Sergio Massa: ¿un triunfo del voto miedo?

Sin que ninguna encuesta lo pusiera a la cabeza y después de terminar en tercer lugar en las primarias obligatorias de agosto pasado, el ministro peronista de Economía Sergio Massa se erigió en el gran triunfador de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Argentina, y arranca la campaña, de cara al balotaje del 19 de noviembre próximo, como el gran favorito.

Massa, abogado de profesión y a cargo de toda el área económica del saliente Gobierno de Alberto Fernández desde agosto del año pasado, ha sido la gran sorpresa electoral en Argentina, incluso por encima de la irrupción del ultraliberal Javier Milei, quien fue el triunfador de las primarias previas a las presidenciales, pero que este domingo 22 de octubre no mostró crecimiento en su masa de votantes.

Los grandes derrotados han sido la candidata conservadora Patricia Bullrich, de la coalición Juntos por el Cambio, y el expresidente Mauricio Macri (2015-2019), principal referente de este sector, dado que no facilitó la unidad entre los suyos sino que al contrario intervino con medidas polémicas como imponer a su primo Jorge Macri como candidato a jefe de Gobierno en la ciudad de Buenos Aires.

"Es público que soy un crítico del kirchnerismo, no defiendo a este Gobierno, pero en verdad debe reconocerse que Massa ha sido un buen candidato", expresó Jorge Lanata, un icónico periodista argentino enfrentado públicamente a la expresidenta y actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

A juicio de Lanata, el fallo de las encuestas que no mostraron a Massa como favorito, puesto que aparecía por lo general en segundo lugar detrás de Milei, se debe a lo que llamó "el voto vergüenza". Según el periodista eso ya se vivió en Argentina con el expresidente Carlos Menem (1989-1999), a mediados de los 90, cuando las personas al ser consultadas se sentían avergonzadas de reconocer que votarían por la reelección de este polémico mandatario peronista.

Por su parte, Mario Riorda, quien es director de la Maestría en Comunicación Política de la Universidad Austral, en Buenos Aires, sostiene que en agosto durante las primarias se impuso "el voto bronca", dejando al desnudo el malestar ciudadano con la clase política tradicional que se tradujo en un apoyo al outsider Milei, un economista que recién emergió en la política en 2021 al ser electo como diputado.

Este 22 de octubre, según Riorda, giró más en torno al "voto miedo", dado que la alta exposición pública que pasaron a tener las excéntricas propuestas de Milei y de sus colaboradores cercanos, generaron temor entre muchos argentinos que se abstuvieron en las primarias —pese a ser obligatorias— y que ahora salieron a votar beneficiando a Massa.

Periodistas argentinos han relatado como en lugares públicos, como los autobuses, se hicieron presentes mensajes de lo que se iba a perder (subsidios, ayudas oficiales) si ganaba Milei, y además el peronismo en lugares claves activó un plan de buscar a los votantes que se abstuvieron en agosto pasado.

De esa forma, Massa pasó de tener un 27% de votos en las primarias, como coalición Unión por la Patria, quedando entonces en tercer lugar, a tener en la primera vuelta presidencial un sólido 36,7%. Milei obtuvo un 29,9% este 22 de octubre y Bullrich quedó bastante distante con 23,8%.

Tal como adelantó DIARIO DE CUBA tras las primarias, paradójicamente el gran beneficiario del avance de Milei sería el peronismo gobernante, dado que les permitió polarizar la campaña, avivar temores entre los más pobres y activar su base de apoyo bajo el discurso de que lo que estaba en juego era la democracia.

Massa, por otro lado, hizo una campaña en solitario, sin mostrarse junto a Cristina Fernández de Kirchner, ni con el actual presidente Alberto Fernández. En el interior del kirchnerismo, una de las corrientes principales del peronismo, el ministro logró acallar las críticas y avanzó en un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Tener comunicación directa con el ente multilateral, acusado por el kirchnerismo de ser corresponsable de la crisis, ha sido el as bajo la manga del candidato-ministro, que si bien forma parte de las filas del peronismo tuvo rupturas anteriores con el movimiento, y en lo económico se muestra pragmático.

En su discurso para celebrar el triunfo, Massa enfatizó la tesis de que llevará adelante un Gobierno de unidad nacional. En concreto hizo un llamado al Partido Radical, referente importante del retorno a la democracia en Argentina con la presidencia de Raúl Alfonsín y que actualmente forma parte de Juntos por el Cambio, pero en una posición subalterna.

Asimismo, confirmó que ya había tenido conversaciones con dos candidatos derrotados, con porcentajes minoritarios de votos, como son el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti, antiguamente peronista, y la candidata de izquierdas Myriam Bregman. El primero obtuvo 6,7% y la segunda 2,7%.

Milei, por su parte, hizo guiños este mismo domingo a la coalición Juntos por el Cambio y al expresidente Macri. Sin embargo, analistas estiman que la derrota tendrá una suerte de efecto sísmico en esta fuerza política, que se visualizaba hasta julio pasado como la principal favorita para suceder a Fernández en el poder a partir del 10 de diciembre venidero.

No debe descartase que la coalición conservadora termine escindida y por tanto sin chance de apoyar, como un todo, a Milei. Se apunta a que Massa podría convocar a Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno saliente en la ciudad de Buenos Aires (2015-2023), quien mantiene posiciones de centro y se muestra abierto al diálogo, también con el peronismo.