Los pilotos estadounidenses de lanchas rápidas Nigel Hook y Jay Johnson rompieron este jueves el récord mundial de velocidad en el recorrido desde Cayo Hueso (Florida) a La Habana al hacerlo en una hora y 18 minutos, 12 minutos menos que la marca lograda por el alemán Roger Klüh en agosto de 2015, reporta EFE.
Hook y Johnson también intentarán imponer un récord de velocidad en el trayecto de regreso, algo inédito porque "nadie lo ha hecho en el mismo día", dijeron a la prensa que los recibió a su llegada al Malecón habanero.
"El viaje comenzó muy desafiante. Hemos adquirido un nuevo respeto por este tramo de mar, pero en cuanto vimos la línea de costa de la Habana todo se calmó y alcanzamos una buena velocidad: 127 millas por hora", dijo Hook.
Los estadounidenses pilotaron una lancha Silver Hook de 48 pies de eslora, llamada 77 Lucas Oil y diseñada por ellos, a la que consideran la mejor embarcación "monocasco que existe".
"Llegar aquí es fantástico. Los sentimientos, las emociones, no las puedo explicar, es increíble", dijo.
"Creo que va a abrir nuevas oportunidades para los deportes, y aumentará la amistad entre nuestros países", añadió Hook.
El primer récord de velocidad en lanchas de motor entre Estados Unidos y Cuba (Miami-La Habana) fue establecido en 1922, cuando el estadounidense Gard Word efectuó la travesía en nueve horas y 23 minutos, en la embarcación Lobo Plateado, de 50 pies de eslora.
El segundo en conseguir una marca entre Miami y La Habana fue el también estadounidense Forrest Johnson al cubrir esa distancia en seis horas y 23 minutos.
El récord anterior estaba en manos del alemán Roger Klüh, que completó el trayecto el 1 de agosto de 2015 en la "Apache Star" con tiempo de una hora y 30 minutos.
Desde que comenzó el proceso de deshielo diplomático entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos en 2015, las dos orillas de ambos países se han unido a través de regatas de vela, trayectos en kayak o sobre una tabla de surf.
En marzo, por primera vez en casi 60 años, un grupo de navegantes viajaron en regatas desde la ciudad de San Petersburgo, Florida, hacia Cuba.
La zona por donde se suelen realizar estos recorridos es tristemente célebre por la cantidad de balseros que han desaparecido en sus aguas, de fuertes corrientes e infestadas de tiburones, y con un clima impredecible.