'Temo abrir los ojos al despertar en las mañanas y encontrar que he muerto'

Aunque la realidad de Ramón Arboláez Abreu ha mejorado, el cáncer lo consume poco a poco, en la cama de una pensión en Reynosa, México.

"Todos los días dejo mis párpados cerrados, a la espera de escuchar la voz de mis hijos o de mi esposa. Temo abrir los ojos al despertar en las mañanas y encontrar que he muerto", confiesa el líder opositor cubano.

A los clamores por su vida se ha unido el abogado cubanoamericano Jason Poblete, presidente de la Global Liberty Alliance, que envió una carta a Kenneth T. Cuccinelli II, quien ejerce de forma interina el cargo de subsecretario de Estado en EEUU. En ella, el jurista Poblete, suplica ayuda para salvar la vida "de un luchador de la libertad".

Según su página en Facebook, Global Liberty Alliance "defiende los derechos individuales fundamentales, la libre empresa y el Estado de derecho. Los abogados de GLA, los profesionales de las políticas públicas y los académicos en EEUU y en otras naciones colaboran en asuntos para ayudar a promover el interés público, defender los derechos fundamentales y la libertad. El Fondo es una organización sin fines de lucro y ayuda a sufragar los honorarios legales y otros gastos asociados con la defensa de la persecución política compleja y otros casos relacionados".

El viacrucis en búsqueda de la libertad y un tratamiento médico

A Ramón Arboláez Abreu le diagnosticaron hace 11 meses un cáncer de lengua en la localidad mejicana de Tapachula, donde solo recibió tratamientos paliativos, lo cual permitió que el avance de la enfermedad, hasta el punto de que ya le afecta la mandíbula y la garganta.

A principios mayo de 2020, se dirigió a Monterrey (México) en búsqueda de tratamiento, pero allí lo sorprendió la pandemia del Covid-19. Por cuatro meses trató su cáncer con un paracetamol en las comidas y solo se alimentó con sopa de sobres, pues el dolor no le permitía masticar alimentos sólidos. Buscó ayuda de la ACNUR y lo único que recibió fue una botella de antibacterial, tres rollos de papel higiénico, unas mascarillas y jabón.

Según su esposa Yaneisy Santana Hurtado, en la madrugada del 17 de julio, tuvieron que salir de Monterrey, a "raíz de las amenazas de la Inteligencia cubana". Una llamada, la noche anterior, le advertía "que no habláramos más con los medios, que nos quedáramos callados y que, si no cumplíamos, nuestros hijos serían secuestrados y nosotros asesinados. Que no merecíamos más por ser unos traidores".

Después de ocho tensas horas de viaje, llegaron a la ciudad de Reynosa, en la frontera con EEUU y en un acto de desesperación solicitaron el ingreso a EEUU. En ese momento en el puente internacional, Arboláez Abreu le expresó a DIARIO DE CUBA: "Estoy seguro de que, si muero acá, en el puente y a escasos metros de la tierra de la libertad, el Gobierno de EEUU y el señor Donald Trump se compadecerán de mis hijos y de mi esposa".

En Reynosa la hermana Catalina Carmona Librado, de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, recogió de las calles a Ramón, sus dos pequeños hijos y su esposa.

Fueron llevados a un hostal, que ha sido pagado por las Hijas de la Caridad, quienes también les han brindado acompañamiento, ayuda psicosocial y un médico, que le brinda atención paliativa a Ramón para sobrellevar el cáncer.

El pasado 27 de julio el consulado estadounidense en Matamoros le negó el visado médico a Ramón Arboláez Abreu, sin derecho a apelación. Según el opositor cubano, las razones aducidas por el funcionario consular de EEUU fueron "no contar con bienes y propiedades que puedan asegurar su regreso, después del tratamiento".

Su difícil situación ha despertado la solidaridad de la comunidad cubana en EEUU y de periodistas, como Maite Luna, quien lideró una colecta de dinero para el opositor cubano, lo que le ha permitido mejorar las condiciones de vida del opositor cubano y su familia.

"Si no fuera por la ayuda de medios como DIARIO DE CUBA, mi drama no sería visible. Hoy una nueva luz de esperanza ilumina mi futuro. Tengo fe de que, con la ayuda del abogado Jason Poblete y de Global Liberty Alliance, lograré la visa humanitaria para mi familia y para mí", reconoce Arbólaez Abreu.