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Internet

¿Cómo se conectan los cubanos a las redes sociales?

Los precios de internet en las zonas WiFi son 'caros' y en los centros de trabajo 'están prohibidas'.

La Habana

El acceso a las redes sociales en Cuba "depende de tener dinero suficiente para pagar en un punto WiFi o trabajar en un lugar con internet, donde esté autorizado el acceso", explica una nota del semanario oficial Juventud Rebelde.

En el primer caso, el salario medio del cubano (inferior a 30 dólares al mes) no permite pagar estos gastos de conexión por los servicios ofrecidos por el monopolio estatal ETECSA en los puntos WiFi. Muchos usuarios se quejan por el costo de la conexión, de 1,50 CUC (equivalente al dólar) por hora, y la incomodidad de estas zonas, la mayoría ubicadas al aire libre.

Tampoco es posible acceder a las redes sociales en los centros de trabajo, por cuestiones tales como "carencias infraestructurales, seguridad tecnológica, prejuicios, desconocimientos o añejas regulaciones".

En la Isla existen políticas y prohibiciones sobre el uso de redes sociales en las instituciones estatales.

Los trabajadores del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) acceden a internet gracias a una cuota mensual de 50 MB que tiene asignada cada persona, sin embargo, no pueden entrar a las redes sociales porque "están prohibidas".

Otras instituciones como Labiofam dicen no tener inconveniente para que sus trabajadores se conecten a las redes sociales, sin embargo, tampoco pueden hacerlo por "las carencias infraestructurales": "el ancho de banda de la institución es de apenas 6 MB para más de 400 computadoras".

En el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), la conectividad es "pobre" y "hay problemas con servidores externos, antiguos y obsoletos, por lo que en ocasiones estos pueden colapsar". En esta institución cultural los jefes de departamento son quienes deciden qué trabajador tiene acceso a internet.

Según el oficial Juventud Rebelde, "la tendencia de los directivos a restringir el uso total o parcial de las redes sociales, remite directamente a la Resolución 127, del año 2007, del Ministerio de las Comunicaciones (MINCOM)" que señala que cada entidad aprobará los usos de las tecnologías.

"Amparados en dicha resolución y ante la inexistencia de normativas referentes a los derechos de los usuarios, las instituciones tienen total potestad sobre el uso de redes sociales por parte de sus trabajadores", apunta el semanario.

Esta misma resolución establece que "los correos institucionales no deberían tener salida ni entrada internacional".

En el caso del estatal Canal Educativo, no hay prohibiciones en cuanto a las redes sociales, pero los correos internacionales solo pueden utilizarse bajo autorización expresa de la directora de la institución y el ancho de banda apenas llega a los 64 MB.

En esta televisora oficial, su directora Xenia López, sanciona a quienes utilizan proxys webs para llegar a contenidos y páginas prohibidas: "Se les retira el servicio por un período de tiempo que oscila desde un mes hasta seis meses".

En las instituciones pertenecientes a la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHC) son los directivos de cada una quienes deciden el horario de acceso a redes sociales, así como "las páginas clausuradas".

En centros de educación superior, como la Universidad de Oriente y la de La Habana "los problemas infraestructurales" han obligado a establecer un horario extradocente de conexión a estas redes entre las 6:00 pm y las 9:00 am y las 5:00 pm y las 10:00 am, respectivamente.

Además de cambiar la precariedad infraestructural, el semanario oficial insta a "actualizar el marco jurídico" que permite a los cubanos conectarse a internet.

Juventud Rebelde concluye señalando que hay un acceso "escaso" a las redes, a pesar de los avances que sostuvo el primer vicepresidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, el pasado jueves.

El funcionario llamó a "usar internet para hacer Revolución": "Tenemos que ser capaces de poner los contenidos de la Revolución en internet, en todas las plataformas, desde todas las instituciones".

Los índices de conexión a internet en la Isla continúan estando entre los más bajos del mundo. El Gobierno ha creado zonas de acceso WiFi, pero a altos precios y con baja calidad. Los usuarios emplean las horas de conexión para comunicarse con sus familiares y amigos.

El monopolio estatal de las telecomunicaciones ETECSA cobra por tiempo de conexión a una velocidad ínfima, y no por ancho de banda o volumen de transmisión de datos. Además, la navegación está limitada por la censura a páginas web afines al régimen.

Hasta marzo pasado, la conexión en los domicilios de la Isla había estado permitida solamente a algunos profesionales como médicos, periodistas, intelectuales o académicos, que requerían una autorización gubernamental.

 

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