Luego de que el pasado 8 de diciembre milicias armadas derrocaran al régimen de Bashar al-Assad en Siria y tomaran el control del país, este se ha sumido en la total incertidumbre, con la violencia al alza en algunas zonas y el caos en otras. DIARIO DE CUBA conversa telefónicamente con Samir Jesús Mahmoud Gavira, un cubano-sirio de 35 años, de padre sirio y madre cubana, que nació en la Isla, tiene pasaporte cubano y vive en Lataquia, ciudad costera de Siria en la que, según cuenta, "las armas están en las manos de toda la gente" y el personal diplomático cubano en el país los ha abandonado, tanto a él como a su familia.
Sobre el domingo 8 de diciembre, cuando los grupos armados derrocaron al dictador, Samir Jesús recuerda: "Nos despertamos a disparos de una manera increíble, yo casi pierdo mi vida cinco veces desde aquel día". Habla, asimismo, sobre la ola de robos, incendios e inseguridad. "Se fue el expresidente y dejó todo, la Policía también se escapó y dejaron todas las armas y estas cayeron en manos del pueblo mismo. Empezaron a quemar todo, a hacer todo tipo de robos, de incendios, es un caos total", cuenta este hijo de un sirio que, en los años 80, fue a estudiar medicina a Cuba y luego regresó.
Sobre las condiciones de vida en el día a día de miles de personas, comenta: "Tenemos electricidad dos horas al día, divididas en media hora cada seis horas, y no hay seguridad de tener agua. También hay una gran inflación, antes de que empezara la guerra, en 2011, un dolor era equivalente a 50 liras sirias, ahora, poco antes de que cayera al-Assad, llegó a las 80.000 liras sirias. Yo fui a comprar un pan y un queso y ya casi me gasté todo el dinero que tengo, cuando se me acabe, no sé de qué voy a comer. Pero eso no es algo esencial, sino la seguridad".
"Tres veces entraron personas armadas a robarme en la casa. A las 5:00PM se va el sol y casi no hay nadie en la calle. Tienes que quedarte en lo oscuro porque no hay luz, abajo de las sábanas todo el tiempo porque si no te mueres de frío", añade y confiesa: "Yo estoy casi todo el tiempo en el baño, escondiéndome".
Dice, asimismo: "Desde que empezó esto no duermo. Pienso todo el tiempo que va a venir un avión a atacar o que van a venir a robarme. Es algo increíble lo que estamos viviendo. Yo psicológicamente estoy mal, si se mueve un vaso y se cae, ya me pongo en alerta".
En tal sentido, Mahmoud Gavira suscribe este llamado humanitario: "Les rogamos que nos ayuden lo más pronto posible. El país está en caos y nos dirigimos hacia una guerra civil. Por favor, antes de que se corte el camino con el Líbano, ayúdennos a salvar nuestras vidas. Están secuestrando a personas para pedir rescate, y el discurso sectario incitador está aumentando, lo que incrementa nuestro miedo y peligro". "Lo que va a pasar es un baño de sangre", añade en conversación con DIARIO DE CUBA.
Respecto a los contactos con el personal diplomático cubano en el país, Mahmoud Gavira recalca que "la embajada se fue, ellos publicaron que han vivido un infierno, pero lograron escapar. Ahora están en Líbano, salvados, pero nosotros seguimos bajo el tiroteo y los bombardeos".
"Hace un mes yo tenía la sensación de que iba a pasar algo aquí y hablé con el cónsul cubano. Le dije si podía ayudarme con el pasaporte de mi hermana, porque no sabía cuándo tendríamos que salir de aquí. Él me dijo que no tienen recursos, que él mismo vivía en el sótano de la embajada porque no hay dinero para alquiler", añade.
"El cónsul le dijo a una compañera cubana que, si ponen un avión para sacarnos de aquí, nos avisarían, pero que tendríamos que pagar nosotros el boleto. Si yo te dije hace un mes que me ayudara para renovar el pasaporte de mi hermana, que cuesta 250 dólares, y eso es mucho para mí, cómo ahora voy a pagar un boleto, que a lo mejor cuesta 2.200 y somos tres hermanos y más los sobrinos", detalla.
Sobre las posibilidades de salir de Siria, agrega: "La otra esperanza es que nosotros tenemos todos los documentos para la ciudadanía española a través de la Ley de Memoria Democrática y estoy dedicándome a eso, a ver si consideran nuestro caso humanitario como un caso excepcional y nos ayudan a evacuarnos o a hacer los papeles o el documento o el pasaporte español, así podemos salir enseguida".
En cuanto a una comparación entre el país bajo el Gobierno de al-Assad y la situación actual Mahmoud Gavira subraya: "No podíamos expresarnos. Yo fui tres veces preso por publicar en Facebook cosas de corrupción del régimen. Pero los actuales tampoco aceptan la crítica. Como se dice en español, pasamos de Guatemala a guate-peor".
"Por ejemplo, a un amigo en otra ciudad le dijeron que se tapara o se quitara los tatuajes. Ahora siempre llevo el cuello cubierto porque tengo dos tatuajes ahí y para ellos eso va en contra de Dios", sostiene y, en una frase final que refleja la crudeza de la situación, añade: "No se olviden de nosotros, por favor, yo quiero que mi voz llegue a las autoridades".
O sea, que este señor vivía mejor con el régimen de Al Assad, y además amparado por la embajada cubana, cuyo personal, “los pobres”, tuvo que salir corriendo para El Líbano.
Lo que más me llamó la atención cuando leí a este señor, es su desesperación para salir de Siria y todo lo que describe que parece venir de alguien que ha sido afectado, directa o indirectamente, por el fin de la dictadura de Assad. Mientras la mayoría de la población celebra la caída del tirano, este señor tiene que "esconderse". Hmmm…
Donde no hay cubanos? Hace un tiempo vi un video de una cubana con dos hijos viviendo en un campo de refugiados palestinos. Les deseo mucha suerte.