La pareja de jóvenes (él cubano, ella rusa) que se tuvo que exiliar debido al hostigamiento del régimen, contó a DIARIO DE CUBA cómo fueron sus últimos días en la Isla.
Daria y Carlos Jiménez Vasco (ella tomó los apellidos de su esposo después de la boda), sacaron un pasaje para volar de La Habana a Granada el 18 de abril y se quedaron en Trinidad y Tobago durante una escala. Ante la pregunta de cómo estaban, Carlos dijo: "Todavía no muy bien. Tratando de establecernos, aunque sea por un tiempo. Cuba nos expulsó con apuro y casi sin un centavo. Solo alcanzó para boletos y una semana de vivienda".
Estos jóvenes huyeron de Rusia en octubre de 2022 porque las autoridades de ese país querían reclutar a Carlos para combatir en Ucrania a pesar de ser extranjero. "Nuestra idea al llegar en Cuba era recuperarnos emocionalmente después de todo lo que vivimos en Rusia, pero ha sido lo opuesto", dijo Carlos. Su familia, integrada por militares y diplomáticos, ayudó al Gobierno cubano a reprimirlos constantemente.
El padre de Carlos (exdiplomático y todavía trabajador de una entidad vinculada al MINREX), un día lo llamó desde una estación de Policía y le dijo: "Ahora supe que ustedes están publicando en la red cosas malas sobre Rusia y sobre Cuba, ya me lo informaron. En esa situación, en la casa no van a poder estar ninguno de los dos. Perseguidos en Rusia y en Cuba, yo no quiero ese tipo de gente en mi casa. Yo les aconsejo que vayan a ver qué lugar se buscan".
Uno de los oficiales que más hostigó a la pareja, y uno de cuyos actos fue grabado en video y publicado por DIARIO DE CUBA, llegó a utilizar asuntos personales para atacar a Carlos y Daria. "¡Si hubieses visto a ese hombre que se presentó como jefe de Inmigración! Se le ocurrió amenazarnos con revelar una discusión de pareja de nosotros, aunque esa no es la razón por la que nos estaban persiguiendo. Ese mismo día yo mismo conté eso porque no íbamos a ceder aL chantaje", explicó Carlos.
"Un día cogimos tremendo susto —continuó—, porque nos dimos cuenta de que uno de los oficiales de Policía que me habían interrogado en Cojímar nos estaba siguiendo. Yo fui y lo saludé para mostrar que no había miedo, pero a cualquier persona le asusta que le pase eso. Sé que nos seguía porque estábamos en otro lugar, no en Cojímar y sería demasiada casualidad que él estuviese allí por otra razón".
"Esos malditos en los últimos días de nuestra estancia en Cuba nos bloquearon la SIM por completo, y la tarjeta bancaria, para hacer nuestra estancia aún peor —denunció el joven—. Eso fue lo más inhumano. Tratar de aislarnos. Tuve que inventar para no perder contacto con personas que estaban al tanto de que subiéramos al avión. Conseguimos una cuenta Nauta con horas y por Whatsapp avisábamos de cada paso para que no fueran a inventar en nuestro último día."
"Nos dieron un papel en blanco a firmar para determinar la situación de Daria. Ella no quiso, obviamente, firmar un papel en blanco, y entonces una funcionaria con el rostro cubierto perdió la compostura y escribió una sola palabra: Deportación. La funcionaria enmascarada no habló tanto, pero hizo preguntas sobre el viaje. Luego apareció un hombre y dijo que teníamos que verlo, que no podíamos irnos sin verlo", explicó Carlos.
"La deportación es un proceso algo diferente y lleva un procedimiento que no se ha cumplido para nada —continuó el cubano de 28 años—. Pasa lo mismo que en la visita de aquel agente a mi casa. Le digo que las cosas llevan su procedimiento y me dijo que no. Se ofendió porque insinué que no sabía hacer su trabajo. Pero esa es la verdad. En el mejor de los casos, ellos son unos incompetentes que no cumplen con las leyes que se supone deben defender. Al final, hacen lo que les de la gana y, como son la 'autoridad', hay que tragárselo. Lo que menos les gustó de nosotros es que notábamos las inconsistencias y se lo decíamos."
Ahora Daria y Carlos han solicitado ayuda formal a la delegación en Trinidad y Tobago del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Parece ser un capítulo más del programa Vivir del Cuento, ahora con un oficial de migración haciendo muy bien el papel de Facundo Correcto.
No sabemos nada de la vida de este hombre. ¿Cuánto tiempo vivió en Rusia? Quizás el padre fue diplomático en ese país y aprendió el idioma desde niño. No es tan raro que hijos de diplomáticos cubanos luego se vuelvan críticos de la dictadura.
la inocente disputa con su esposa fue de proporciones cataclismicas de este camaleon G2, impuso a su esposa sierva que lleve sus apellidos , machista y duro el muchacho, por algo ni en su casa lo quieren !
Puede decirnos dónde se puede ver eso?
Exacto Cachanilla. Per seguimos promocionándolo en esta página como un héroe opositor.
Papo___ Tú cuídate no vaya a ser que te quieran botar a ti y a tu mujer rusa de Estados Unidos. En tu caso te devolverían a Cuba como héroe del K9. 😵💫
Aquí, cuando le pregunta a cualquier cubano porque regresa al manicomio, siempre mencionan a “la familia”. Y estoy mirando que nada ha cambiado en Cuba con eso de la familia. El chantaje y la supervivencia entre familia todavía existe. Pensé que lo vi todo en los años 60, pero todavía existe la discordia entre familia.
Bueno Juanito, tú sigues clavado en los sesenta. Han pasado 60 años.
Weston, y nada ha cambiado. El Diablo hizo un buen trabajo con la familia cubana.
Se me ocurre que Carlitos, alguna vez fue fan de Putin y del poderío militar ruso. Porqué será que ahora no quiere inmolarse por la madre Rusia.
Porque como en el cuento de Pepito y los perritos, ya abrió los ojos, tonto!😀