En un nuevo reto al líder autoritario de Bielorrusia, considerado el último dictador de Europa, centenares de empleados de la televisión estatal se declararon en huelga en medio de una creciente marea de protestas, pidiendo la renuncia del presidente luego de unas elecciones que muchos consideran manipuladas, reportó la agencia AP.
La acción de los periodistas esta semana ha sacudido el control de la prensa por el Gobierno, ayudando a erosionar más el poder de Alexander Lukashenko luego de 26 años al mando.
Vyacheslav Lomonosov, uno de los empleados de la TV bielorrusa que participa en el paro, dijo que él y sus colegas no podían tolerar más una prohibición oficial de reportar la verdad sobre la brutal represión a las protestas que ha avivado la indignación internacional.
"Hay personas asesinadas, violadas, miles están protestando, mientras ellos dicen que todo está bien y nada está pasando", dijo. "No puede ser así. La gente necesita la verdad de la TV".
La policía dispersó brutalmente protestas masivas que cuestionaron la victoria de Lukashenko en los comicios del 9 de agosto, usando balas de goma, granadas aturdidoras y garrotes, hiriendo a centenares y arrestando a casi 7.000. Al menos tres manifestantes murieron. Muchos de los detenidos reportaron golpizas salvajes y otros abusos cuando estaban arrestados.
La represión causó más furia y un aumento de la magnitud de las protestas, con alrededor de 200.000 personas congregándose en la plaza central de la capital el domingo en la mayor manifestación de la historia de la exrepública soviética de 9.500.000 personas.
Desde el lunes, trabajadores de fábricas, de salud, actores, músicos y otros se han declarado en huelga para demandar la renuncia de Lukashenko.
El paro de 300 empleados de la televisora estatal bielorrusa ha asestado un golpe especialmente duro al presidente, que ha maniatado implacablemente a la prensa desde su ascenso al poder en 1994 y usado la televisión estatal y otros medios para manipular la opinión pública.
A los trabajadores de la televisión estatal se sumaron periodistas del importante periódico Zvyazda, que emitieron una declaración demandando el fin de la censura.
Lukashenko intenta disolver el consejo opositor de traspaso del poder en Bielorrusia
Las autoridades bielorrusas iniciaron el jueves un proceso penal para disolver el consejo coordinador de la oposición, encargado del traspaso pacífico del poder y que aglutina a los principales enemigos del presidente, Alexandr Lukashenko, reportó EFE.
"La creación y las actividades del consejo coordinador están encaminadas a tomar el poder del Estado y dañar la seguridad nacional de Bielorrusia", informó Alexandr Koniuk, fiscal general bielorruso, a la prensa.
La Fiscalía abrió una causa penal contra el órgano opositor, que celebró esta semana su primera reunión y cuyos miembros podrían ser condenados a cinco años de cárcel en virtud del artículo 361 del Código Penal.
Según dicho artículo, se castiga tanto los llamamientos a tomar el poder, como el hecho de dirigirse a otros países u organizaciones internacionales para que lleven a cabo acciones que dañen la seguridad nacional.
"La creación de dichos órganos no está contemplada por la legislación. Y su actividad es anticonstitucional. Al entender la ilegalidad de sus acciones, algunos ciudadanos anunciaron su salida del consejo y su desacuerdo con sus actividades", agregó el fiscal.
Lukashenko la tomó en sus últimas intervenciones con el consejo, al que acusó abiertamente de intentar hacerse con el poder, romper las relaciones con el Kremlin, prohibir la lengua rusa y echarse a los brazos de la Unión Europea y la OTAN.
Al poco de que la Fiscalía anunciara la causa penal, el Comité de Instrucción comunicó el inicio de una investigación.
El jurista Maxim Znak, miembro del 'presidium' del consejo, respondió a la causa penal negando que sus miembros hubieran violado la ley.
"El consejo prosigue su trabajo. Ni en los documentos ni en las actividades del consejo hay elementos ilícitos. El consejo expresa la postura cívica de la sociedad. Por el momento, aquí eso no es un crimen", aseguró.
Al mismo tiempo, Znak reconoció que las autoridades tienen "numerosos instrumentos" para dificultar las labores del consejo y admitió que justo después de que Lukashenko amenazara con disolver dicho órgano algunos miembros lo abandonaron "a la vista de los riesgos".
La que no se fue, aunque no participó en su primera reunión por enfermedad, fue la premio Nobel de Literatura, Svetlana Alexiévich, enemiga acérrima de Lukashenko, al que siempre ha considerado un adalid de los métodos de represión estalinistas.
También integran el 'presidium' del consejo el antiguo ministro de Cultura, Pável Latushko, la dirigente opositora María Kolésnikova y uno de los coordinadores de las huelgas en las fábricas estatales, Serguéi Dilevski.
Además, el consejo remitió a la Fiscalía una solicitud para celebrar una reunión "urgente", "con el fin de abordar las demandas de la mayoría de los ciudadanos de la República de Bielorrusia".
Las principales demandas opositoras a Lukashenko son que reconozca que las elecciones presidenciales del 9 de agosto no fueron válidas, algo que ya hizo el miércoles la UE, y que convoque nuevos comicios "que respondan a las normas internacionales".
Además, exigen "el cese de la violencia y las persecuciones políticas por parte de las autoridades, y la apertura de una investigación en conformidad con las leyes", la liberación de los presos políticos y el pago de compensaciones a todos los afectados.
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Que le sirva de ejemplo a los cubanos, que nadie piense que con tirarse a la calle basta para tumbarlos, para luego amedrentarse cuando vean a los uniformados dando golpizas y a los disfrazados de civil tratando de calmar la cosa o como parte de otra manifestación en apoyo al gobierno, solo si el pueblo sale pero con la intención de plantarse y no parar hasta que la dictadura caiga entonces van a ver como van a empezar la misma gente del gobierno y los militares a cambiarse de bando