Yazenky Lamas, un exguardaespaldas de Cilia Flores, es un testigo clave en la acusación por narcotráfico que EEUU prepara contra la esposa de Nicolás Maduro.
Lamas trabajó durante años con Flores, antes de ser detenido en Estados Unidos por tráfico de drogas. A raíz de esa situación, aceptó cooperar con la justicia norteamericana porque se siente "traicionado", dijo, por el régimen de Venezuela.
Con la ayuda del testimonio de Lamas, se espera que Estados Unidos acuse a Flores en los próximos meses de delitos que podrían incluir tráfico de drogas y corrupción, revelaron a la agencia Reuters cuatro personas familiarizadas con el caso de la primera dama.
Si Washington prosigue con la acusación, dijeron estas fuentes, los cargos podrían provenir, al menos en parte, de una fallida transacción con cocaína que ya provocó que dos de los sobrinos de Flores fueran trasladados a un centro penitenciario de Florida.
Nicole Navas, portavoz del Departamento de Justicia de Estados Unidos, declinó hacer comentarios sobre cualquier posible cargo contra Flores y la primera dama de Venezuela y su oficina en la Asamblea Nacional en Caracas tampoco respondieron a las preguntas de Reuters.
El ministro de Información de Maduro, Jorge Rodríguez, dijo en un mensaje de texto que las preguntas sobre la posible acusación a Flores en Estados Unidos eran "asqueantes, calumniosas e insultantes".
En una serie de entrevistas con Reuters, las primeras que Lamas dio desde su detención, el exguardaespaldas indicó que Flores estaba al tanto del tráfico de cocaína por el que sus dos sobrinos fueron condenados por un tribunal de Estados Unidos.
La dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) también utilizó su privilegiada posición para recompensar a miembros de la familia con importantes y bien remunerados cargos en el Gobierno, un reclamo respaldado por otros entrevistados.
Hablando detrás de un vidrio reforzado en la prisión de Washington donde está detenido, Lamas aseguró que declara contra Flores porque se siente abandonado por la dictadura de Maduro. "Fui leal a todos ellos. Pero no fueron leales a mí", aseguró.
A fines de marzo, fiscales estadounidenses acusaron a Maduro y a más de una docena de funcionarios y exfuncionarios venezolanos por cargos de narcotráfico y contrabando de drogas. En un discurso televisado después de las acusaciones, el dictador negó los cargos contra él y sus colegas, calificándolos de una fabricación por motivos políticos, y tildó de "miserable" al presidente Donald Trump.
Las acusaciones de marzo y los posibles cargos contra Flores se producen en medio de una nueva campaña de la Administración Trump para aumentar la presión sobre Maduro y su dictadura. Su permanencia en el control del poder, dicen algunos funcionarios estadounidenses, es una fuente de frustración para el mandatario norteamericano.
Flores, una vieja estratega y articuladora en el Partido Socialista gobernante, primero ganó notoriedad como legisladora y confidente del fallecido presidente Hugo Chávez, el predecesor y mentor de Maduro. Aunque no tiene un papel oficial en el gabinete de Maduro, la investigación en su contra subrayó la gran influencia que ejerce, particularmente en ayudar a Maduro a superar a sus rivales y obstáculos dentro y fuera de Venezuela.
Aparte de Lamas, Reuters entrevistó a más de 20 personas cercanas o conocedoras de Flores. La retrataron como una política astuta y sigilosa que, después de escalar las alturas del Partido Socialista como legisladora, ostenta gran parte del poder de la oficina de su esposo, exigiendo reuniones importantes incluso antes que el presidente y negociando personalmente con emisarios extranjeros, legisladores rivales y otros.
Lamas, que ahora tiene 40 años, pasó cerca de una década custodiando a Flores, primero cuando era legisladora y encabezaba la Asamblea Nacional, luego cuando se convirtió en primera dama. Después de su extradición en 2017, Lamas llegó a un acuerdo con los fiscales estadounidenses, mediante el cual aceptó cargos de tráfico de drogas y accedió a convertirse en testigo. Ese acuerdo no había sido reportado hasta ahora.
Hace poco más de dos décadas, en Miami se destaparon un montón de guardaespaldas del ceniza, miembros del minint y espías arrepentidos que contaron la vida y milagros del fango de todo el biranato.
Ahí salió a la luz con pruebas, el tráfico de drogas, los negocios de armas, el apoyo y organización de las guerrillas de toda latinoamérica y un montón de barbaridades en Cuba.
Para la isla, el cuartico siguió igualito. El ceniza, y el resto del biranato le tiró tres trompetillas a todas aquellas noticias, reportajes y denuncias y siguieron campeando por el resto del mundo. Solo eran maniobras de la mafia terrorista de Miami, y con eso se sellaba y se justificaba todo.
¿qué les hace pensar que con esta señora será distinto?
De los 5 buques con gasolina para el régimen de Maduro, los dos últimos son de propiedad griega y por las sanciones de EE.UU. optaron POR REGRESAR a su punto de origen. NINGUNA NAVIERA CAPITALISTA SE ARRIESGA porque pierden sus líneas de créditos y le cancelan el seguro naviero.