Una misa en homenaje al fallecido sacerdote y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal que se celebró en la Catedral Metropolitana de Managua, enfrentó este martes a sandinistas y a opositores previo al inicio de la eucaristía, y provocó momentos de tensión.
Los sandinistas, que llegaron desde temprano a la Catedral de Managua usando pañoletas del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), agitaron banderas y consignas a favor del presidente del país, Daniel Ortega, mientras los opositores presentes izaron banderas de Nicaragua y gritaron vivas al teólogo y poeta Cardenal, reportó EFE.
"No pudieron, ni podrán", "Viva el FSLN", "Viva Daniel", "Respeten la bandera", "Respeten los símbolos patrios", gritaban los sandinistas, mientras los opositores respondieron con gritos de "Viva Nicaragua libre", "justicia" y "democracia".
Los agredidos también entonaron el Himno Nacional y los partidarios de Ortega replicaron con el himno sandinista, lo que provocó la mediación del nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag, que pidió a ambas partes calma y respeto.
El representante del papa Francisco en Nicaragua animó a las partes a participar con respeto en la misa de cuerpo presente en honor a Cardenal, "porque todos son hijos de Dios".
La misa fue presidida por el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes, el nuncio apostólico y el obispo de la diócesis de Matagalpa, Rolando Álvarez, que estuvo a cargo del mensaje durante la homilía.
A la misa acudieron, entre otros, el escritor y exvicepresidente Sergio Ramírez, la poetisa y escritora Gioconda Belli, el embajador de la Unión Europea en Nicaragua, Pelayo Castro, y la embajadora de España en el país, Mar Fernández-Palacios.
La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), Vilma Núñez, calificó de "irrespetuosa" la presencia de los partidarios de Ortega a una misa solemne.
"Es un irrespeto más a la memoria del padre (Cardenal). La gente que lo persiguió no puede ser partícipe de los honores, espero que respeten la presencia física del padre", abogó.
Cardenal, que fue ministro de Cultura durante el primer Gobierno sandinista (1979-1990), que también encabezó Ortega, se enfrentó al mandatario y a la vicepresidenta Rosario Murillo en los últimos años de su vida.
El autor de "Oración por Marilyn Monroe" pasó de símbolo de la revolución sandinista a ser un "perseguido político", como él mismo se declaró, del Gobierno de Ortega, con el que se distanció por su forma de dirigir el sandinismo.
El poeta, que participó en la lucha contra la dictadura de la familia Somoza desde muy joven y fue militante hasta 1995 del FSLN, en el poder desde enero de 2007, sostenía que el Gobierno de Ortega "no es de izquierda, ni sandinista, ni revolucionario, sino simplemente es una dictadura familiar", como la que derrocaron.