Entre los diplomáticos cubanos expulsados esta semana de Estados Unidos están todos los que trataban con las empresas estadounidenses, dijo este jueves a Reuters la embajada de La Habana en Washington, aunque no reveló la identidad de estas personas.
En una escalada de la crisis entre los países, el Gobierno de Donald Trump expulsó a 15 diplomáticos cubanos como protesta por la falta de protección al personal estadounidense en la embajada en La Habana, que sufrió una serie de ataques contra su salud.
"Debido a esta decisión, las actividades desarrolladas por la Oficina Económica-Comercial de la Embajada de Cuba en Estados Unidos (...) serán gravemente afectadas", dijo un diplomático cubano en un mensaje de despedida a un grupo estadounidense que lleva inversores a la Isla.
Según recuerda Reuters, la embajada de Cuba suele ser el primer paso en el proceso para que las empresas estadounidenses exploren oportunidades de negocios. Los funcionarios los ayudan a presentar una propuesta de viaje, a buscar homólogos en empresas estatales de la economía centralizada y a recibir una visa de negocios para visitar La Habana.
Aún no está claro si la embajada seguirá emitiendo esas visas, dado que un diplomático permanecerá en la sección consular.
En tanto, la decisión de Washington de ordenar la salida de todo el personal y solo dejar los servicios de emergencia posiblemente hará más difícil que las compañías de Estados Unidos puedan negociar con el Gobierno cubano.
La expulsión de los diplomáticos cubanos de EEUU se produjo por "la incapacidad del Gobierno cubano de garantizar la seguridad de los diplomáticos estadounidenses en la Isla".
Asimismo, Washington justificó la medida para "garantizar la equidad" en las operaciones de las respectivas embajadas en ambos países, dado que el pasado viernes ordenó que la mayoría del personal de la misión estadounidense en Cuba abandonara el país.
Las medidas de Washington han reducido al mínimo la actividad consular en ambos países, lo que afecta a aquellos cubanos y estadounidenses que desean visitar a sus familiares en Estados Unidos o Cuba.
Hasta ahora, Washington ha revelado 22 personas afectadas por los presuntos "ataques acústicos".
En mayo fueron expulsados los dos primeros funcionarios cubanos de EEUU, aunque Washington no ha revelado sus identidades, un reporte de CBS indicó que serían Frank Silva Hernández y Joel Lago Oliva, "vinculados a la Inteligencia" de La Habana.
El Departamento de Estado de EEUU informó a principios de agosto que su misión en la embajada de La Habana había experimentado síntomas físicos causados por "incidentes" no especificados que comenzaron a finales de 2016. Y a principios de septiembre notificó más "incidentes" de este estilo que tuvieron lugar en agosto.
Las autoridades estadounidenses ignoran quién pudo haber sido el responsable de los incidentes o qué artefacto fue utilizado. Los investigadores han manejado hipótesis diferentes, de ondas sónicas, un arma electromagnética o una misión de espionaje fracasada, dijeron a The Associated Press fuentes estadounidenses enteradas de las pesquisas.
Tampoco se ha descartado la posibilidad de que haya sido otro país o sabotaje en el interior del aparato de seguridad cubano. La Habana ha negado en repetidas ocasiones cualquier responsabilidad de su Gobierno y Moscú ha tachado de "absurdas" las acusaciones de estar implicada en estos hechos.
Sobre estos incidentes, poco se sabe hasta ahora: sitios donde tuvieron lugar los ataques (las residencias de los funcionarios y el Hotel Capri), un número de afectados (que comenzó siendo menos de una decena pero que ya ha llegado hasta la veintena: 22 estadounidenses y cinco canadienses), presuntas afectaciones médicas como pérdida de la audición, así como la descripción de lo que oyeron los afectados: un ruido "alto y ensordecedor, similar al zumbido creado por los insectos o a un metal arañando el suelo.