'Quiero estar con mi mujer y mi hijo, estoy cansado de la dictadura': un cubano pide asilo político a España

Luis Carlos Falcón Moreno, un cubano de 35 años, está a la espera de la respuesta a una solicitud de asilo político a las autoridades migratorias en España, donde viven su esposa y su hijo Christian Alejandro, de apenas un año y ocho meses.

"Lo único que quiero es estar con mi mujer y mi hijo, estoy cansado de la dictadura", dice Falcón en una llamada vía Whatsapp desde el centro de detención en el aeropuerto del Prat de Llobregat, Barcelona, donde presentó la solicitud este 17 de octubre y un día después tuvo la primera entrevista con las autoridades.

Este cubano llegó desde Turquía, uno de los tantos países por los que pasó desde que salió de la Isla en marzo de 2015 hacia Rusia. Falcón cuenta a DIARIO DE CUBA que su calvario comenzó en 2011 cuando tras graduarse entró a trabajar en el Departamento de Animación del ICAIC. Sus ideas no alineadas con el Partido Comunista —dice— provocaron que lo "separaran" de ese centro estatal y no lo volvieran a contratar en ningún otro lugar. 

"Me hostigaban, no tenía trabajo legal y me amenazaban por mis ideas políticas", cuenta este cubano. Afirma que nunca se afilió a ninguna organización independiente en el país por temor a más represión. Asegura que sobrevivió unos años en Cuba con una cámara fotográfica que le regalaron.

En 2015 una prima le prestó unos 1.600 dólares para irse a Rusia. En ese país sobrevivió unos ocho meses en una estación de trenes de Moscú hasta que logró conseguir trabajo ilegal y encaminar su vida.

Allí en Rusia conoció a su pareja, que es de Georgia, y en ese país se casaron y tuvieron a su hijo, pero no tenía manera de legalizar su situación y se fueron a Turquía para intentar entrar a Europa. 

Su esposa se fue a España para buscar una mejor vida para el pequeño Christian Alejandro, y Falcón se quedó en Estambul hasta regularizar su situación. Pero allí solo atienden a los refugiados sirios, los cubanos no son prioridad, comenta. 
 
"No pienso aceptar ninguna deportación, quiero estar lejos de las dictaduras que amenazan mi vida, y junto a mi hijo. Rusia está cerrado a la mayoría de los países, a Georgia solo se puede entrar con visa y está cerrado a los no residentes, en Cuba no aceptan a nadie que no sea vuelo humanitario". En cuanto a Estambul, "además de necesitar visa, tengo miedo que Turquía tome represalias conmigo por engañar al sistema para escapar de allí", escribe Falcón en una carta enviada a DDC.

Falcón es muy activo contra el Gobierno cubano en las redes sociales y teme que si lo deportan a la Isla su vida vuelva a ser el mismo infierno que lo obligó a salir al exilio. "Es preferible un albergue en España que vivir en Cuba", dice. 

A este cubano de Arroyo Naranjo, La Habana, no le queda nada en Cuba porque fallecieron su madre y su abuelo, quienes lo ayudaron estos años en el exilio. Solo regresó hace un tiempo para legalizar sus papeles y casarse con su esposa. 

Volver a Rusia tampoco es una opción factible porque los cubanos no pueden pedir asilo político y son una comunidad vigilada, señala. 

Falcón tiene este jueves la próxima entrevista con las autoridades migratorias de España para resolver su asilo. Espera que los funcionarios entiendan que en Cuba solo le quedan las ganas de que algún día sea libre, y que si es deportado a Turquía volverá a intentar, aunque tenga que cruzar fronteras, llegar a Madrid.

DDC se puso en contacto con la policía nacional del puesto fronterizo en el Aeropuerto del Prat de Llobregat, pero los agentes señalaron que no pueden dar ninguna información sobre las solicitudes de protección internacional.

Tras la publicación de esta noticia, Falcón puntualizó a DDC que le llegó el rechazo de admisión a trámite, pero tiene dos días para apelar.