados Unidos.
En febrero de este año, el demócrata se reunió con el propio general Raúl Castro y con otras figuras de la nomenklatura.
"No puedo confirmar ni negar la existencia de una investigación sobre este asunto", agregó Sessions en respuesta a Leahy este miércoles.
Leahy dijo que ya está claro que Estados Unidos está investigando el evento, pero Sessions dijo que no se ha confirmado oficialmente.
"Bueno, no ha sido confirmado por una agencia gubernamental autorizada, no creo", dijo Sessions. "Simplemente no puedo comentar".
Y cuando se les preguntó por qué les tomó tanto tiempo a los funcionarios estadounidenses movilizar un esfuerzo para examinar lo sucedido, Sessions respondió: "Consideraré sus preocupaciones".
El presidente Trump este lunes responsabilizó a La Habana: "Es un ataque muy inusual, como saben, pero creo que Cuba es responsable".
Washington "no ha cambiado" de opinión sobre los presuntos "ataques acústicos" sufridos por diplomáticos en Cuba, dijo la portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Heather Nauert, después de la declaración del presidente.
En agosto, Washington informó de incidentes con su misión diplomática en La Habana que tuvieron lugar a finales de 2016 e, incluso, en el propio verano.
Los ataques, todavía inexplicados, colocaron las relaciones bilaterales en el punto más tenso en décadas. En las últimas semanas, Washington casi cerró su embajada en la Isla y expulsó a varios representantes de la nación caribeña en suelo norteamericano.
La semana pasada John Kelly, el jefe de Gabinete de Trump, aseguró que el Gobierno cubano podría detener o haber detenido los ataques.
El Departamento de Estado estadounidense ha insistido en que desconoce "qué o quién" provocó esos incidentes que comenzaron a finales de 2016 y que se han reportado también el pasado agosto, un tema que está investigando el Buró Federal de Investigaciones (FBI).
El Gobierno cubano ha negado en varias ocasiones toda responsabilidad en los incidentes y ha asegurado que los ha estado investigando desde que tuvo conocimiento de ellos.
Sobre estos ataques, poco se sabe hasta ahora: los sitios donde tuvieron lugar (las viviendas del personal diplomático, los hoteles Nacional y Capri), un número de afectados (22 estadounidenses y cinco canadienses), presuntas afectaciones médicas como pérdida de la audición, así como la descripción de lo que oyeron los afectados: un ruido "alto y ensordecedor, similar al zumbido creado por los insectos o a un metal arañando el suelo.