Sin sorpresa alguna, Nicolás Maduro ha sido designado formalmente como candidato presidencial del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), para registrarse entre 21 y 25 de marzo, mientras que la incógnita rodea al campo de la oposición prodemocracia, dada la situación de inhabilitación política que pesa sobre la gran favorita en las elecciones de este 2024, María Corina Machado.
El inicio del proceso, anunciado recientemente por el Consejo Nacional Electoral (CNE), tiene fechas claves entre el 21 y 25 de marzo. Con un acto encabezado por Diosdado Cabello, el debilitado número dos del régimen, el PSUV ratificó la candidatura de Maduro. Según la narrativa oficial más de 4,2 millones de venezolanos participaron en asambleas y proclamaron al gobernante para que busque una reelección hasta 2030. No hay, sin embargo, imágenes que demuestren tal dinámica participativa en las últimas semanas dentro del país.
Con un rechazo del 80%, según diversas encuestas, Maduro está en campaña como defensor del status quo en el poder, y según analistas, como articulador entre las distintas corrientes que coexisten dentro del chavismo. Si logra completar un nuevo periodo como presidente hasta 2030, Maduro habrá completado 17 años en el poder, un tiempo mayor que su padre político, Hugo Chávez, quien gobernó entre 1999 y 2012.
El chavismo, según ha podido constatar DIARIO DE CUBA, ha intervenido situaciones para mostrar un supuesto fervor popular a favor del gobernante que espera proseguir en el poder. Hace tres semanas, por ejemplo, el aparato de propaganda mostró a Maduro encima de su vehículo de lujo dirigiendo unas palabras a lo que parecía una manifestación de apoyo en San Fernando de Apure, una de las poblaciones más pobres del país.
De acuerdo con un periodista que presenció lo ocurrido, y que para garantizar su seguridad personal ha solicitado no se divulgue su nombre, en verdad no ocurrió ninguna manifestación masiva de apoyo.
El gobernante había grabado un programa en una hacienda incautada por el Estado, se desplazaba rumbo al aeropuerto y en la vía saludó a motociclistas. Rápidamente detuvieron la caravana oficial, Maduro se montó encima del coche y dijo unas brevísimas palabras. Una serie de tomas cerradas, con personas que tardaron en entender lo que estaba ocurriendo, terminó siendo mostrado como una calurosa demostración de apoyo al presidente-candidato.
En la otra acera, entretanto, María Corina Machado sigue en campaña en poblaciones intermedias del país. Reuniendo a miles de personas en cada una de sus actos de campaña, la candidata insiste en que podrá inscribir su candidatura y en público descarta la oposición de nombrar una candidatura sustituta, como le han planteado otros referentes políticos nucleados en la Plataforma Unitaria.
La cercanía del plazo para inscribir candidaturas, que concluye justamente el próximo lunes, una temporada por lo general de asueto (Semana Santa) en Venezuela, acrecienta la incógnita de qué hará Machado y sus interlocutores de la Plataforma.
"María Corina Machado es hoy quien encarna el deseo de cambio entre los venezolanos. En este momento cualquier candidato opositor, el que sea, le ganaría por una amplia ventaja a Maduro, eso está claro, si la candidata es María Corina Machado la ventaja sería todavía mayor. Eso el chavismo lo sabe", explica el politólogo Walter Molina, al ser consultado por DIARIO DE CUBA.
Molina, como muchos otros analistas y observadores, creen que se mantendrá una suerte de suspenso hasta última hora, pero que ante la negativa ratificada por el chavismo de levantar la inhabilitación a Machado, ella optará por nombre una candidatura sustituta.
"Quien vaya a sustituir a María Corina lo va a ser solo de nombre, la gente va a votar por ella esté o no su cara y nombre en la boleta electoral. Tendrá que ser una persona ungida por Machado, ella levantarle el brazo y dedicarse a promover esa candidatura entre los venezolanos", sostiene el analista.
Sin llegar a confirmar la tesis de la sustitución, el coordinador nacional del comando de campaña de la candidata liberal, Henry Alviarez, dejó entrever esta opción al sostener que "María Corina no va a anteponer cualquier deseo particular ante los intereses de un país".
Por otro lado, en decisiones que ha tomado, a deshoras para una entidad pública, el CNE decidió la noche del viernes quitarle legalidad a un conjunto de partidos políticos venezolanos, algunos de los cuales podrían haber dado su tarjeta electoral a Machado o a quien ella designe.
La noche del sábado, también a deshoras, el CNE dio a conocer la inhabilitación política de Juan Pablo Guanipa y César Pérez Vivas, dos figuras opositoras con proyección nacional y aliados de Machado, que habrían funcionado eventualmente como candidatos sustitutos.
Las opciones de respaldo para Machado, ya que su movimiento Vente nunca fue reconocido por el CNE, estarían en las tarjetas electorales de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), a la cual el Supremo de Justicia podría ilegalizar por un proceso que está en marcha, y al partido Un Nuevo Tiempo, cuyo fundador y líder absoluto, Manuel Rosales, no ha ocultado su interés en competir nuevamente por la Presidencia.
Rosales es el gobernador del estado (provincia) de Zulia, compitió por la Presidencia ante Chávez en 2006, y es pública la animadversión entre este y Machado. Observadores consideran una jugada de ajedrez del chavismo, usando al CNE, colocar en una disyuntiva de negociación a Machado con Rosales. La candidata tiene el arrastre popular, mientras que el gobernador tiene la tarjeta electoral vigente, prácticamente la única a la que podría apelar la lideresa.
Sectores más radicales de la oposición, por su parte, incitan a Machado a que no se presente a las elecciones dado el carácter fraudulento que tiene todo el proceso. Sin embargo, Machado ha sostenido que "nada, ni nadie nos sacará de la ruta electoral", con lo cual se prevé que se mantendrá una estrategia de participación electoral, por parte de los principales referentes opositores, en este 2024.
La pregunta es de si la Corina Machado ya compró casa en el Doral o Madrid.
Lo demas es irrelevante.