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Educación

El curso escolar arranca con carencias, pese a las promesas de los funcionarios

Los padres se quejan de libros rotos, falta de computadoras y materiales docentes, entre otros problemas.

La Habana

Antes del inicio del actual curso escolar 2017-2018 funcionarios del Ministerio de Educación aseguraron a través de los medios de comunicación estatales que estaba garantizado el material escolar para su realización exitosa. Pero una semana después de la arrancada padres y alumnos se quejan de carencias.

En Santa Fe, La Habana, varias madres entrevistadas coincidieron en que, a diferencia de otros cursos, en este han faltado muchos implementos de estudio.

"En el aula de mi hijo, que está en cuarto grado, entregaron solo ocho libros de lectura nuevos, el resto es de los cursos anteriores, en muy mal estado. Pidieron a los padres que los reconstruyeran. Eso causa malestar y crea diferencias entre los que accedieron a libros nuevos y los que les tocaron los rotos y con hojas perdidas, que no podrán leerlos completos", dice Leina Ramírez, de 28 años.

"Entregaron un tubo de pegamento cada dos niños y un pincel para seis. El pegamento es un tubo muy pequeño que a las claras se ve que se agotará con los primeros trabajos de clase y con el pincel sucede algo parecido, pues tendrán que turnarse para utilizarlo. Pero el colmo es que luego pasaron dos muchachos por mi casa vendiendo a diez pesos esos mismos tubos de pegamento que no alcanzan en la escuela", añade.

Otra madre que se queja de la falta de recursos para este curso escolar es Magda, trabajadora privada del reparto El Roble. "Las computadoras no han llegado a la escuela y en las clases de computación se dedican a ver muñequitos en el televisor del aula", comenta.

"La asignatura de computación, además de ser una de las más deseadas por los muchachos, es también de las más necesarias. En mi casa jamás hemos tenido una computadora. Mi hijo soñaba con comenzar este curso y aprender a manejarla, pero lo que le toca es dibujos animados, los mismos que ve en la casa", critica.

La alimentación para los alumnos en régimen de seminternado es otro de los eternos problemas de las escuelas primarias.

"El primer día de clase el menú fue arroz blanco, chicharos, pan y una naranja agria. Muy pocos alumnos pudieron comer", dice Reina Arencibia, de 24 años y vecina del reparto llamado "Ramirito", nombrado así porque en sus predios radica la casa de Ramiro Valdés.

"Ese día debían haberse esforzado y brindar un menú decente, por lo menos con alguna proteína. Pero nada, parece que esa será la opción alimentaria para todo el curso, igual que el año pasado", añade.

"No alcanzamos camisas de uniforme", se queja Tamara, madre de dos varones jimaguas que cursan octavo grado en una escuela secundaria del reparto Flores, en el municipio Playa, molesta por todos los gastos del curso escolar y "sus necesidades inacabables".

Según Tamara, la maestra dijo el primer día que "no se permitirán niños sin completo uniforme en el aula".

Tamara asegura que fue hasta La cuevita, un barrio de San Miguel del Padrón famoso por su venta clandestina de todo tipo de enseres y vituallas. "Encontré camisas de secundaria, de uso, a 60 pesos cada una. Una estafa, pero ¿qué voy a hacer? Y los muchachos tienen que estudiar, porque la calle esta mala y tienen que ser algo en la vida. Los pobres, no tienen padre. Lo perdieron en una salida ilegal hace varios años. Me he batido sola y tengo que seguir adelante".

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