"El Gobierno dice que nos ayudará con el 50% para la reparación de los daños, pero aquí abajo la cuenta, así y todo, no da", recela Alonso Nápoles, uno de los damnificados del huracán Irma en el consejo popular Cayo Hueso, en La Habana.
"Una cosa es que quieran asumir la mitad de los gastos en reparaciones y otra cosa es que existan, por ejemplo, las piezas de repuesto" para los equipos rotos. "Desde hace cuatro meses ando detrás de una junta para mi refrigerador y no hay, imagínate entonces cuando se trata de piezas mucho más complejas".
Los consejos populares Cayo Hueso, Dragones y Colón, todos en el municipio Centro Habana, fueron los más afectadas por los derrumbes y las penetraciones del mar provocados por el paso del huracán Irma. Igualmente estos tres territorios, con una población conjunta de más de 89.000 habitantes, se encuentran entre los que presentan mayor deterioro del fondo habitacional en la capital.
"No se trata de desconfiar del Gobierno porque sí, hablamos de la experiencia que hemos sufrido durante años", acota una vecina de San Lázaro #172, en el consejo popular Dragones, donde las inundaciones por la penetración del mar llegaron a alcanzar los dos metros de altura.
"En los talleres de reparación de equipos electrodomésticos casi nunca hay piezas de repuesto y la gente tienen que recurrir a particulares, que te cobran hasta el triple del precio de una pieza. Los funcionarios de la Seguridad Social nos dijeron que la ayuda solo incluirá refrigeradores y televisores pero, ¿y el resto de los equipos, como las lavadoras, las cocinas, los DVD, las batidoras, las computadoras?", cuestiona.
Ania Cabrera, vecina de Malecón #67, en el consejo popular Colón, dice haber perdido todos los colchones y que el huracán dañó gran parte de sus efectos electrodomésticos.
"La gente de Seguridad Social me dijo que los colchones se venderán a la mitad de su precio original [900 pesos los personales y 1.200 los cameros], pero aun así está apretado, porque en mi núcleo familiar somos cinco personas" y hay que sumar "los equipos dañados".
Cabrera calcula que necesitará unos 7.500 pesos (300 CUC) para solucionar los problemas que le ha dejado Irma.
Una fuente en la Dirección Municipal de Seguridad Social en Centro Habana, que pidió no ser identificada, informó que para la reparación de equipos electrodomésticos y compra de colchones no se autorizará la facilidad de créditos bancarios.
Esta facilidad será "únicamente para la venta de materiales de construcción", y para todos los casos se seguirá el mismo protocolo:
"Primero se hará un informe a partir de la visita de caracterización de los trabajadores sociales. Este informe es avalado y firmado por el Partido y lo procesa la directora municipal en comisión conjunta con el Consejo de la Administración Municipal (CAM) que finalmente aprueba los otorgamientos", explicó la fuente.
El Gobierno anunció recientemente que financiaría el 50% del precio de los materiales de la construcción a los damnificados. Según estimaciones oficiales, en La Habana las afectaciones del huracán Irma causaron daños en más de 4.280 viviendas, de las cuales sufrieron derrumbes parciales más de 980 y totales unas 157.
"Gran parte de esas afectaciones están concentradas aquí en Centro Habana", dijo una trabajadora de la Tienda de Materiales de Construcción, ubicada en Amistad entre Concordia y Neptuno.
Hasta la semana pasada, la tienda no había recibido materiales ni documentación sobre los precios a los que se venderán a los damnificados.
Antes del huracán tampoco "habíamos recibido abastecimiento para los clientes por esfuerzo propio, para los de subsidio gratuito o para la venta liberada", añadió la trabajadora.
A su juicio, el Estado no tiene, "ni de lejos", los recursos para ayudar a todos los damnificados del huracán Irma en Centro Habana. "Creo que se apresuraron con las promesas que hicieron", afirmó.
"Y el control de la venta de los materiales quién lo asumirá, quién lo garantizará", pregunta Orquídea Gómez, otra damnificada del consejo popular Dragones que estuvo evacuada en la residencia estudiantil de Zanja y Aramburo.
"Además, la ayuda es por la compra de los materiales, pero nos informaron que no asumirían ni la transportación ni la mano de obra. La pregunta del millón es cuánto va a tardar el proceso de adquirir los materiales, porque mientras tanto parecemos gitanos con los matules a cuestas".
Orquídea relata que los evacuados en la residencia estudiantil de Zanja no sufrieron derrumbes totales en sus domicilios, pero no querían volver a ocuparlos hasta que el Gobierno les diera garantía de adquirir materiales de construcción para repararlos con inmediatez.
"Por eso se inició una protesta. Nos convencieron de que era un tema grave crear caos en el reinicio de las clases allí y que nuestra actitud podía tener consecuencias muy negativas para con nosotros. Pero muchos no volvieron a sus casas y andan, como yo, instalados en casas de amistades o de familiares".
"Hay mucha contradicción en las informaciones que nos dan en las instituciones y la que dicen en la televisión. Normalmente, el Gobierno, junto a Seguridad Social, Planificación Física y Vivienda, dictaminan y aprueban los otorgamientos a los damnificados. Ahora resulta que los Consejos de Defensa harán las defectaciones y aprobarán los recursos", se quejó Lysis Ortega, damnificada del consejo popular Cayo Hueso. "Es decir, otro eslabón en la cadena del peloteo.
Funcionarios contactados del CAM y las direcciones municipales de Planificación Física, Vivienda y de Albergues, no ofrecieron declaraciones respecto a dónde serían reubicados los miles de damnificados de Centro Habana, ni cuándo se iniciaría el proceso de entrega de materiales de construcción para las reparaciones.