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Huracán Irma

'Revolución Energética' vs. azote de Irma

¿Qué ha pasado con los 'grupos electrógenos' en este momento de colapso nacional?

La Habana

A su paso por Matanzas el huracán Irma destruyó la estación de bombeo de la termoeléctrica Antonio Guiteras —la mayor del país, con capacidad de 330 megawatts— lo que reduce la disponibilidad de generación para satisfacer la demanda de la capital próxima a los 470 megawatts.

La baja del sistema electroenergético nacional de esta importante unidad obligó a la Unión Nacional Eléctrica (UNE) a dividir el suministro de electricidad en dos islas generadoras: la oriental (Santiago de Cuba, Felton y Nuevitas) y la occidental (este de la Habana, Mariel y Cienfuegos).

La Empresa Energas (60 megawatts), también sumó su generación a la isla occidental, pero la arrancada del Mariel demandó 24 horas de retraso para dilatar turbinas y poder entregar al sistema 270 megawatts.

Los apagones en las zonas capitalinas más afectadas se han prolongado por más de cuatro días, a pesar de que los daños por caída de árboles y postes en la mayoría de los municipios capitalinos no fueron considerables.

En esta ocasión, la entrega de energía se convirtió en el principal problema a resolver y, ante la adversidad, los medios oficiales echaron un manto sobre el insignificante aporte de los grupos electrógenos al sistema electroenergético nacional y "las ventajas de la generación distribuida", proyecto del extinto Fidel Castro, supuestamente llamado a evitar las penurias energéticas de la población ante los percances provocados por eventos meteorológicos y de otra índole.

Acorde a una fuente anónima procedente de la UNE, el bajo protagonismo de los grupos electrógenos se debe a que el 50% de su parque se encuentran en régimen de avería a causa de la sobreexplotación de sus motores durante los meses de junio, julio y agosto, con el objetivo de evitar apagones y garantizar el flujo del turismo internacional al país.

Añade que otro porcentaje importante se encuentran parados por falta de combustible diesel, al tiempo que otras baterías aún no han arrancado para sincronizarse al sistema nacional por falta de comunicación con los despachos. Hasta la redacción de esta nota, solo cinco baterías de grupos electrógenos suministraban energía a la isla occidental.

El azote de Irma ha demostrado la gran dependencia de las vetustas ocho unidades termoeléctricas del país, que ya han sobrepasado el límite de su vida útil y no fueron modernizadas o renovadas, porque Fidel Castro decidió invertir millones en el disparatado proyecto conocido por "Revolución Energética".

Lo cierto es que los damnificados de las zonas afectadas por las penetraciones del mar, ya cansados por la pestilencia, los basureros, la falta de gas manufacturado, el calor y la poca atención del Gobierno, gritaban al paso de las autoridades: "¡luz!, ¡luz!"

 

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