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Sociedad

¿Cómo se perfuman los cubanos?

La elaboración y venta de imitaciones de perfume es un negocio consolidado.

La Habana

"Compro frascos de perfume vacíos… los de marca se pagan a 10 pesos", es uno de los pregones que se escucha en muchos barrios. Con la compra de estos frascos se inicia la cadena de producción para uno de los negocios clandestinos más florecientes: la elaboración y venta de imitaciones.

Orestes L. asegura haberse involucrado en este negocio de los perfumes "cuando estaba en el Servicio Militar, cuando todavía no era tan sofisticado como ahora".

"Eran los tiempos del Período Especial y para trabajar en Suchel era necesario tener 'palanca'. Los productos de aseo personal escaseaban y se hacía buen dinero vendiendo detergente, jabón, champú y perfume. En realidad el negocio no era vender el perfume ya elaborado, sino la esencia, porque la gente prefería gastar la plata en productos de primera necesidad y no en cosmetería", explica.

"El cubano, obligado por la realidad, se vuelve ingenioso, 'metedor de cuerpo', y con el tiempo inventamos el modo de reenvasar perfume en los frascos", señala Santana quien actualmente regenta una pequeña fábrica clandestina que reenvasa cervezas nacionales.

"Al principio se reenvasaba quitando la tapa, pero después en el proceso de volver a sellar se notaba la evidencia y el cliente no compraba. Para evitar esto se empezó a utilizar una jeringuilla, un pedazo de liga de suero y una tetera. Con ese instrumental se reenvasa el perfume sin violentar la tapa sellada. Todavía se utiliza este método, aunque es lento", agrega.

Maritza D. recorre diariamente el Cerro, Centro Habana y 10 de Octubre comprando frascos de perfumes vacíos. En los días buenos regresa hasta con "40 o 50 y más de la mitad de ellos de marca".

"Pero eso de 'marca' es relativo. Cuba es el país de las copias, desde los zapatos hasta los perfumes. Es difícil encontrar un producto que no sea una copia china. Lo que se hace aquí es lo mismo: comprar todos los componentes originales y armar el producto".

Las esencias originales de los perfumes se importan desde México, así como las etiquetas, "y hasta las cajas si los productores clandestinos son finos y tienen negocios con las tiendas", explica Maritza. Los demás componentes se adquieren "a través del trapicheo", en las fábricas estatales cubanas.

Para elaborar el perfume es obligatorio utilizar alcohol a 96 grados, advierte Raudel R. quien asegura que abastece con sus producciones "a varias tiendas del Estado".

"Todos los frascos tienen que ser lavados con alcohol de 96 grados. Es muy importante esta parte del proceso porque le suprimes el olor del perfume que contenía anteriormente ese frasco. Con 20 mililitros del alcohol se limpian entre cuatro o cinco frascos, no más porque igual los contaminas. La esencia se compra a 8 CUC y de un cuarto te da para tres frascos de perfumes bien hechos. El negocio deja buenas ganancias. La clave está en saber las proporciones a utilizar para cada perfume, que no queden muy grasientos y, a un mismo tiempo, que tengan buen fijador".

Según Leonardo H., otro productor que también asegura abastecer a tiendas estatales, "se compra la esencia de perfumes específicos, de los que están en el bombo aquí en Cuba, como Anais Anais o Ángel".

"Un perfume de marca internacional en las tiendas del Estado tiene un precio mínimo promedio de 30 CUC. Nosotros lo vendemos entre 12 y 15 CUC, según la marca y la calidad final del perfume. Mandé a buscar esencia del perfume Katy Perry, que me han dicho en la calle que ahora está de moda; me advirtieron que es cara la materia prima, pero siempre da la cuenta. Así que posiblemente en par de meses estaré llenando La Habana con ese aroma".

A Yadira Dimas no le importa quién fabrica el perfume, sino que tenga calidad y fijador. "Por eso tengo mi abastecedor fijo, Leonardo, que es el mejor productor en toda La Habana".

"En definitiva todo es copia china, que ahora sea copia cubana apenas hace la diferencia siempre y cuando el perfume esté bien hecho, porque también hay una pila de chapuceros que lo que venden es desinfectante de baño", dice Yadira.

El negocio de reenvasar y vender imitaciones de perfumes en Cuba es parte de una red de fábricas clandestinas, donde también se elaboran y reenvasan desde cigarros y tabacos, hasta refrescos, maltas, helados, cervezas y ron.

"Muchos de estos productos se venden en los establecimientos estatales en CUC, y la gente ya está acostumbrada", opina Mayito Guerra.

"La gente ya ni protesta, se acostumbró porque es un negocio generalizado. Sin embargo, muchas de estas fábricas artesanales elaboran el producto con calidad y utilizan materia prima original y sin los recursos óptimos. El Gobierno debería coger ejemplo, y contratarlos al menos por ingeniosos", concluye.

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