La autodenominada "Marcha de la Mayoría" de los opositores colombianos logró reunir a 90.000 personas en las calles, según las cifras ofrecidas por la Policía de ese país, reportó el medio La Silla Vacía.
La de los sindicatos, a la que se adhirió el presidente Petro el 7 de junio, tuvo a 20.000 personas en todo el país. Esta participación masiva en la última marcha se convierte también en un golpe al relato que ha construido Gustavo Petro sobre el respaldo popular a sus reformas, y al monopolio que creía tener sobre la calle como una de sus principales estrategias políticas.
Mientras la Plaza de Bolívar de Bogotá se empezaba a llenar, a unos metros en el Capitolio se hundía la reforma laboral, una de las razones que motivaba la marcha. La inasistencia de los representantes a la Comisión Séptima de la Cámara sepultó el proyecto del Gobierno y causó una respuesta del presidente Petro, quien habló de esclavitud.
La marcha del 20 de junio ha sido la más grande de la oposición colombiana hasta ahora. Ambos lados, Gobierno y oposición, han mejorado su convocatoria en las calles. En el caso de los opositores, sus antecedentes fueron el 15 de febrero, recién presentada la reforma a la salud, y el 29 de octubre del año pasado, cuando los críticos del Gobierno marcharon contra la reforma tributaria.
Desde entonces, los proyectos legislativos del Gobierno fueron bautizados como las "Petro-reformas". A diferencia de cuando marcharon contra la tributaria, ahora que Petro presentó su paquete reformista más ambicioso (la de salud, la pensional y la laboral), la oposición sí logró consolidar varios mensajes para sacar a la gente a marchar.
Uno de esos mensajes es sobre la pérdida de empleos que, según la oposición, provocaría la reforma laboral. Aunque esa es una idea que genera un debate entre expertos, fue avalada por un grupo de investigadores del Banco de la República.
Algunos empresarios convocaron a sus empleados a la marcha y también entre los marchantes había personas con uniformes de empresas. Un empresario además reconoció el llamado que le había hecho a los empleados. "Le hice la invitación a todo el equipo de trabajo de la empresa y muchos de ellos acogieron el llamado y están aquí acompañándonos", dijo Carlos López, de Sonaky Group, una importadora que funciona en el centro de Medellín.
Aunque Álvaro Uribe no acompañó la marcha contra el Gobierno de Petro, durante la movilización se lograron conseguir miles de firmas para apoyar la consulta popular que promueve el expresidente en contra de las "Petro-reformas".
Un elefante de madera, con el número 15.000 y las fotos de Petro y parte de su gabinete, fue el símbolo de la marcha que llegó a la Plaza de Bolívar en Bogotá. El número hace referencia a los millones que el exembajador Benedetti dijo que había entrado bajo cuerda en la campaña presidencial de Petro y el elefante es un viaje al inicio del Proceso 8.000 del Gobierno Samper, cuando el monseñor Pedro Rubiano soltó la frase sobre la entrada de dineros del cartel de Cali a la campaña de 1994: "si a uno le meten un elefante a la casa, tiene que verlo".
Una de las razones que motivó la marcha fueron los recientes escándalos que ha sufrido el Gobierno, que tocan al círculo más cercano del presidente Petro: polígrafo, chuzadas, supuesta financiación irregular y la muerte del coronel Dávila, sumaron para la convocatoria. Por eso, durante la manifestación hubo pancartas llamando a la destitución de Petro y Francia Márquez de sus cargos.
Sobre la movilización de sus opositores, el presidente Petro dijo que las marchas eran la "esencia de la democracia". Durante la jornada, el presidente Petro retuiteó mensajes que criticaban la marcha, la ortografía de algunos manifestantes y hasta un mensaje de una cuenta falsa del expresidente de Uruguay, José 'Pepe' Mujica.
A cuatro meses de las elecciones regionales, los precandidatos de los partidos de oposición aprovecharon la marcha contra un Gobierno que crece en impopularidad. En la tarima de la Plaza de Bolívar en Bogotá hablaron Diego Molano, Enrique Peñalosa, Paloma Valencia, Enrique Gómez, el general Eduardo Zapateiro, Marelén Castillo y Miguel Uribe.
El 7 de junio pasado, desde una pequeña tarima, el presidente Petro anunció que "habrá más y más" en relación con marchas en respaldo a su gobierno, en un intento por demostrar que no está solo. Ahora la oposición anunció que tendrá el mismo libreto: convocó una nueva movilización para el 19 de julio, un día antes del inicio de la nueva legislatura, cuando Petro le deba hablar al Congreso en pleno.