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Relaciones Cuba-EEUU

La 'Señal de Moscú', un misterio de la Guerra Fría similar a los recientes 'ataques acústicos'

Durante 20 años, la embajada de EEUU en la URSS sufrió extraños bombardeos de microondas que afectaron la salud de sus trabajadores.

Londres

Un suceso muy similar a los misteriosos "ataques acústicos" que han desencadenado las tensiones entre Washington y La Habana tuvo lugar en la antigua Unión Soviética y fue uno de los grandes misterios de la Guerra Fría.

Según recoge un artículo de BBC Mundo, los incidentes ocurridos en torno a lo que se conoció como la "Señal de Moscú" duraron más de dos décadas y todavía hoy generan más preguntas que respuestas. Los incidentes del último año en La Habana así se lo recuerdan a EEUU, según Wikileaks.

En mayo de 1953 en la antigua URSS unos equipos recién instalados en la Embajada de EEUU detectaron una frecuencia de microondas que oscilaba sobre los pisos superiores en horarios determinados, a veces hasta ocho horas por día. Para finales del otoño, algunos empleados se sintieron inexplicablemente enfermos.

Al principio fueron mareos, palpitaciones, dolores de cabeza, la presión arterial descontrolada (…); ya en 1962, los que aún permanecían allí o, incluso, los que ya se habían ido, manifestaron síntomas más graves: repentinas cataratas, alteraciones en los análisis sanguíneos o en los cromosomas.

Luego de 13 años de síntomas inexplicables y de investigaciones fracasadas, una de ellas bajo el denominado como Estudio Viral de Moscú, la CIA tomó cartas en el asunto y barajó numerosas hipótesis, una de ellas que los soviéticos estaban "bombardeando" la sede diplomática con radiaciones de microondas de muy bajo nivel.

Aunque "nunca se supo a ciencia cierta de dónde provenían, la CIA detectó que las radiaciones convertían los pisos superiores del edificio en una especie de horno de microondas", indica Sharon Weinberger, editora jefe de Foreign Policy y autora de Los imaginarios de la guerra: la historia no contada de DARPA, la agencia del Pentágono que cambió el mundo.

"Las cargas estaban muy por debajo del umbral necesario para calentar las cosas, como lo hace un horno actual, sin embargo, también era 100 veces más potente que los estándares de exposición máxima permitidos", añade.

Las radiaciones, según un informe de la CIA filtrado por Wikileaks, estaban en la gama de frecuencias de 0.5-9.0 Gigahertz. En aquellos tiempos no existía un conocimiento científico sólido sobre este tipo de radiaciones.

Control mental: supuesto propósito

"La gente se preguntaba qué estaba pasando y ante la falta de explicaciones para la época, básicamente, creyeron que se trataba de un arma de control mental. Por más disparatado que hoy nos parezca, fue la teoría más fuerte", comenta Weinberger.

Es entonces que surge el Proyecto Pandora, entre 1965 y 1969, para analizar los posibles efectos de las microondas en el comportamiento humano. La investigación se mantuvo en el más estricto secreto y hoy muchos de sus archivos permanecen clasificados. Incluyeron experimentos con monos y pretendían extenderlos a los humanos, recuerda la entrevistada por BBC Mundo.

"Cuando llegan al punto de que prueban 'armas de control mental' en las personas, creo que da una idea de la paranoia que se vivía. Pero sobre todo hizo evidente que el principal interés era impulsar armas reales de microondas, en lugar de entender lo que había detrás del misterio de la embajada", afirma la editora de Foreign Policy.

El proyecto fue un fracaso y para 1970 la comunidad de inteligencia de EEUU descartó el supuesto control mental.

"Llegaron a una conclusión más seria y que es la aceptada hasta hoy: que los soviéticos estaban utilizando la radiación para activar sistemas de escucha escondidos en las paredes de la embajada. Definitivamente, no era para controlar la mente de los diplomáticos", concluye Weinberger.

En 1976, más de 20 años después de manifestarse la señal por primera vez, el embajador Walter J. Stoessel Jr. explicó a algunos de los 125 miembros de su personal que los soviéticos estaban, al parecer, usando cañones de microondas para escuchar conversaciones dentro de la embajada y que la radiación podría ser perjudicial para su salud.

Los impactos reales sobre la salud de los trabajadores aún permanecen en el misterio. Los estudios científicos desclasificados hasta la fecha no brindan informaciones concluyentes.

Para detener las radiaciones, EEUU colocó láminas de aluminio en las ventanas convirtiendo la sede diplomática en un búnker. Casualmente, en abril de ese año, la señal de Moscú desapareció de la misma forma misteriosa en que había surgido 23 años antes.

El suceso recuerda los daños a la salud que dicen haber experimentado al menos 22 diplomáticos estadounidenses en la Isla, atribuidos a supuestos "ataques acústicos". Sin embargo, los hechos están rodeados de incertidumbre y las pesquisas e hipótesis continúan.

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